lunes, 16 de mayo de 2022

Berenice, por Alfonso Ávila…

 Berenice, por Alfonso Ávila

Este texto fue extraído fidedignamente del libro intitulado Aprenda a vivir eternamente y muera tranquilo, de mi compadre, colega y amigo ya desaparecido el profesor Dr. Alfonso Ávila Mayor. Corresponde a la primera parte (Berenice) de uno de sus capítulos sobre las cuatro protagonistas (Berenice, Eleonora, Ligeia y Morella), citadas en las Narraciones Extraordinarias de Edgar Allan Poe.

 

“De mis libros provisión de pesar, pesar por la pérdida de Eleonora, por la rara y radiante señora a quien los ángeles llaman Eleonora, sin nombre aquí para siempre. Cuan ansioso el nuevo día deseaba, en la lectura procurando en vano hallar tregua a la honda desventura de la muerta Leonora; la radiante, la sin par virgen rara a quien Leonora los querubes llaman, ahora ya sin nombre... ¡nunca más! (*) Grazna el cuervo, “nunca más¨”, y el cuervo nunca desaparecido todavía está sentado, todavía está sentado sobre el pálido busto de Pallas, justo encima de la puerta de mi recámara, y sus ojos tienen todo el parecido al demonio que está soñando y la luz de la lámpara sobre él arroja en haces su sombra sobre el piso y mi alma fuera de esta sombra que yace flotando en el piso, será levantada, nunca jamás. (De El cuervo, poema de Edgar Allan Poe). ¡Y aun el cuervo inmóvil!, fijo, sigue fijo en la escultura, sobre el busto que ornamenta de mi puerta la moldura.... y sus ojos son los ojos de un demonio que, durmiendo, las visiones ve del mal; y la luz sobre él cayendo, sobre el suelo flota..., nunca se alzará..., nunca jamás! (*) de la traducción del poema del Edgar Alan Poe por el poeta venezolano Juan Antonio Pérez Bonalde.

 

Según epílogo biográfico de Narraciones Extraordinarias, Edgar Allan Poe nació en Boston, Estados Unidos, el 19 de enero de 1809. Huérfano a los dos años, fue recogido por su Tío Allan. Al regresar de Inglaterra ingresó en la Universidad de Virginia, de donde fue expulsado por conducta rebelde y caprichosa y expulsado también de la Academia Militar de West Point. Después se lanzó a su carrera literaria, alcanzando fama en 1845 con su poema El Cuervo. Desde entonces mantuvo depresiones psíquicas y un aumento de su fuerte tendencia a la mixtificación, a hacer creer a los demás complicadas patrañas sobre él y sus antecesores.

 

En su vida predominó el elemento sombrío y tras su conducta melodramática se escondió una verdad casi siempre trágica. Arrastrado al alcohol por sus depresiones, intentó el suicidio y viudo, después de casado con una prima mucho más joven que él, muerta de tuberculosis, intentó un nuevo matrimonio, pero antes fue encontrado moribundo en la calle Lombard de Baltimore y falleció el 7 de octubre de 1849 en la sala para pacientes alcohólicos del Hospital Washington College. Con el material de su infierno Poe había creado un puñado de obras maestras entre las que destacan sus Narraciones Extraordinarias, que, traducidas por Baudelaire, muy pronto se hicieron famosos, por un talento literario afirmado al modelar la ardiente materia de su angustia, de sus impulsos necrófilos y de su sadismo

 

El amor, decía Lope de Vega es la raíz de todas las pasiones. De él nace la tristeza, el gozo, la alegría y la desesperación. Mientras Schopenhauer lo consideró la compensación de la muerte y J.R. Gendra afirmó que amar es tener el diablo en el cuerpo y a Dios en el corazón, la seductora Madame Pompadour por otra parte decía: el amor es la pasión de las almas grandes y les hace merecer la gloria cuando no les trastorna la cabeza.  

 

Edgar Allan Poe no escapa a la fijación amorosa con la mujer que se describe asociada a conocidos personajes de la literatura. Pero no es, para señalar unos muy pocos ejemplos, la candorosa dependencia del Quijote de la Mancha con una idealizada Dulcinea del Toboso que le inspiraba sus arrebatos épico-justicieros de gran caballero andante, ni la trascendente asociación del Dante Allighieri con Beatriz, su guía itinerante y protectora  mientras descendía a las profundidades infernales o se acercaba a la extrema bienaventuranza compartida en el paraíso sideral, ni tampoco la trágica obsesión de Romeo por Julieta, en el drama universal shakesperiano.

