martes, 29 de noviembre de 2022

La Escuela de Salamanca


La Escuela de Salamanca fue la primera corriente de pensamiento de carácter económico, moral y jurídico, que debatió los problemas morales derivados del innovador sistema comercial y de la mentalidad neo-mercantilista generada en Europa durante el descubrimiento del Nuevo Mundo y la Modernidad.

El inspirador de la Escuela de Salamanca fue Francisco de Vitoria y teorizó sobre la economía desde un punto de vista moral. Según Vitoria el orden natural se basa en la libertad de circulación de personas, bienes e ideas. En sus clases trataba los temas de mayor actualidad y a ellas asistían tanto los estudiantes como los profesores. Su capacidad docente era extraordinaria, sus alumnos le admiraban tanto que le llamaban “el maestro” y hasta los hombres de gobierno acudían a él para pedirle consejo. Es considerado el padre del derecho internacional moderno y el principal defensor de los derechos humanos de los indios americanos.

F.de Vitoria fue especialmente influyente por sus aportaciones jurídicas, aunque también tuvieron gran repercusión sus estudios sobre teología y sobre aspectos morales de la economía. Sus enseñanzas se han conservado en trece lecciones solemnes, dedicadas, entre otros temas, al homicidio, al matrimonio, a la potestad civil y eclesiástica, a las relaciones entre el Concilio y el Papa, a la guerra justa o a los conflictos originados por el Descubrimiento de América, a la incorporación de aquellos territorios a la Corona Española y la paz y el respeto en las relaciones con los indios.

Francisco de Vitoria (Nacido en Burgos, en 1483​-Fallecería en Salamanca en1546). Fue un fraile dominico español, escritor y catedrático de la Universidad de Salamanca, quien destacó por sus ideas y contribuciones al derecho internacional y la economía moral basados en el pensamiento humanista del realismo aristotélico-tomista. Es considerado el Padre del Derecho Internacional.

La Sala del Consejo del Palacio de las Naciones Unidas en Ginebra lleva su nombre. En uno de los murales de esta sala, pintados por José María Sert y presentados desde 1936, está representado Francisco de Vitoria dando clase en la Universidad de Salamanca, desde donde analizó las fuentes y los límites de los poderes civil y eclesiástico, rechazó ideas medievales: las jerarquías feudales, la supremacía universal del emperador o del papa y así, enseñaría que el poder civil está sujeto a la autoridad espiritual del papado, pero no a su poder temporal.

Francisco de Vitoria se preocupó por los derechos de los indígenas de América. Su obra De indis recoge las relecciones en las que expresó su postura ante el conocimiento de los excesos cometidos en las tierras conquistadas de América. En ella afirma que los indios no son seres inferiores, sino que poseen los mismos derechos que cualquier ser humano y son dueños de sus tierras y bienes. Este fue el inicio del Ius gentium (derecho de gentes). Muy respetado por su valía intelectual, fue consultado por el rey Carlos I y sus ideas y las de fray Bartolomé de las Casas fueron escuchadas en las Cortes.

Gracias a estos dos religiosos, en 1542 se promulgaron las Leyes de Indias, que afirmaron que los indios eran seres humanos libres y los ponía bajo la protección directa de la Corona. Después de la muerte de Francisco de Vitoria, el propio fray Bartolomé de las Casas y varios de sus discípulos (Cano, Soto, Carranza) protagonizaron la Junta de Valladolid (1550) donde se utilizaron contra Juan Ginés de Sepúlveda los argumentos de Vitoria sobre cuáles eran Justos Títulos para la conquista de América y cuáles injustos, en la llamada polémica de los naturales.

Vitoria fue igualmente uno de los principales teóricos del concepto de la guerra justa. En De iure belli donde analizó los límites del uso de la fuerza para dirimir las disputas entre pueblos. Es lícito hacer la guerra, pero la única causa justa para comenzarla es responder proporcionadamente a una injuria. Por tanto no es lícita la guerra simplemente por diferencias de religión o para aumentar el territorio.

En De potestate civili, sentó las bases teóricas del derecho internacional moderno, del cual es considerado el fundador junto con Hugo Grocio. Fue uno de los primeros en proponer la idea de una comunidad de todos los pueblos fundada en el derecho natural, y no basar las relaciones internacionales simplemente en el uso de la fuerza. Mientras que Nicolás Maquiavelo consideraba al Estado como un conjunto moralmente autónomo (y que, por tanto, no podía ser juzgado según normas externas), en Vitoria la actuación en el mundo tiene límites morales. Fue el fundador de una escuela de importantes teólogos, principalmente dominicos, que tuvieron una importancia decisiva en el Concilio de Trento.

Maracaibo, martes 29 de noviembre del año 2022

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