La endogamia es un tema tabú para muchos quienes hablan de la endogamia
buena o la endogamia mala (es algo como el colesterol). En sitios donde existe
una “cultura
antiendogámica”, esta suele coincidir con la cultura de la evaluación
de resultados, tanto en lo público como en lo privado. Frente a determinados
colectivos, se legisla en favor de “la
igualdad y de la no discriminación”. Se legisla para evitar la
discriminación que significa que “el de
casa” tenga ventajas, ya que todos entendemos que la endogamia, -en
términos generales-, no es buena.
En estos términos, la endogamia puede verse como un comportamiento
natural en el ser humano. En lo personal… ¿Cómo no va a ser natural que
queramos que alguien próximo a nosotros progrese? Si estamos convencidos de que
esa persona “próxima” es buena y
competente, ¿por qué no la vamos a contratar o promocionar? Cuando esto ocurre,
se dice que es endogamia buena, (como
el colesterol, que puede ser bueno o malo) y en este sentido, viendo la
endogamia como un fenómeno que ocurre en cualquier tipo de organización,
pensemos que, si la endogamia puede ser un tabú, el nepotismo pasa a ser un
anatema.
Los Habsburgo conformaron varias generaciones
de matrimonios endogámicos cuyo principal objetivo era asegurar la influencia de la familia en la
Europa de los siglos XVI a XVIII, pero lo que no podían saber de ningún modo es
que precisamente aquello que pensaban que los haría más poderosos fue lo que acabaría
a la larga con su dinastía.
Es conocida la
apariencia del último rey Habsburgo de España, Carlos II, apodado "El Hechizado", quien murió sin descendencia
tras una vida desgraciada marcada por la enfermedad. En sus numerosos
retratos vemos el aspecto de un hombre de cuerpo desmedido, de frente estrecha,
mirada incierta y labio caído. Carlos
II tenía todas las deformaciones faciales de los Austrias: una gran nariz con
punta sobresaliente que cae sobre el labio inferior, también prominente, y una
mandíbula inferior con un acusado prognatismo.
Carmen Mayans es Documentalista y licenciada en Historia Antigua y
Arqueología y está especializada en la cultura del antiguo Egipto. En la
Revista Annals o Human Biology, Mayans
ha publicado un estudio donde se analizan las malformaciones faciales que
padecieron los miembros de la dinastía de los Habsburgo, antepasados de
numerosos monarcas españoles, sus esposas e hijos. Este estudio fue realizado sobre
varios retratos de algunos miembros de la dinastía que reina en España ha
revelado algunos nuevos datos sobre la relación entre la consanguinidad
practicada por sus miembros durante más de 200 años y de ciertas deformidades
faciales como el prognatismo mandibular o la deficiencia maxilar.
La revista Annals of Human Biology acaba
de publicar este estudio que analiza
las malformaciones faciales que sufrieron los miembros de la dinastía de los
Habsburgo, un estudio que fue liderado por un equipo investigador
formado por genetistas de la Universidad
de Santiago de Compostela, entre los que se encuentran
Román Vilas y Gonzalo Álvarez, y también por diez cirujanos maxilofaciales, dirigidos
por Florencio Monje, presidente de la Sociedad
Española de Cirugía Oral y Maxilofacial y de Cabeza y Cuello.
En el estudio se sugiere
que la típica "mandíbula de Habsburgo" que presentan los miembros de
esta estirpe, cuya principal característica es su acusado prognatismo, se vio
reforzada por la endogamia dominante en la familia durante más de 200 años. Se
ha detectado una estrecha relación entre la consanguinidad (cuya extensión se
ha calculado a partir de un árbol genealógico con más de 6.000 individuos
pertenecientes a más de 20 generaciones) y el grado de prognatismo mandibular,
y también con la deficiencia maxilar, aunque ésta, al parecer, en menor grado.
Por ejemplo, si Felipe el Hermoso tenía un grado de consanguinidad del 0,025,
el de Carlos II, el último representante de la dinastía en España, era del
0,25, lo que significa que el 25% de sus genes estaban repetidos.
Para
llevar a cabo esta investigación, se analizaron un total de 66 retratos de
quince miembros de la dinastía Habsburgo conservados en algunos grandes museos del mundo, como el Museo del Prado o el Museo de Historia del Arte de Viena (de
estas dos instituciones proceden el 70% de los cuadros analizados). Los especialistas lograron clasificar a
partir de los retratos once características de deficiencia maxilar y siete de
prognatismo mandibular.
El estudio arranca con María de
Borgoña, esposa del emperador Maximiliano I de Habsburgo, que es quien muestra
menos indicios de deficiencia maxilar y prognatismo mandibular. Luego se ha
seguido con el hijo de ambos, Felipe el
Hermoso, su padre, el propio emperador Maximilano I, y
la esposa de Felipe, Juana de
Castilla, y la investigación termina con Carlos II, el
último y desgraciado exponente de la dinastía en España.
Se analizaron retratos de Margarita de Austria, hermana de Felipe el
Hermoso, que ha resultado ser la que presenta un mayor grado de deficiencia
maxilar, y se ha seguido con Carlos I e
Isabel de Portugal, Felipe II y
sus mujeres Isabel de
Valois y Ana de Austria, Felipe III y Margarita
de Austria, y Felipe IV (el
monarca que presenta un mayor grado de prognatismo, según el estudio) y
sus dos esposas, Mariana de Austria (que era su sobrina) e Isabel de Borbón.
Las dos primeras esposas de
Felipe II, María de Portugal y María I de
Inglaterra, no se han analizado ya que los
investigadores no lograron encontrar retratos lo suficientemente fiables de ellas
para obtener conclusiones. Los
investigadores analizaron un total de 66 retratos de 15 miembros distintos de
la dinastía Habsburgo, la mayoría de ellos conservados en el Museo del Prado y
en el Museo de Historia del Arte de Viena.
Los autores del estudio concluyen
que "las causas de la relación entre
consanguinidad y la deformidad facial siguen sin estar claras del todo, el principal efecto del apareamiento entre
parientes es un aumento de las posibilidades de que la descendencia herede
formas idénticas de un gen de ambos padres. Esto reduce la aptitud
genética de las personas, por lo
que la 'mandíbula de Habsburgo' debe considerarse una condición
recesiva".
Maracaibo,
el lunes 26 de mayo del año 2025
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