Brachyspira pilosicoli (Bp) es una bacteria anaerobia gramnegativa, con forma de espiral que pertenece a la familia Brachyspiraceae o Serpulinaceae. La bacteria está enrollada sin apretar y mide entre 6 y 11 µm de largo. Tiene varios flagelos, insertados en cada polo de la célula y una pared celular de lipopolisacáridos. Bp causa espiroquetosis intestinal en cerdos, pollos y personas, y también se ha aislado en otras especies como perros, roedores y caballos. Bp causa una infección zoonótica en humanos y se cree que la infección se origina en los perros. B. pilosicoli se asocia con enfermedades clínicas en infecciones humanas, por lo que tiene implicaciones para la salud pública.
La infección por Brachyspira pilosicoli se adquiere por vía fecal-oral, una vez en el tracto digestivo, la bacteria invade sus células diana en el intestino grueso provocando edema, hemorragia y la infiltración por células inflamatorias. Las consecuencias de esto son el desprendimiento de células hacia el lumen intestinal, malabsorción y diarrea secretora que puede durar hasta dos semanas. La Brachyspira pilosicoli es la causa de la espiroquetosis intestinal porcina.
Las espiroquetas anaeróbicas del género Brachyspira están asociadas al hospedador, colonizan la cavidad oral, el tracto intestinal y la región genital de animales y de humanos. La principal especie de importancia veterinaria es Brachyspira hyodysenteriae, el agente causante de la disentería porcina.
Mientras que la mayoría de las Brachyspira tienen un rango de huéspedes restringido, B. pilosicoli coloniza una variedad de animales domésticos, incluidos cerdos, pollos y perros, así como aves silvestres, roedores y humanos. En particular, B. pilosicoli se ha descrito como un patógeno colónico importante de cerdos y pollos, que causa colitis y diarrea, lo que da como resultado tasas de crecimiento reducidas y producción deficiente en granjas donde las infecciones por B. pilosicoli pueden ser endémicas.
Se han descrito informes de casos humanos de espiroquetosis por B. pilosicoli, lo que sugiere que los individuos colonizados con Bp pueden desarrollar colitis focal y diarrea crónica, con dolor abdominal, flatulencia, sangrado gastrointestinal, secreción rectal, diarrea acuosa y pseudoapendicitis. El examen colonoscópico a menudo revela una mucosa de apariencia normal. Sin embargo, se notificaron cambios edematosos y eritematosos en la mucosa. Después de la aparición de cualquier síntoma, la espiroquetosis intestinal se confirma mediante biopsia. En general, la espiroquetosis intestinal humana con B. pilosicoli es relativamente poco común y existe un debate con respecto a su importancia clínica, ya que la mayoría de los casos son asintomáticos.
La incidencia de la colonización se asocia con condiciones de hacinamiento y antihigiénicas en países en desarrollo y en poblaciones específicas como los aborígenes australianos, así como entre hombres homosexuales y pacientes VIH+ en países occidentales. De los que ya estaban colonizados, se ha observado espiroquetemia en individuos con una defensa inmunitaria deteriorada o lesión de la mucosa gastrointestinal. Otras pruebas de la patogenicidad de B. pilosicoli incluyen casos humanos de infección hepática invasiva y hepatitis en personas con enfermedades crónicas o inmunodeprimidas en las que es probable que la espiroquetemia haya sido secundaria a la inmunosupresión. Estos casos son probablemente ejemplos de infecciones humanas por B. pilosicoli patógeno de poblaciones de comensales entéricos como consecuencia de una mayor virulencia de microorganismos o una disminución de las defensas del huésped.
No está claro en qué medida la espiroquetemia puede contribuir a los signos clínicos en estos pacientes, aunque algunos pacientes han mostrado insuficiencia multiorgánica. Sin embargo la espiroquetemia también parece ser un fenómeno relativamente raro en individuos en los que se ha observado transporte fecal. La Espiroquetosis intestinal humana, tiene una incidencia y prevalencia varían desde 0,4 a 12%, describiéndose en general, mayor frecuencia en hombres, particularmente homosexuales, pacientes infectados por VIH y zonas de pobreza. Estas cifras se modifican sustancialmente según la región geográfica y la población evaluada.
Algunas espiroquetas son de vida libre y otras pertenecen a la flora residente de humanos y animales. La cavidad bucal, en particular las grietas dentales, posee una gran cantidad de especies no patógenas de Treponema y Borrelia como parte de su flora. Estas espiroquetas, en conjunto con los anaerobios de la flora, pueden causar infección ulcerosa necrosante de las encías, cavidad bucal, o faringe (infección de Vincent, “boca de las trincheras”). Estas infecciones oportunistas, parecen estar correlacionadas con inmunodepresión, desnutrición grave y mala higiene bucal. El término “boca de las trincheras” se refiere a la aparición de estas enfermedades en tropas bajo las malas condiciones que existían en las trincheras durante la Primera Guerra Mundial.
El diagnóstico de la espiroquetosis intestinal humana se sospecha en la biopsia por la presencia de una banda supraepitelial basófila y filamentosa, que se interrumpe en las células caliciformes, al contrario de la mucina con la que se confunde habitualmente. Su presencia amerita un estudio complementario, particularmente con la tinción histoquímica de WS, la más específica para este tipo de bacterias y, si es posible, la confirmación con una tinción con anticuerpo policlonal anti Treponema pallidum, ya sea por inmunohistoquímica o por inmunofluorescencia, la que resulta positivo debido a que existe reacción cruzada con el género Brachyspira.
Hay que recordar que las espiroquetas son bacterias con morfología espiral y los tres géneros de importancia médica incluyen los que causan la sífilis, el antiguo flagelo para las indiscreciones sexuales y también la enfermedad de Lyme la consecuencia más reciente de una inocente caminata en el bosque.
La borreliosis es una enfermedad producida por espiroquetas del género Borrelia, y se adquiere al entrar en contacto con vectores (garrapatas o piojos) que a su vez han sido parasitados, como consecuencia de su alimentación hematófaga, a partir de un reservorio (hombre o roedores). Las garrapatas infestadas son a su vez reservorios, porque en ellas las borrelias se transmiten verticalmente. Existen dos tipos de fiebre recurrente: 1) fiebre recurrente transmitida por piojos (enfermedad de Obermeyer), que se adquiere por contacto con el piojo del cuerpo Pediculus humanus), y 2) fiebre recurrente transmitida por garrapatas del género Ornithodoro.
Maracaibo, miércoles 30 de noviembre del año 2022
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