domingo, 25 de mayo de 2025

Leonora Carrington


Mary Leonora Carrington (LancashireInglaterra, 1917-Ciudad de México, mayo de 2011) fue una pintora surrealista y escritora mexicana de origen británico con una obra tan compleja como las escenas y personajes fantásticos que creó, llegando a ser una de las artistas más influyentes del siglo XX en el movimiento surrealista y del arte creado en México.

Leonora Carrington fue de las últimas sobrevivientes del movimiento surrealista de los años 30. Hija de un magnate de la industria textil, desde niña Carrington mostró oposición a las tradiciones y costumbres religiosas de su familia: fue expulsada de dos conventos antes de que fuera enviada a un internado en Florencia, donde comenzó a pintar.

En 1936, Leonora inició su educación formal como artista en la Amédée Ozenfant Academy de Londres, con un interés especial por el surrealismo. En 1937, conoció a Max Ernst (1891-1976) al visitar la primera Exposición Surrealista Internacional en Londres y quedó impactada por su obra Dos niños son amenazados por un ruiseñor (1924). Tenía 19 años y Leonora se enamoró, y huyó con Max Ernst a París y ambos comenzaron una relación, estableciendo pronto un hogar en St. Martin d'Ardèche, en el sur de Francia, creando un círculo de amigos surrealistas . Sin embargo, Carrington permaneció al margen del movimiento pues Carrington "nunca fue surrealista, sino una verdadera revolucionaria".

El surrealismo hacia las mujeres era ambivalente. André Breton, fundador del movimiento estaba fascinado por la idea freudiana de que la psique femenina era desenfrenada, mística y erótica. Carrington en una ocasión diría “No tenía tiempo para ser la musa de nadie... Estaba demasiado ocupada rebelándome contra mi familia y aprendiendo a ser artista”.

Max Ernst era pintor, escultor, grabador, artista gráfico y poeta nacido en Alemania, era un artista prolífico, quien había sido pionero del movimiento Dada y el surrealismo en Europa donde Leonora Carrington conoció a varios artistas del círculo surrealista, André Breton, Salvador Dalí, Pablo Picasso, entre otros. Para 1938, la obra de Carrington ya era presentada en exposiciones y galerías de París y Amsterdam; también comenzó a escribir novelas y cuentos de corte surrealista. Ernst era conocido por sus métodos de dibujo poco convencionales, sin formación artística, su actitud experimental hacia la creación de arte resultó en su invención del frottage y el grattage, -técnica análoga en la que la pintura se raspa sobre el lienzo para revelar las huellas de los objetos colocados debajo. En 1941, Marx Ernst fue encarcelado en un campamento Nazi, obligando a Leonora a huir a España.

Con la ocupación nazi de Francia en junio de 1940, Leonora Carrington huyó al sur, donde sufrió una crisis emocional y posteriormente fue internada en un hospital psiquiátrico de Santander, España. Relató este traumático suceso por escrito, en su relato "Down Below", y visualmente. Una de estas obras es "Green Tea" (1942), una pintura que Carrington pintó durante una breve estancia en Nueva York, de donde escapó tras ser dada de alta del hospital español. A finales de 1942, Carrington se mudó a la Ciudad de México, donde permanecería el resto de su vida. Víctima de una crisis nerviosa, fue internada en un asilo. Posteriormente viajó a Lisboa en busca del diplomático mexicano Renato Leduc, con quien contrajo matrimonio para poder viajar a Nueva York, donde residió un año.

En 1942 Leonora se divorció de Leduc, llegó a México y adquirió la ciudadanía mexicana. Se estableció finalmente en la Ciudad de México donde se unió a una creciente comunidad de artistas, escritores y fotógrafos expatriados, entre ellos Varo, Benjamin Péret , Kati y José Horna, En 1946, Leonora Carrington se casó con el fotógrafo húngaro, Emerico “Chiki” Weisz. con quien tuvo dos hijos. Gabriel, intelectual y poeta, y Pablo, médico y artista surrealista. Chiki Weisz falleció el 17 de enero de 2007 en su domicilio a los 97 años.

El gobierno mexicano, reconociendo su talento, en 1963 le comisionó elaborar un mural para el Museo Nacional de Antropología, el cual tituló El Mundo Mágico de los Mayas. realizado entre 1963 y 1964 por encargo de su director Ignacio Bernal. En este mural se funden imágenes provenientes del Popol Vuh, libro sagrado de los antiguos mayas-quichés, con observaciones directas de la sociedad tradicional maya contemporánea y algunos elementos de la Mitología celta.

Vivió la mayor parte de su vida adulta en la Ciudad de México y fue una de las últimas participantes sobrevivientes del movimiento surrealista de la década de 1930.  Carrington también fue miembro fundadora del movimiento de liberación femenina en México durante la década de 1970. Híbridos animales/humanos, diosas gigantes, espacios para la transformación mágica y criaturas enigmáticas pueblan las obras y escritos de Leonora Carrington. Creó un panteón de temas que transmiten su interés por lo sagrado —un tema independiente de una religión o cultura específica— y su presencia en los rincones más íntimos de nuestra psique.

Carrington se rebeló contra las expectativas sociales que la rodeaban como joven de clase alta nacida en Lancashire, Inglaterra. Rechazaba las normas de sus internados católicos, aburrida por la interminable serie de bailes de debutantes. En cambio, sus intereses residían en las fábulas irlandesas y en escritores ingleses como Lewis Carroll, Jonathan Swift y Beatrix Potter. Como recuerda la historiadora de arte Susan Aberth: “Carrington, cuya infancia estuvo impregnada de cuentos de hadas y literatura fantástica, nunca perdió esa mentalidad juvenil y, a sus noventa años, me recitaba largos pasajes de rimas de Lewis Carroll textualmente con un brillo en la mirada”.

No le interesaban los escritos de Sigmund Freud , como a otros surrealistas del movimiento y en cambio, se centró en el realismo mágico y la alquimia, utilizando detalles autobiográficos y simbolismo como tema de sus pinturas. A Carrington le interesaba presentar la sexualidad femenina tal como la experimentaba, en lugar de como la caracterizaban los surrealistas masculinos. La obra de Carrington de la década de 1940 se centra en el tema del papel de la mujer subyacente en el proceso creativo y se identifica y se compara con el movimiento surrealista, pues dentro del surrealismo, desarrolló una intensa exploración del cuerpo femenino en combinación con las fuerzas misteriosas de la naturaleza. Durante esta época, las artistas relacionaban la figura femenina con la naturaleza creativa, utilizando posturas irónicas.  A la hora de pintar, Carrington utilizaba técnicas de pinceladas pequeñas, construyendo capas de manera meticulosa y creando imágenes ricas.

Este entorno alimentó su pasión por lo desconocido, permitiéndole descubrir la cocina, la curación y mitologías que eran nuevas para ella. Su dibujo de 1943, Reloj de Cocina, muestra hasta qué punto veía la cocina no solo como un lugar de rutinas domésticas, sino como un reino mágico, donde las mujeres podían realizar actos de transformación alquímica. En Y entonces vimos a la hija del Minotauro (1953), representa a sus dos hijos pequeños, Gabriel y Pablo, entre criaturas místicas y bolas de cristal, posiblemente esperando un acto de adivinación. A lo largo de sus ocho décadas de carrera, Carrington continuó explorando el misterio del mundo que la rodeaba, afirmando al final de su vida: “Lo único que sé es que no sé”.

Maracaibo, domingo 25 de mayo del año 2025

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