martes, 28 de febrero de 2023

Accattone


Pier Paolo Pasolini (1922-1975) fue un escritor y director de cine italiano quien se distinguió como actor, periodista, ensayista, novelista y activista político y cuyo asesinato provocó conmoción en Italia y el resto del mundo. La autoría y las circunstancias de su muerte siguen siendo objeto de debate.

El año 2005 en distintos países se celebraron actos, congresos y exposiciones en conmemoración de los treinta años de la desaparición de Pasolini, con nuevos datos acerca de su asesinato que apuntaban de nuevo, a móviles políticos. En un par de años se dará el cincuentenario de la muerte del intelectual y volveremos a hablar sobre el cine de Pasolini y seguramente de nuevo se hablará sobre Accattone.}

Con la película, Accattone, Pasolini iniciaría en 1961 su actividad en un campo distinto de las letras. Accattone es una película que contribuyó a problematizar el papel del intelectual en Italia. Pasolini era conocido entonces como el poeta de Le ceneri di Gramsci, y como el novelista de Ragazzi di vita y de Una vita violenta; era un escritor de argumentos o guiones, visto a la altura de 1960, por muchos de sus colegas como alguien que realizaba una actividad que le era impropia.

Gianpiero Brunetta (1942), en la introducción a su selección de artículos polémicos sobre escritores e intelectuales italianos (1994) analizando a Alberto Moravia, decía que era como si Moravia no “viese” películas, sino el mundo a través del cine que “parece ser para él, un espejo, o un lugar a partir del que se puede comprender la historia colectiva y cultural”. Brunetta explicaría que, siempre hubo desde la Literatura ámbitos de rechazo y de desconfianza ante el cine, un medio que se confirmó muy pronto como masivo y capaz de atraer a un público popular, más aún que la literatura, provocando sentimientos de vergüenza por parte de los literatos que participaban en él.

En la generación a la que perteneció Pasolini, los escritores que con entusiasmo o por los rendimientos económicos trabajaban en el cine, lo hacían como guionistas o argumentistas, sin embargo, Pasolini se lanzó él mismo a la dirección con su película Accattone. En Italia, el modelo de artista comprometido estaba dibujado por Antonio Gramsci, un intelectual que había muerto en las cárceles del fascismo y que entonces se estaba reivindicando, y Pasolini, aparecía contradictoriamente- ligado a Gramsci, a través de su libro de poemas.

En aquella época, la memoria de Antonio Gramsci (1891-1937) el filósofo teórico marxista, sociólogo y periodista italiano, se consideraba que el artista-nacional-popular era fundamentalmente, el escritor, y no obstante, Gramsci se quejaba hacia 1933 de la inexistencia de escritores nacionales-populares en Italia, cuando la novela y el teatro tenían ya un público amplio y el cine que se encontraba iniciando sus recursos retóricos.

Para Gramsci, los escritores no se identificaban con la nación como pueblo, sino como una “casta de tradición libresca y abstracta”. En un ámbito distinto del literario, el cine, llegaría a crecer entre 1945 y 1950. En el momento en el que Pasolini se lanzó al cine, este es ya un fenómeno de masas que en Italia había conquistado una importancia excepcional. Recordemos que el término Neorrealismo (https://bit.ly/2WpsPqM ), nació en el ámbito del cine italiano, y fue adoptado por otras formas de expresión más antiguas y reconocidas, como la literatura o la pintura.

Desde el siglo xix en Europa existía un florecimiento de la literatura popular, desde los romances de apéndice de Eugène Sue, o de Pierre Alexis Ponson du Terrail, a Alejandro Dumas, o los cuentos policíacos ingleses y americanos, a las obras de Chesterton y de Dickens y aquellas de Víctor Hugo, de Zola y de Balzac, hasta las obras maestras de Dostoievski y de Tolstói. Según Gramsci, nada de eso había ocurrido en Italia: “Aquí la literatura no se ha difundido y no ha sido popular, por la carencia de “un bloque nacional intelectual y moral” al grado que “el elemento intelectual indígena es más extranjero que los extranjeros de frente al pueblo-nación”.

