viernes, 20 de mayo de 2022

De Chernobyl y de la lepra…

De Chernobyl y de la lepra…

En mayo del año 2019, estaba en Mississauga, Toronto, Canadá y al ver una miniserie de HBO sobre la catástrofe de Chernobyl se me ocurrió que sería pertinente trasladar algunos retazos de mi novela “El año de la lepra” al blog lapesteloca y de paso recordaba que: “Esta novela está en E-Books KDP de Amazon, y también apareció en este blog, lapesteloca, entre los meses de febrero y de junio del año 2014”.

 

Ahora cuando Ucrania es invadida por Rusia y el mundo contempla el horror de una guerra en pleno siglo XXI, puede ser pertinente señalar que una segunda edición de la misma novela, intitulada ahora “2011, el año de la lepra” ha sido editada por la editorial Sultana del lago, y se presentaba hoy en Maracaibo, a las 5pm en el Teatro Baralt en el marco de una 4ta Semana de la Narrativa Zuliana. Quebrantos de salud del recientemente galardonado poeta Luis Perozo Cervantes ha obligado a suspender esta actividad, pero ya estos retazos, estaban escritos para el este blog. En ellos  me refiero concretamente al teniente de la KGB Dimiri Yakolev…


 

… “Desde la época cuando se dio la tragedia de Chernobyl, él había visitado de nuevo los lagos y bosques contaminados de su país y pudo palpar en uno de sus familiares cercanos lo que significó la desgracia de ser uno de los “liquidadores” en la lucha para descontaminar la planta ucraniana y las áreas afectadas por la radiación. Desde entonces había conservado el gusanillo de un creciente malestar por Ucrania y regresaba mentalmente a la idea de que Belarus tendría que ser resarcida de alguna manera por sus vecinos del sur. Pero si bien es cierto que su país mantenía una conexión maternal con Rusia y con todo lo ruso como valor cultural y humano, éstos deberían ser comunes con las del gobierno de Kiev. Pero no parecía ser así. El distanciamiento y la inconformidad con todo lo ucraniano se acrecentaron en él durante el proceso de las llamadas tendencias pro-occidentales del presidente Yushchenko

 

 …Dimitri recordó entonces la fecha, el 26 de abril de 1986, el accidente nuclear de Chernobyl, el cual debería haber marcado negativamente el futuro de Ucrania y sin embargo, el viento hizo de Belarus el país más afectado al contaminar extensas áreas boscosas con miles de lagos y desoladas zonas pantanosas al noroeste del área de desastre. Después del accidente, Belarus atravesó una crisis energética, época ésta cuando Rusia presionaba al presidente de Ucrania Yushchenko en la llamada “guerra del gas”…  …“Mientras Rusia y Ucrania se disputaban el aporte energético derivado del gas para su desarrollo industrial, Belarus, seguía siendo un país primariamente agrícola aunque comenzaba lentamente a industrializarse”...

 

… “Sus hábiles negociadores políticos, especialmente su amigo Sheiman, pusieron en marcha los acuerdos con la nación caribeña más rica en hidrocarburos del hemisferio occidental. Un año antes de la aparente resolución del conflicto gasífero, fue justamente cuando Dimitri Yakolev llegó a enterarse a través de noticias de agencias de prensa internacionales, de que en aquel país caribeño existían grupos de investigadores que estaban desarrollando una vacuna para el mal de Hansen. Yakolev con el grado de teniente, ya siendo un eficiente funcionario de la KGB bielorusa desde muchos años antes se había interesado en esos tópicos médicos. Estando radicado en Afganistán acompañando a Viktor Vladimirovich Sheiman, para la época uno de los comandantes de las fuerzas rusas destacadas en aquella República, conoció lo necesario para obsesionarse con una idea para él brillante”.

