Henry
James
Henry James (1843-1916)
nació en Nueva York pero pasó la mayor parte de su vida en Europa donde conoció
a Flaubert, Zolá, Daudet, a Maupassant y a su gran amigo y maestro, Iván
Turgueniev. En su viaje a Europa, se anticiparía a otros escritores
norteamericanos como fueron Dos Passos, Hemingway y Scott Fitzgerald. El escritor y crítico literario estadounidense, se nacionalizó británico al final de su vida, en 1915, en protesta a la no-intervención de los Estados
Unidos en la Primera Guerra Mundial en favor de
la Triple Entente –Reino Unido, Francia y
el Imperio ruso–, pero murió al año siguiente
1916.
Henry James estudió a fondo la técnica de la novela y desarrollaría un estilo propio. Dictaba sus novelas a empleados que le mecanografiaban los textos, los cuales eran corregidos posteriormente por él, metodología que quizás influiría en el hecho de que su lectura, resultará como si se escuchase hablar a los personajes. Henry James era reconocido por su denominada “técnica del punto de vista”, que le permitía desarrollar el análisis psicológico de los personajes desde su interior. James consideraba que el novelista debe escribir sobre sus experiencias vitales y para él, lo sobrenatural resultaría tan solo un pretexto para desarrollar tramas sobre las que otros escritores jamás se habrían atrevido a escribir; y es que en el siglo XIX había un entusiasmo grande por el resurgimiento del espiritismo (https://bit.ly/3yaEj89) y se popularizarían los cuentos de fantasmas (ghost histories), historias donde lo natural era casi imperceptible.
En
ese ambiente, y en la década de 1850, James ya viviendo en Londres comenzó muy
entusiasmado con el teatro, y con
esperanzas de triunfar como dramaturgo
convirtió su novela El americano en una obra de teatro que lograría modestos ingresos. James escribiría
12 piezas teatrales de las cuales solo 3 fueron llevadas a escena. Tras ver el
éxito de Oscar Wilde con La importancia de llamarse Ernesto, renunció a hacer teatro. Se mudaría en
la zona este de Sussex en 1896 a una casa que sería conocida como Lamb House. En la vecindad de su mansión
de tipo georgiano, su residencia permanente, vivían escritores como H.G.Wells,
Rudyard Kipling y Joseph Conrad.
Su
hermano William estaba muy preocupado por la posibilidad de comunicarse con los
muertos, por lo que él y Henry siguieron las investigaciones psicológicas y
parasicológicas de la Sociedad for Psychical Research(S.P.R.). Será en el otoño
de 1897 cuando dictaría su novela Vuelta de tuerca (The turn of thr secrew). La S.P.R.
estaba dirigida por sir William Barret (1845-1926) y sobre la trama de su
novela, se cree que fue el arzobispo de Canterbury quien le contó la historia
de dos niños que eran poseídos por unos criados ya muertos. En realidad, su
novela se ha relacionado con Cumbres Borrascosas de Emily Brontë,
y con Jane Eyre de Carlota Brontë. También con la novela de Henry
Field Amelia(1751).
La
técnica aplicada resultaría ser como en casi todas las novelas góticas, la de
una historia relatada por un personaje ajeno a la trama y consiste en una
novela dentro de la otra, modelo señalado
antes (https://bit.ly/2FzXjDQ) al hablar
sobre las novelas de Paul Auster. A diferencia de Dickens o de Conrad, Henry
James no fue un creador de caracteres sino u propiciador de situaciones
ambiguas capaces de generar numerosas lecturas; vg una posesión satánica vs una
situación con significados freudiano, donde los niños viven las imágenes que el
aya padece por sus represiones sexuales. Oscar Wilde opinaba en aquellos días
que las novelas de James eran “tragedias isabelinas” y llegó a considerarse la Vuelta
de tuerca como un estudio sobre “la magia del mal”.
Algunas
de las novelas de Henry James fueron, Retrato de una dama, Los
embajadores, La copa dorada o Las
bostonianas, y Los papeles de Aspern (1888) que es una novela corta emblemática
de Henry James. En Los papeles de Aspern James
relata la historia de un joven crítico y editor (https://bit.ly/3s66dhW) y
recordaremos que él, como crítico literario, fue uno de los renovadores del
estudio de la novela y apostó por una nueva interpretación del desarrollo y la
relación del autor con el lector.
En la novela “El sentido del tiempo”,
de Henry James, la opinión de expertos señala que esta es una obra inacabada,
pero ha apasionado a la crítica por estar oscurecida por detalles
autobiográficos, y ha sido considerada como su testamento. Henry James revive su
pasado en el personaje de Ralph Pendrel, un historiador americano, quién a
partir del retrato de un joven antepasado inglés (https://bit.ly/3upCG1F), emprende una fantástica inmersión en el tiempo y regresa al pasado
siglo XVIII. Sus obras se han adaptado al cine
muchas veces por directores como William Wyler en
La heredera, adaptación
de la novela Washington Square,
Jack Clayton en Suspense, y James Ivory
con La
copa dorada adaptación de Las bostonianas.
James fue uno de los mayores escritores epistolares de
todos los tiempos. Existen más de diez mil cartas personales suyas, y se han
publicado más de tres mil en un gran número de recopilaciones. Entre sus
corresponsales se pueden encontrar grandes autores coetáneos como Robert Louis
Stevenson y Joseph Conrad,
junto con muchos otros amigos de su esfera íntima. Henry James fue uno de
los precursores en el empleo de narradores múltiples y en particular en el
llamado "monólogo interior", anticipándose a maestros como James Joyce o William
Faulkner. James fue sin duda un autor prolífico, escribió una
veintena de novelas, más de un centenar de relatos, varias obras teatrales e
innumerables críticas literarias.
Maracaibo,
viernes 6 de mayo del año 2022
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