Aunque la
honestidad o la falta de ella se considera es propia de los humanos,
también parece probable que pueda estar presente en el resto de los seres
vivos. Un ejemplo puede ser la cornamenta de los ciervos, o la viveza de los
colores del pavo real, o la longitud del cuerno del narval ya que son todas señales honestas, que
sencillamente pretenden informar al otro, generalmente a las hembras de la
misma especie, de la idoneidad genética del macho que tiene tales atributos
señalados.
Las angiospermas, son plantas
con flores, que tienen una forma muy
particular de reproducirse: en mayor o menor grado confíando su fecundación a
un tercero. En el caso de la T. velutina, depende casi
exclusivamente de los insectos para su supervivencia como especie. Siendo una
planta de ciclo anual, sus flores solo se abren durante cinco horas de un único día
en las que tiene que asegurarse su polinización.
Entre las
plantas apenas se ha investigado cómo es que comunican sus aptitudes físicas. La
T. velutina es una planta endémica de
México que solo florece durante cinco horas al año. En ese tiempo, indica a las
abejas la cantidad de néctar que tiene según el tamaño de sus flores. La Turnera
velutina puede ser muy deshonesta. “A
la mañana temprano la visitan unas abejas, que van siendo reemplazadas por
otras, las distintas especies se reparten las cinco horas”, dice el
investigador Sergio Ramos.
Durante su estancia en el Laboratorio de
Interacción Planta-Animal de la Universidad Nacional Autónoma de México,
(UNAM), Ramos y un grupo de colegas iniciaron el estudio de la relación entre
esta planta de flores intensamente amarillas y sus polinizadores. Ellos
seleccionaron 45 ejemplares con un genotipo diferente, cortándoles varios
tallos para trasplantarlos. Querían medir su
honestidad con las nueve especies de abejas de las que depende su
reproducción.
“La honestidad se define como la correlación entre una señal floral (como el tamaño de la flor), y la cantidad de recompensa (como el néctar)”, explica Ramos, ahora en la Universidad de Zúrich (Suiza). “Una planta honesta es aquella que tiene una correlación positiva y fuerte, porque así le indica a los polinizadores cuánta recompensa pueden encontrar en una flor”, añade. El éxito reproductivo de la T. velutina dependería de lo ciertas que fueran sus señales de honestidad, que la información que muestra externamente se correspondiese con lo que alberga en su interior y la abeja no puede ver desde fuera.
Se muestra la parte superior de una 'Erysimum mediohispanicum',(ver) propia de las zonas mediterráneas de la península ibérica. La cantidad de néctar que esconde va paralela a la longitud del tubo de la corola. Mientras, la del polen correlaciona con su diámetro.
Los resultados de su investigación, publicados recientemente en la revista especializada New Phytologist, encontraron una correlación entre el tamaño de los pétalos de sus flores y la cantidad de néctar que contenían, una conexión que llevan fijada en sus genes. Las flores más honestas tenían pétalos con un área mayor. Además, comprobaron que la honestidad tiene premio: las abejas pasaban más tiempo en ellas que en las llamadas deshonestas. Y eso tenía una consecuencia vital. De entre las 1.098 flores que estudiaron, las que tuvieron mayor correspondencia entre la señal externa (la flor) y su contenido en néctar produjeron hasta un 31,6% más de semillas por fruto.
Pero descubrieron algo que están teniendo dificultades para explicar. A
pesar de que las abejas pasaban más tiempo en las T. velutina que
cumplían entre tamaño de sus flores y cantidad de azúcares en los nectarios,
provocando una fecundación más exitosa en forma de mayor cantidad de semillas,
la mayoría de las plantas eran deshonestas.
“Todas recibieron un elevado y
similar número de visitas”, destaca el científico mexicano. “Tal vez eso quiera decir que no
sufren limitación de polinizadores, que siempre hay disponibles. Y esto quizá
llevó a la planta a evolucionar un sistema muy eficiente de polinización donde lo que ocurre
en cinco horas es suficiente y basta para producir el número de semillas que
tiene que producir”, especula Ramos. “La cantidad es
la misma, lo que cambia es la calidad de la visita. Al pasar más tiempo en las
honestas se aseguran una mejor polinización, como se demuestra por la
producción de una mayor cantidad de semillas”, termina.
