La sonda “Pionner 10” cumplía los 5.770.000.000 km de recorrido y el 13 de junio de 1983 atravesó el eje de la órbita elíptica de Plutón abandonando el sistema solar. En realidad la NASA lanzó la sonda Pioneer 10 para alcanzar Júpiter, pero superó el planeta y siguió adelante, hasta salir del Sistema Solar. En 2003 se perdió contacto con ella.
Esta es quizás la herencia más importante de nuestra especie a largo plazo. Cinco naves espaciales que abandonarán nuestro Sistema Solar como mensajeros cósmicos de la Humanidad. Sus nombres son conocidos por todos: las Pioneer 10 y 11, las Voyager 1 y 2, y la New Horizons. En el futuro muchas naves las seguirán, pero la historia recordará que fueron las Pioneer 10 y 11 las primeras que despegaron hacia el abismo interestelar hace ahora cuatro décadas.
Este satélite construido por la NASA fue lanzado en marzo de 1972 y atravesó el arriesgado anillo de asteroides para tomar las mejores fotos y mediciones de Júpiter, misión que cumplió a la perfección, en 1973 enviando a la tierra las mejores fotos de la atmosfera del planeta jamás superadas y datos sobre el magnetismo, presión atmosférica, composición y alturas.
“Pionner 10” fue construido totalmente en aluminio con un núcleo hexagonal de 70 cm de ancho y 25 cm de altura protegido por una parabólica para las transmisiones hacia y desde la tierra, además de antenas de radio y una decena de sensores para distintos experimentos, desde la tierra posee una antena que monitorearea las 24 hs del día mientras emita señal.
A este embajador en el espacio exterior le encargó Carl Sagan un mensaje adentro. Sagan preparó una placa de aluminio bañada en oro con unos gráficos simples donde aparecían unas figuras de hombre y mujer delante de la nave, para demostrar las proporciones, un mapa con la ubicación de la tierra con respecto a las estrellas mas grandes de la Vía Láctea, un mapa del sistema solar, un esquema de una molécula de Hidrogeno, el material más común del universo y un diccionario Binario para la interpretación de los datos.
Desde el 13 de junio de 1983 el “Pionner 10” emite una señal firme y clara, utilizada para medir el ruido cósmico y las ondas de radio del universo. En 1997 aún se recibía la señal con la potencia original, el 23 de enero de 2003 se recibió la última señal de radio muy débil, el último intento de contactarla nuevamente fue en febrero de 2003, y al no recibir ningún signo se la declaró perdida cuando luego de 31 años había recorrido 12.000.000.000 de km.
Aún hoy viaja en línea recta llevando su mensaje con destino a la estrella Aldebarán, en la constelación de Tauro, a donde llegará dentro de 1.690.000 años.
La nave Pioneer 10 es también famosa por el hecho de que contiene una placa inscrita con un mensaje simbólico que le informa a la civilización extraterrestre que pudiese interceptar la sonda acerca del ser humano y su lugar de procedencia, la Tierra, una especie de "mensaje en una botella" interestelar. Esta placa fue fabricada en aluminio anodizado en oro, debido a que este elemento tiene ciertas propiedades que hacen que se degrade mínimamente. La placa fue diseñada y popularizada por el astrónomo y divulgador científico estadounidense Carl Sagan y por el también astrónomo estadounidense Frank Drake. Fueron dibujadas por Linda Salzman Sagan.
En la placa aparece… A la derecha, la imagen de la sonda para dar proporción a las dos figuras humanas dibujadas delante, una femenina y otra masculina. A la izquierda, un haz de líneas que parten radialmente de un mismo punto; ese punto es el planeta Tierra; las líneas indican la dirección de los púlsares más significativos cercanos a nuestro sistema solar y en cada uno, en sistema de numeración binario, la secuencia de pulsos de cada uno; este apartado constituye nuestro "domicilio" en el universo; una civilización técnicamente avanzada, con conocimiento de los púlsares, podría interpretar la placa. En la parte inferior se representa un esquema del sistema solar, con los planetas ordenados según su distancia respecto al Sol y con una indicación de la ruta inicial de la Pioneer 10; Arriba del conjunto, a la izquierda, se muestra, también con indicaciones en sistema binario, el spin de una molécula de hidrógeno, el elemento más común en el universo.
Después de 1997, la débil señal de la Pioneer 10 continuó siendo rastreada por la Red del Espacio Profundo, como parte de un nuevo concepto en el estudio de la tecnología de comunicaciones basado en extraer mensajes coherentes usando la teoría del caos de una señal saturada de ruido. La sonda fue usada en el entrenamiento de controladores de vuelo en cómo adquirir señales de radio del espacio. La última recepción exitosa de telemetría fue el 27 de abril de 2002. Las señales subsecuentes apenas fueron detectables. La pérdida de contacto fue probablemente debido a la combinación del incremento de la distancia y a un lento debilitamiento de la fuente de energía de la sonda.
La última débil señal del Pioneer 10 fue recibida el 23 de enero de 2003, cuando estaba a doce mil millones de kilómetros de la Tierra. El intento por contactarla el 7 de febrero de 2003 no tuvo éxito. Un último intento fue realizado la mañana del 4 de marzo de 2006, la última vez que la antena estaría correctamente alineada con la Tierra, sin embargo, no se recibió respuesta alguna del Pioneer 10. En la actualidad la nave se dirige hacia la estrella Aldebarán, en la constelación de Tauro, a donde llegará dentro de 1 690 000 años.
Maracaibo, miércoles 2 de noviembre del año 2022
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