 

“Tras un accidentado viaje por tierra desde Kabul hasta Peshawar en Pakistán, Dimitri se vio confinado, por motivos ajenos a su voluntad durante un par de meses en aquella ciudad. Un accidente en la carretera, con un traumatismo sospechoso de una lesión del fémur, lo obligó a hospitalizarse en Peshawar donde conoció e hizo amistad con dos curiosos investigadores nipones Shinji Masanori y Hiroaki Kashiwabara. Los amigos de Dimitri resultaron ser unos microbiólogos japoneses que estudiaban la lepra en muestras provenientes de diversos países del mundo. Los investigadores se habían radicado en aquella ciudad de Pakistán al haber determinado que en las muestras de lepra proveniente de los hospitales Lady Reading y Peshawar-Kai de Peshawar, se producían mutaciones que alteraban las secuencias en diversos genes de las micobacterias. Shinji e Hiroaki le explicaron a Dimitri, excelente conversador quien mostraba mucho interés en el trabajo de sus nuevos amigos, como hallaron estos cambios en los genes folP1, rpo B y gyrA de los bacilos de la lepra, y como éstas mutaciones, que ellos lograban desatar, habían modificado la estructura de la cubierta bacteriana que las hacía resistentes a los tratamientos”.

 

“El agente de la KGB quien venía de estar presente en una larga serie de reuniones  y charlas dictadas durante tormentosos meses vividos en Kabul, donde los jefes del Ejército Rojo habían planteado y discutido con la KGB el tema del uso de armas biológicas para acelerar las acciones del conflicto local, comenzó a madurar una idea. Según el teniente Yakolev, Belarus necesitaba algo que ofertar, algo que les ayudase a reintegrarla a la Madre Rusia y ambas naciones, estaban obligadas a recuperar a la vecina Ucrania para borrar definitivamente los absurdos sueños europeizantes de los ucranianos. Algunas de estas inquietudes las conversaría Dimitri con sus amigos japoneses, mostrándose interesado en el asunto de las mutaciones de los bacilos pues había surgido en él la idea de que pudiesen usarse algunos de aquellos extraños fenómenos de la Biología Molecular con propósitos bélicos. Bacilos leprosos que podían transformarse en un arma potencial por su agresiva conducta secundaria a las alteraciones inducidas en sus genes por las mutaciones. Esa era, para él, la sencilla razón de su interés, y a pesar de la absoluta negativa de los investigadores japoneses quienes tomaron a broma las propuestas del ruso blanco, él continuó empecinado en examinar todas las puntas de aquel espinoso tema, y en ese maremágnum estuvo sumido durante varios años”…

 

… “Pasó la temporada larga de su preparación en España y casualmente, se había dado la afortunada conexión con el país caribeño productor de gas y de petróleo. Allí, curiosamente habitaban un par de grupos de investigadores estudiando las corinebacterias responsables del mal de Hansen. Dimitri se empapó sobre todo lo concerniente a una cierta vacuna, cuya efectividad era discutible y pronto estuvo informado, no solo sobre la vacuna elaborada en la capital del país, sino también de cuanto habían avanzado las investigaciones del grupo dirigido por el profesor Arístides Sarmiento en la región occidental”...

 

 … “Requería evidencias en particular sobre las inoculaciones de bacilos en cachicamos estudiados en los laboratorios en La Cañada de Urdaneta. Trabajaban allí Korzeniowski y Pitaluga, dos microbiólogos del grupo de investigadores dirigidos por Arístides Sarmiento. Había decidido que, de ser necesario, él utilizaría toda su labia, y llegaría hasta la “ciudad de fuego” para visitar al profesor Korzeniowski. Internamente creía que al fin se acercaba para él la hora de activar su proyecto para el uso de los bacilos de Hansen en provecho de su país”...

 

No está de más recordar que uno puede “ir al link” https://bit.ly/3km5Qwp del mismo blog  lapesteloca donde se habla de la verdadera historia de un médico investigador dentro de la novela ya mencionada, sobre cachicamos y lepra, ahora, re editada

 

Maracaibo, viernes 20 de mayo del año 2022 

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