Los bonobos son los dos parientes vivos más
próximos del Homo sapiens. En 1928 el zoólogo alemán Ernst Schwarz midió aquel cráneo y otros
dos, y llegó a la conclusión de que representaban una forma diferenciada de
chimpancé que solo se encontraba en la ribera de la orilla izquierda del río
Congo.
El 25 de
septiembre de este año 2018, una investigación aportó datos sobre los
primates en las orillas de río Congo demostrando que, a pesar de ser primos
hermanos, bonobos y chimpancés se comportaban de un
modo muy diferente… De todos estos “monos” hemos venido hablando en este
blog, quizás no tanto como sobre los pulpos y sus asuntos, pero aquí les dedico
este recordatorio de previas vivencias conceptuales.
El 3 de
octubre del año 2018, (https://surl.lu/zhulsh)
en este blog mostramos una investigación que aportó datos sobre los primates en
las orillas de río Congo demostrando que a pesar de ser primos hermanos, bonobos y chimpancés se comportaban de un
modo muy diferente… El bonobo, antes conocido como chimpancé pigmeo, es una
especie diferenciada de simio antropomorfo que vive únicamente en los bosques
de la orilla izquierda del río Congo. Desde la infancia hasta la madurez, la
madre es el mejor amigo del bonobo.
En 2021 regresamos a hablar en este blog sobre los monos y la política (https://surl.lu/fdexlp) y conversamos sobre Frans de Waal un renombrado primatólogo nacido en los Países Bajos en 1948, profesor
del comportamiento de los primates en el departamento de psicología de la
Universidad de Emory y director del Living Links Center, adscrito al Yerkes
National Reserch Center de Atlanta.
En
1977, Frans de Waal recibió su doctorado en biología de
la Universidad de Utrecht y en
su libro, El mono que llevamos
dentro, examina el comportamiento humano a través de los ojos de un
primatólogo, usando el comportamiento de chimpancés y
de bonobos comunes como metáforas para
entender la psicología humana.
Frans
de Waal se preguntaba… ¿Qué nos espera en el futuro al respecto? ¿Igualdad de
los humanos y los animales? Se responde él mismo, así: “No
necesariamente. Hay que reconocer las diferencias entre especies. Pero más
respeto, seguro. En la filosofía sobre todo, donde siempre ha sido
tradicionalmente el ser humano el centro de todo”. “Tenemos que pensar más
en los humanos como animales y menos como ángeles”.
“Es
muy difícil saber lo que siente un pulpo, ciertamente. Lo es incluso saberlo de
un humano. Curiosamente con muchos animales funcionan los mismos parámetros
para analizar las emociones que con nosotros: el ritmo cardiaco, la expresión
facial –muy parecida en el ser humano y los chimpancés- , los gestos. En
realidad, el lenguaje, nuestra forma característica de expresión, a menudo
ofrece menos información fiable que las demás fuentes”.
La
diferencia con la sociedad humana, -recuerda de
Waal- es que en la de los bonobos (pero no en la de los
chimpancés) la jerarquía la ostentan las hembras, que se basan en la
cooperación (y en el sexo) y no en la rivalidad. “Los
chimpancés machos son violentos para conseguir hembras para reproducirse, así
que matar una no sería muy inteligente: sería completamente estúpido. Los
chimpancés practican la guerra y los bonobos no. Y son capaces de relacionarse
de manera amistosa con otros grupos”. Según De Waal: “Los chimpancés recurren
al poder para resolver los problemas sexuales; los bonobos recurren al sexo
para resolver los problemas de poder”.
Hay
una conexión entre los monos y un virus letal, la cual hemos examinado en
previas instancias… El 26 de noviembre del 2020 (Ebola y los monos). El brote de Ebola, declarado el 1 de agosto de
2018, ha sido el más letal de la historia del Congo y el segundo del mundo por
muertes y casos, tras la epidemia en África Occidental de 2014 que dejó 11.300
víctimas. En una próxima ocasión (mañana) hablaremos de una mujer patólogo
veterinario, la Dra Nancy Jaax quien fue la científica que mejor
estudiaría el problema del virus Ebola y los monos en los Estados Unidos.
La enfermedad por el virus del Ebola (EVE), antes
llamada fiebre hemorrágica del Ebola, es frecuentemente mortal en el ser
humano. Se cree que, de producirse una pandemia, esta será similar a
aquella otra que, a mediados del siglo XIV, entre 1346 y 1347, estalló en
Europa, tan sólo comparable con la que asoló el continente europeo en tiempos
del emperador Justiniano (siglos VI-VII) cuando la peste
negra era una inseparable compañera de viaje de la población europea, y
así, fue diezmando a la gente hasta su último brote que se dio a principios del
siglo XVIII.
Si regresamos al
inicio de este artículo, “hablando de monos” señalaremos que uno de los
problemas con el Ébola es que prácticamente ha eliminado en África a la
población de gorilas. Debido a que los primates no humanos son muy
susceptibles, y la cepa de Costa de Marfil mató a muchos chimpancés, este virus
sin lugar a dudas es muy peligroso para esos animales.
Maracaibo, jueves 24 de julio del año 2025
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