Sobre la permanencia de la deshonestidad, Ramos solo apunta algunas
ideas… Una podría ser el coste de generar el néctar, el polen, los pigmentos
necesarios para colorear unos pétalos más grandes, o incluso el aroma, otra de
las formas que manifiesta la honestidad, como demostró un trabajo publicado hace unos años en el que
comprobaron que los abejorros preferían las flores con un
aroma más intenso. Todos estos recursos
son más o menos costosos, lo que favorecería que algunas plantas fueran
deshonestas. Pero faltan datos para saber cuánto de extendidas están tanto la
honestidad como su reverso entre las plantas.
José Mª Gómez Reyes es el responsable del departamento de ecología
funcional y evolutiva de la Estación Experimental de Zonas Áridas. Hace años investigó la presencia de señales honestas en una pequeña flor propia
de la España más mediterránea, el alhelí de roca (Erysimum mediohispanicum). “No hay estudios que hayan integrado el poco conocimiento que aún se
tiene de la honestidad de las señales florales”, dice este investigador. “La mayoría de los estudios de señales honestas
y toda la teoría de señales honestas se han hecho con animales. Por ejemplo,
con los machos que exhiben determinados caracteres para traer a las hembras. Al
exhibir ese carácter que es costoso, lo que están transmitiendo a la hembra es
que se trata de un genotipo que tiene unas características genéticas que son
relativamente buenas”.
Las orquídeas 'Ophrys speculum', propia del
sureste español, imitan el abdomen de las hembras de una especie de avispa. Los
machos intentan copular con ella hasta que decepcionados van a otra flor,
completando así la polinización sin recibir nada a cambio.
Pero en el caso de las plantas con flores, lo que se produce es lo que
Gómez Reyes denomina externalización de la selección sexual: “Mientras el pavo real confía en él para
intentar atraer a las hembras, una flor confía en un agente externo”. Lo
que le conviene a la planta, suponiéndole intencionalidad a estos procesos, “es transmitir la mayor cantidad posible de
gametos con el menor coste posible y quien va a mover su material genético de
una flor a otra es alguien que ni siquiera pertenece a su misma especie y con
el que no se va a poder reproducir. Entonces, si puedes intentar estrategias de
engaño, las desarrollas”, detalla Gómez Reyes. De hecho, hay muchas flores
que, recuerda el investigador, “no tienen
néctar y, sin embargo, destacan ciertos rasgos, atrayendo a los polinizadores
que se quedan decepcionados”. Eso se llama polinización por engaño y las
orquídeas son las maestras.
En las sierras de Almería, Granada y Murcia, florecen varias orquídeas
ibéricas del género Ophrys.
La inmensa mayoría de ellas no producen néctar, pero se aseguran su
supervivencia siendo deshonestas, algunas, como la Ophrys speculum, muy deshonestas. Sus flores imitan el
abdomen de una avispa, la Dasyscolia ciliata. Además, producen la
fragancia de la hembra de la avispa. Así que los machos del insecto se acercan
a la flor e intentan copular con ella. “Esto
se denomina pseudocopulación”,
dice Gómez Reyes. La avispa decepcionada se marcha y vuelve a repetir la
operación en otra flor, pero ya lleva adheridas las polinias de la anterior,
completando así la polinización. “Es un
caso extremo de polinización por engaño porque no es solo que no produzcan
néctar, es que han evolucionado para producir una forma floral que es casi
indistinguible de una hembra de una avispa solitaria”, termina.
El director del Instituto de Botánica Evolutiva y Sistemática de la
Universidad de Zúrich, Florian Schiestl dice en un correo que la coexistencia
de honestidad y deshonestidad exige una respuesta larga, pero en su versión
corta sería así: “La honestidad es
preferible cuando las plantas poseen abundantes recursos y necesitan muchas
visitas de los polinizadores para fertilizar sus óvulos. La deshonestidad se
favorece cuando las plantas necesitan pocas visitas (por ejemplo, porque la
polinización es muy eficiente, como en las orquídeas) o tienen pocos recursos
para desarrollar semillas”.
Maracaibo, de jueves 15 de mayo del año 2025
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