 

No, el autor de Narraciones Extraordinarias, protagoniza él mismo una fijación autobiográfica de alto contenido pervertido y sadomasoquista con la mujer amada, llámese esta Berenice, Eleonora, Ligeia o Morella, que con él interactúan en una trágica transmutación, o un ser y desaparecer para volver a ser con el ritmo de un mismo y terrible ritornello. De la obra de Poe, comentó Eliphas Levi, el mago, que no inventó ni los personajes ni los hechos de extrañas novelas, soñaba cuando caminaba y es por ello que los pintó tan bien, con todos los colores de una chocante realidad y definitivamente, en Eureka, su obra póstuma, el escritor reveló infinita y genial capacidad precognitiva de eventos y adelantos muy posteriores a él.


BERENICE

Egaeus, de familia de visionarios que piensa que la desgracia es diversa y la miseria sobre la tierra multiforme y para quien en el recordar de su infancia sería ocioso decir que no ha vivido antes y que el alma no tiene una existencia anterior, de lo que está convencido y de lo que no trata de convencer, narra sobre su crecer junto a su prima Berenice… Ella ágil, graciosa y rebosante de energía y él, enfermizo y hundido en la melancolía.

 

Y sucede después, que, sin embargo, un mal fatal se abatió sobre aquella sílfide de magnífica y fantástica belleza, una especie de epilepsia que con frecuencia terminaba en catalepsia, muy semejante a la muerte y de la que en muchos casos despertaba de forma sorprendentemente brusca. Mientras tanto su propio mal, crecía en una morbosa irritabilidad de la facultad de atención o nerviosa intensidad de interés que lo llevaba a meditar durante largas horas sobre acciones y hechos frívolos y hasta extravagantes, con excitada atención y sin el carácter especulativo del soñador ordinario. Fiel a su propio carácter, su mal se alimentaba de los cambios en el sistema físico de Berenice y en la asombrosa distorsión de su identidad personal.

 

Cercana la fecha de su boda, creyéndose sólo en una tarde de invierno y sentado en el gabinete interior de su biblioteca, la vio de pronto surgir de pie ante él. Su rostro melancólico y ojos vidriosos carentes de vida, le hicieron apartar la mirada y contemplar sus labios que se abrieron en una sonrisa de peculiar significación, mostrando lentamente sus dientes, cuyo blanco y temible espectro no quiso nunca abandonar la desordenada estancia de su cerebro y constituirse en la plena furia de su monomanía.

 

Ya no tenía pensamientos sino para esos dientes que se convirtieron en la esencia de su vida mental e informado fue una noche por la sirvienta, que llorando le dijo que Berenice ya no existía, que a primera hora de la mañana había sufrido un ataque epiléptico y que la tumba estaba preparada para su moradora, terminados los preparativos para el entierro. Perdida toda noción de realidad su memoria estaba llena de horror, más temible cuanto más vago era.

 

Volvió a la realidad por el entrar de un sirviente que con loco horror y trémula voz le contaba de un grito salvaje que había turbado el silencio de la noche por lo que reunidos todos buscaron en esa dirección. Le habló luego en tono estremecedoramente claro de una tumba violada, de un cuerpo desfigurado, amortajado, pero aún anhelante, aún vivo. Señálole el sirviente los vestidos de Egaeus, con manchas de fango y sangre coagulada y dirigió su atención a una azada apoyada en la pared.

 

Lanzando un grito él se abalanzó sobre una cajita de ébano colocada sobre la mesa, pero sin fuerzas para abrirla y por su temblor, aquella cayó pesadamente y se hizo pedazos. Con un ruido metálico rodaron instrumentos de cirugía dental, mezclados con treinta y dos cositas blancas y marfileñas que se diseminaron aquí y allá por el suelo.

 

***

Original del griego: Berenice significa la que trae la noticia de la victoria. El sentido mágico alude a la capacidad para inclinar la balanza en beneficio propio. Su capacidad es la de ser positiva, la de encontrar lo bueno en lo malo, lo brillante en lo opacó, lo valioso en lo que no tiene valor. Su ángel custodio es Leaiel, especie angélica, trono. Empatía astral Virgo y Libra – Número de la suerte: 7.

 

Personajes en la Historia:  Berenice I.- Reina de Egipto por haber sido la tercera esposa de Tolomeo. Berenice II – Princesa egipcia hija de Tolomeo Filadelfo, casó con el Rey de Siria, Antíoco, tras repudiar este a Laodicea, quien después lo hizo envenenar y asesinó a Berenice y a su hijo.  Berenice III.- Reina de Egipto, casada con Tolomeo Evergates, durante su ausencia, cortó su famosa cabellera para ofrendarla a los dioses en solicitud de protección para Tolomeo. La cabellera desapareció y el astrónomo, Conon de Samos sostuvo que se había transformado en constelación. Berenice I.- princesa judía. Hija de Herodes Agripa I, de Judea. Casó con Herodes de Calcis y a la muerte de este vivió incestuosamente con su hermano Agripa II, luego casó con el Rey Polemón de Cilica. Lo abandonó y pasó a Roma, donde fue amante de Tito, quien desistió de casarse con ella. Volvió a Judea donde habría muerto.

 

Maracaibo lunes 16 de mayo, del año 2022

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