La neuropatía periférica, es una consecuencia del daño a “los nervios periféricos” fuera del cerebro y de la médula espinal, la cual a menudo causa debilidad, entumecimiento y dolor, generalmente en las manos y los pies. Dicen los textos que “la neuropatía periférica puede ser el resultado de lesiones traumáticas, infecciones, problemas metabólicos, causas hereditarias o exposición a toxinas y se añade que una de las causas más comunes es la diabetes”.
“Vos sos doctor y tenés un paciente que sllega y te dice, doctor yo cuando camino siente que vuelo, que floto… ¡I no! ¡No está loco! Está enfermo, tiene tabes dorsal quizás porque tuvo sífilis, y piensa que vuela porque tiene una destrucción de los cordones posteriores de su medula espinal” … En la oscuridad del auditórium, como ayer resuenan sus palabras con ese inconfundible acento argentino. Es “el Ché”, nuestro insigne profesor de Anatomía el doctor Julio César Garcia y lo que relato son remembranzas de cuando recién comenzábamos a estudiar Medicina en la Universidad del Zulia…
Las personas con neuropatía periférica, por lo general, describen un dolor como punzante, urente u hormigueante en los pies que les hace sentir como si flotaran como si estuviesen en el aire… Cada nervio del sistema periférico tiene una función específica, por lo que los síntomas dependen del tipo de nervios afectados. Si los nervios afectados son los nervios sensoriales, los que reciben sensaciones a través de la piel, p. ej., la temperatura, el dolor, la vibración o el tacto… Puede el paciente sentir o hallarse “con los pies dormidos” y tener cierta sensación de inestabilidad que le lleva a creer que flota en el espacio, como el paciente que relatara el Che…
Pasaré a otros antecedentes de mi historia personal que prefiero llamarlos así, para no considerarlos como simples anécdotas… Hace ya casi unos 22 años que tenía unas molestias en el cuello y pensando en la séptima cervical me recomendaron a una joven fisioterapeuta para ayudarme intentando que hiciera algunos ejercicios, pero al “caer en sus manos” (era la viva imagen de Leyla Moronta, ojazos violeta y cuerpo escultural), fue ella quien hizo el diagnóstico: mi columna vertebral estaba como hecha de piedra. Sus esfuerzos por “ejercitarme” eran una tortura y con gran pesar nunca más supe de la bella Lila… Ya en mi ciudad natal acudí al más experto traumatólogo mi colega y amigo JoséUrdaneta quien pontificó así: si fueses más joven te diría que tenéis una “espondilitis anquilosante”, pero grave…
Los textos describen los síntomas de la neuropatía periférica al inicio como un gradual entumecimiento, hormigueo o cosquilleo en los pies o las manos, que puede extenderse hacia arriba hasta las piernas y los brazos. Dolor agudo, punzante, pulsátil o urente con sensibilidad extrema al tacto. Dolor durante las actividades que no deberían causar dolor, como el dolor en los pies al poner peso sobre ellos o cuando están debajo de una manta y puede llegar a tener falta de coordinación y caídas por la debilidad muscular y la curiosa sensación de estar usando guantes o calcetines cuando no es así…
Era necesario que otro experto, ahora el mejor de los inmagenólogos, y campeón en las TACs, gran amigo, mi colega Eduardo, quien me convencería para meterme en aquel monstruo tubular escuchando “tiros” (así sonaba la maquina mientras yo cantaba con los ojos cerrados para pasar el mal rato) y llegar a la conclusión de que “las apófisis transversas de mis vértebras estaban fusionadas por una gran fibrosis” cuyo origen desconocido quizás se remontaba los tiempos ya remotos cuando comenzaba sentado a observar cosas a través de los microscopios… Con sincero sobrecogimiento me auguró una silla de ruedas en la ancianidad…
Pensé en el Ché que estaría preguntándome, y… ¿Qué querés que te diga? … Mi amigo gipuzkoano se acordaría del Pasteur para decirme Cest la vie, y luego repetiría, que él no se la cogía… En fin, dejando atrás los cuentos, ampliaré la información sobre la neuropatía de los nervios periféricos. La neuropatía periférica puede afectar a un nervio, es raro y se habla entonces de mononeuropatía -el síndrome del túnel carpiano es un ejemplo de “mononeuropatía”-; si afecta a dos o más nervios en diferentes áreas, es una “mononeuropatía múltiple”, o a muchos nervios, una polineuropatía.
La neuropatía periférica puede ser causada por distintas afecciones médicas como: 1-Enfermedades autoinmunitarias; síndrome de Sjögren, Lupus, Artritis reumatoide, síndrome de Guillain-Barré, la polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica y las vasculitis. 2- La Diabetes es la causa más común. 3- Infecciones virales o bacterianas, como la enfermedad de Lyme, herpes zóster, virus de Epstein-Barr, hepatitis B y C, lepra, difteria y VIH. 4-Más raros serán los Trastornos hereditarios como la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth. 5- Los tumores, cancerosos (malignos) y no cancerosos (benignos), pueden desarrollarse en los nervios o presionar los nervios y también la polineuropatía puede ser el resultado de algunos cánceres relacionados con la respuesta inmunitaria en una forma de trastorno degenerativo denominado síndrome paraneoplásico. En general, las personas con neuropatía periférica tienen polineuropatía.
En la actualidad, afortunadamente todavía ando a pie: “a pies mente” digo yo al recordar que hace ya tres años mi flamante KIA se incendió “in situ” y sin pataleo, y “el reclamo al cielo” pues ya la KIA se había ido del país (“una más que se fue cuantas se han ido”…) y aprendimos que aquella tragedia era algo que les podía suceder a Kias y a Hundais -estaba descrito-… Aquí sí que fuí yo mismo quien hube de decir ¡Cest la vie! Pero sin desmayar recordé a mi amigo Nelson “el Brujo” que a todo tiro usaba decirme “Palante es que brinca el sapo y palante la lagartija… De manera que yo, como cualquiera de mis conciudadanos sabemos que “no queda de otra”, e igualmente continuaré parafraseando en breve al sabio periodista Oscar Yánez, repitiendo que “así son las cosas”, pero aquí seguimos en la lucha…
En Maracaibo, el sábado 5 de noviembre del año 2022
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