Opinaba Gramsci que: “el público italiano busca su literatura en el extranjero porque la siente más suya que aquella nacional: una demostración del desapego, que hay en Italia, entre público y escritores. Fueron famosas las notas de Gramsci sobre Alessandro Manzoni: el escritor más competente, más estudiado en las escuelas y en teoría el más popular, que era para Gramsci una demostración del carácter no nacional-popular de la literatura italiana.
“El carácter aristocrático del catolicismo manzoniano aparece en la compasión chistosa hacia las figuras de hombres del pueblo… Los pueblerinos, para Manzoni, no tienen vida interior, no tienen personalidad moral profunda, ellos son animales y Manzoni el benévolo hacia ellos, justamente como la benevolencia de una sociedad católica de protección de animales.... nada del espíritu popular de Tolstoi, es decir, del espíritu evangélico del cristianismo primitivo”.

Gramsci proyectaba en su cuadernos un ensayo que intitularia, “Los sobrinitos de padre Bresciani”: Antonio Bresciani (1798-1862), fue un jesuita, fundador de la revista La Cultura Católica, fue un escritor de novelas populares de impronta reaccionaria; una de ellas, El hebreo de Verona, fue reprimida en un célebre ensayo de De Sanctis. Los sobrinitos del padre Bresciani según Gramsci eran los intelectuales y los literatos contemporáneos, portadores de una ideología reaccionaria. Entre los “sobrinitos” Gramsci individualiza, a muchos escritores ya olvidados…“Asnos brutos desde pequeños".

Pasolini no estaba satisfecho con las películas que habían resultado de adaptar sus obras literarias o los guiones suyos. Como autor literario, desde el ámbito cinematográfico, se le considera lo suficientemente atractivo como para adaptarlo, pero, cuando quiso hacer él mismo una película tuvo que entrar en una estructura muy alejada de la del mundo literario.

Pasolini intentó llevar la aventura inicial de Accattone con una productora recién creada por Fellini y la Rizzoli para La dolce vita. y se le permitió realizar unas tomas como prueba, pero, la empresa las consideró “inmontables”, por el estilo absolutamente fragmentario de Accattone, característico también de toda la obra posterior de Pasolini. El reconocimiento no le llegó a Accattone, al menos en un primer momento. Ni siquiera los críticos de los Cahiers du Cinéma, le prestaron atención con ocasión de su estreno en el Festival de Venecia, en 1961. El impacto de Accattone llegó, por otro lado. La película encontró dificultades para ser seleccionada en Venecia, no obtuvo en un principio la vista de censura y sólo fue permitido su estreno comercial tras las presiones de intelectuales que claman contra la censura, como Moravia o Mino Argentieri, y algunos políticos de izquierda.

Accattone pudo llegar a las pantallas, pero se convirtió en la primera película clasificada en Italia para mayores de 18 años por considerarse desde el Gobierno que su contenido podía ser “peligroso para personas inmaduras”. El día de su estreno comercial en Roma, grupos de neofascistas intentaron boicotearla, y anular a su autor, ya procesado anteriormente por su novela Ragazzi di vita. La película, vinculada indisociablemente al nombre de su autor, era ya, pues, un fenómeno social incluso antes de hubiera podido ser efectivamente vista.

Con Accattone, Pasolini colocó en el mercado una solución provisional a la distancia entre arte culto y el público popular. Pasolini identifica el público del cine con un posible público nacional-popular, y con Accattone, intenta responder a las carencias que detectaba Gramsci en la Literatura de 1930. Este nuevo cine va a tener, en Italia, un carácter de recuperación de aquella función social perdida y parte del impacto de Accattone se debió a que puso en un medio de comunicación de masas, las imágenes de la borgata y del subproletariado romanos.

Accattone no es una película neorrealista. “El neorrealismo es siempre un proceso de no diferenciación, tiende a descubrir los derechos comunes a partir de las necesidades de la vida elemental”. Para Pasolini el Neorrealismo, como fenómeno estilístico íntimamente ligado a la esperanza y la fe en el hombre medio, en Accattone, Passolini habría tratado de hacer precisamente todo los contrario.

Maracaibo, martes 28 de febrero del año 2023

 

 

  

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