viernes, 4 de noviembre de 2022

Ficciones


Como este es un artículo que en parte ya fue publicado en el blog el domingo 15 de diciembre del año 2019, hablaremos ahora, más de literatura ficcional que de ciencia-ficción, o de aquello que Isaac Asimov, (https://bit.ly/3T34hRY) definiría como ciencia-ficción, es decir “la rama de la literatura que trata sobre la reacción de los seres humanos a los cambios en la ciencia y la tecnología".

Hace más de 1.800 años que el escritor sirio de tradición griega Luciano de Samósata produjo su “Historia Vera”, una historia escrita sobre el año 150 después de Cristo que narra las aventuras de un grupo de navegantes que tras sobrepasar las columnas de Heracles, el punto donde se acababa la Tierra según la cosmogonía helénica, fueron arrastrados por una tormenta hasta la Luna, y allí en el satélite conocerán a un grupo de selenitas envueltos en una guerra interplanetaria contra El Rey del Sol, El argumento de “Historia Vera” partía más de una vocación por criticar los relatos irreales de las historias Homéricas que por una vocación de explorar la exploración espacial, lo que no quita que parezca un relato sacado de una novela pulp. Cuentos como los de Las Mil y una noches o el relato japonés de El cortador de Bambú también han sido vistos con conexiones con viajes al espacio cercano.

Después de ellos, hace falta viajar hasta el siglo XVI para encontrarse con Tomas Moro y su “Utopía” (1516) (https://bit.ly/3RyDzja) que representa una muestra de viajes a países y mundos idílicos, dando entrada también a las primeras visiones de un posible futuro que habría de tener caracteres distópicos. Tambien como citamos recientemente, en “La Nueva Atlántida” (1626) de Francis Bacon, se describe un mundo donde la ciencia de la época es el eje, pero no sería hasta el siglo XVII, con la llegada de la Ilustración y la revolución científica, cuando la razón como eje del pensamiento abriría nuevas puertas.

Aparecerá entonces “Somnium” (1634) una novela de Johannes Kepler el astrónomo que fijó las bases de los movimientos de los planetas en torno al Sol, quien contaría el viaje a la Luna de un observador que la describe. Aunque sus visiones del satélite se hacían con vocación científica, su teletransportación a la Tierra se produce por la intervención de unos espíritus divinos. Todavía no se pensaba en un cohete u otro artilugio tecnológico como disparador de la trama, aunque voces tan autorizadas como Carl Sagan, quienes bajo su punto de vista situarían la obra de Kepler como el primer relato de ciencia-ficción de la historia.

En 1657 Cyrano de Bergerac (https://bit.ly/3zrZ0fK) describe en primera persona el viaje de su personaje al Sol en el relato “El Otro Mundo”, y en 1666 Margaret Cavendish, la duquesa de Newcastle, publicaba “El Mundo Ardiente”, una historia que nos llevaba a un mundo alternativo al que se accedía por el Polo Norte. El peso de las mujeres en esta ciencia-ficción antigua no se detiene en la aristócrata inglesa, y hallándonos ya en plena Ilustración, la francesa Marie-Anne Robert contaba en “El nuevo Mentor” otro viaje por el Sistema Solar. Todas estas historias mantenían aún sin embargo una marcada fantasía y los relatos incluso de tono cómico, como serían los de “El Barón de Munchausen” (1781), capaz de recorrer el mundo sobre una bala de cañón o volar también hasta la Luna, episodios llevados al cine por Terry Gilliam (https://bit.ly/2sUjZ87) en 1988.

Durante el siglo XVIII comienzan a verse los primeros relatos que intentaban imaginarse cómo sería el futuro. En 1771, Louis-Sébastien Mercier publica “2440”, una novela que viaja hasta ese año tan lejano mediante sueños, con una sociedad fascinada por la ciencia. El utopismo iniciado por Moro, seguía impregnado la pasión de los nuevos avances que ocupaban por primera vez un lugar en la mente de los aristócratas, y algunos pensadores de primer nivel de aquella época, recurrieron a la ciencia-ficción actual para describir sus sociedades y lo veremos en el “Micromegas” (1752) de Voltaire, donde cuenta la historia de un ser llegado de otro plantea quien describe la sociedad en la Tierra, un argumento sorprendente para su siglo, que además contó en el relato la presencia de lunas en Marte antes de su descubrimiento.

Se ha dicho generalmente que el primer relato de ciencia ficción es el “Frankenstein”, (https://bit.ly/3TReYbt) de Mary Shelley (1818). En la década de los años 30 del XIX, Edgar Allan Poe escribió relatos como “La incomparable aventura de un tal Hans Pfaal” o “Revelación mesmérica”, que, sin duda, deben englobarse dentro de la ciencia ficción. También en el siglo XIX aparecerían Julio Verne y H. G. Wells, ambos considerados dos maestros del género, si bien el primero se centraba mayormente en el desarrollo de ingenios e inventos científicos y el segundo en la crítica social (https://bit.ly/3Wn5c2i) al imperialismo británico en “La guerra de los mundos”, o a la lucha de clases en “La máquina del tiempo”.

Pero seguramente fue la primera mitad del siglo XX la que podríamos denominar Edad de Oro de la ciencia ficción, con la aparición de autores como Isaac Asimov, Arthur C. Clarke, Aldous Huxley, George Orwell o Ray Bradbury. Aldous Huxley en “Un mundo feliz”, (1932), “Una odisea del espacio” (2001), de Arthur C. Clark se publicó en 1968 inspirado en un cuento titulado “El centinela” (1951) y en “Crónicas marcianas” (1950) de Ray Bradbury quien terminaría por crear estas (https://bit.ly/2NSNil5) y otros relatos precursores de la ciencia ficción.


Posteriormente, durante los años 60 y 70 apareció lo que se conoce como La nueva ola (The new thing), que tiene su origen en la revista británica New worlds, caracterizada por una mayor experimentación narrativa, dando a conocer a autores como J. G. Ballard o Brian W. Aldiss. Ya en los 80 y los 90 aparecieron géneros como el cyberpunk y el postcyberpunk, donde hicieron su aparición, como no podía ser menos, la informática y los ordenadores y que dieron origen a toda una corriente estética donde las nuevas tecnologías convivían con los ambientes sórdidos de los bajos fondos urbanos. En el cine, (https://bit.ly/3T3tziL) sin olvidar el aporte de Philip Dick (https://bit.ly/36BZpvh) y su influencia sobre filmes como Gravity (2013), Interstellar (2014) ver foto, La llegada (2017)y en series como Black Mirror (2011) o la críptica Aniquilación (2018), todo esto, recientemente, sin olvidar que años después de su estreno de Hijos de los Hombres (2006) ver foto y hacia adelante la saga inicida por Ridley Scott con Blade Runner( 1982) y Alien y luego filmes de Steven Spielgerg con “Minority Report”(2002) “Ready Player One” (2018) potenciarían el cine de ciencia ficción de la cual podremos conversar más adelante.

Maracaibo, viernes 4 de noviembre del año 2022


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