Mary Leonora Carrington (Lancashire, Inglaterra,
1917-Ciudad de México, mayo de 2011) fue una pintora surrealista y escritora mexicana
de origen británico con una obra tan compleja como las
escenas y personajes fantásticos que creó, llegando a ser una de las artistas
más influyentes del siglo XX en el movimiento surrealista y del arte creado en
México.
Leonora Carrington fue de las últimas sobrevivientes del
movimiento surrealista de los años 30. Hija de un magnate de la industria
textil, desde niña Carrington mostró oposición a las tradiciones y costumbres
religiosas de su familia: fue expulsada de dos conventos antes de que fuera
enviada a un internado en Florencia, donde comenzó a pintar.
En 1936, Leonora inició su educación formal como
artista en la Amédée Ozenfant Academy de Londres, con un interés especial por
el surrealismo. En 1937, conoció a Max Ernst (1891-1976) al visitar la primera Exposición Surrealista Internacional en Londres y
quedó impactada por su obra Dos niños son amenazados por un
ruiseñor (1924). Tenía
19 años y Leonora se enamoró, y huyó con Max Ernst a París y ambos
comenzaron una relación, estableciendo pronto un hogar en St. Martin d'Ardèche,
en el sur de Francia, creando un círculo de amigos surrealistas .
Sin embargo, Carrington permaneció al margen del movimiento pues Carrington
"nunca fue surrealista, sino una
verdadera revolucionaria".
El surrealismo hacia las mujeres era ambivalente. André Breton, fundador
del movimiento estaba fascinado por la idea freudiana de que la psique femenina
era desenfrenada, mística y erótica. Carrington en una ocasión diría “No tenía tiempo para ser la musa de
nadie... Estaba demasiado ocupada rebelándome contra mi familia y aprendiendo a
ser artista”.
Max Ernst era pintor, escultor, grabador, artista
gráfico y poeta nacido en Alemania, era un artista prolífico,
quien había sido pionero del movimiento Dada y el
surrealismo en Europa
donde Leonora Carrington conoció a varios artistas
del círculo surrealista, André Breton, Salvador
Dalí, Pablo Picasso, entre otros. Para 1938, la obra de Carrington ya era
presentada en exposiciones y galerías de París y Amsterdam; también
comenzó a escribir novelas y cuentos de corte surrealista. Ernst era conocido por sus
métodos de dibujo poco convencionales, sin formación artística, su actitud
experimental hacia la creación de arte resultó en su invención del frottage y el grattage,
-técnica análoga en la que la pintura se raspa sobre el lienzo para revelar las
huellas de los objetos colocados debajo. En 1941, Marx Ernst fue encarcelado en
un campamento Nazi, obligando a Leonora a huir a España.
Con la ocupación nazi de Francia en junio de 1940,
Leonora Carrington huyó al sur, donde sufrió una crisis emocional y
posteriormente fue internada en un hospital psiquiátrico de Santander, España.
Relató este traumático suceso por escrito, en su relato "Down Below", y visualmente. Una de estas
obras es "Green Tea" (1942), una pintura
que Carrington pintó durante una breve estancia en Nueva York, de donde escapó
tras ser dada de alta del hospital español. A finales de 1942, Carrington se
mudó a la Ciudad de México, donde permanecería el resto de su vida. Víctima de una crisis nerviosa, fue internada en un asilo.
Posteriormente viajó a Lisboa en busca del diplomático mexicano Renato Leduc,
con quien contrajo matrimonio para poder viajar a Nueva York, donde residió un
año.
En 1942 Leonora se divorció de Leduc, llegó a México y adquirió la
ciudadanía mexicana. Se estableció finalmente en la Ciudad de México donde se
unió a una creciente comunidad de artistas, escritores y fotógrafos
expatriados, entre ellos Varo, Benjamin Péret , Kati y José Horna, En 1946, Leonora Carrington se casó
con el fotógrafo húngaro, Emerico
“Chiki” Weisz. con quien tuvo dos
hijos. Gabriel, intelectual y poeta, y Pablo,
médico y artista surrealista. Chiki Weisz falleció el 17 de enero de 2007 en su
domicilio a los 97 años.
El gobierno mexicano, reconociendo su talento, en 1963 le comisionó
elaborar un mural para el Museo Nacional de Antropología, el cual tituló El Mundo Mágico de los Mayas. realizado entre 1963
y 1964 por encargo de su director Ignacio Bernal. En este mural se funden
imágenes provenientes del Popol Vuh,
libro sagrado de los antiguos mayas-quichés, con observaciones directas
de la sociedad tradicional maya contemporánea y algunos elementos de la Mitología celta.
Vivió la mayor parte de su vida adulta en la Ciudad de
México y fue una de las últimas participantes sobrevivientes
del movimiento surrealista de la década de 1930. Carrington también fue
miembro fundadora del movimiento de liberación femenina en
México durante la década de 1970. Híbridos animales/humanos, diosas gigantes, espacios para la
transformación mágica y criaturas enigmáticas pueblan las obras y escritos de
Leonora Carrington. Creó un panteón de temas que transmiten su interés por lo
sagrado —un tema independiente de una religión o cultura específica— y su
presencia en los rincones más íntimos de nuestra psique.
Carrington se rebeló contra las expectativas
sociales que la rodeaban como joven de clase alta nacida en Lancashire,
Inglaterra. Rechazaba las normas de sus internados católicos, aburrida por la
interminable serie de bailes de debutantes. En cambio, sus intereses residían
en las fábulas irlandesas y en escritores ingleses como Lewis Carroll, Jonathan
Swift y Beatrix Potter. Como recuerda la historiadora de arte Susan Aberth: “Carrington, cuya infancia estuvo impregnada
de cuentos de hadas y literatura fantástica, nunca perdió esa mentalidad
juvenil y, a sus noventa años, me recitaba largos pasajes de rimas de Lewis
Carroll textualmente con un brillo en la mirada”.
No le interesaban los escritos de Sigmund Freud ,
como a otros surrealistas del movimiento y en cambio, se centró en el realismo
mágico y la alquimia, utilizando detalles autobiográficos y simbolismo como
tema de sus pinturas. A Carrington le interesaba presentar la sexualidad
femenina tal como la experimentaba, en lugar de como la caracterizaban los
surrealistas masculinos. La obra de Carrington de la década de 1940 se
centra en el tema del papel de la mujer subyacente en el proceso creativo y se
identifica y se compara con el movimiento surrealista, pues dentro del
surrealismo, desarrolló una intensa exploración del cuerpo femenino en
combinación con las fuerzas misteriosas de la naturaleza. Durante esta época,
las artistas relacionaban la figura femenina con la naturaleza creativa,
utilizando posturas irónicas. A la hora de pintar, Carrington utilizaba
técnicas de pinceladas pequeñas, construyendo capas de manera meticulosa y
creando imágenes ricas.
Este entorno alimentó su pasión por lo desconocido,
permitiéndole descubrir la cocina, la curación y mitologías que eran nuevas
para ella. Su dibujo de 1943, Reloj de Cocina, muestra hasta qué punto veía la
cocina no solo como un lugar de rutinas domésticas, sino como un reino mágico,
donde las mujeres podían realizar actos de transformación alquímica. En Y entonces vimos a la hija del
Minotauro (1953), representa a sus dos hijos pequeños, Gabriel y Pablo,
entre criaturas místicas y bolas de cristal, posiblemente esperando un acto de adivinación.
A lo largo de sus ocho décadas de carrera, Carrington continuó explorando el
misterio del mundo que la rodeaba, afirmando al final de su vida: “Lo único que
sé es que no sé”.
Maracaibo, domingo 25 de mayo del año
2025
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