martes, 17 de diciembre de 2024

Servando Teresa de Mier,

 

Fray Servando o el Padre Mier (1765-1827) fue un ex fraile dominico, mexicano, sacerdote liberal y escritor de tratados sobre filosofía política en el contexto de la Independencia de la Nueva España. A la edad de 16 años, ingresó a la Orden de Predicadores (Dominicos) en la Ciudad de México. Estudió filosofía. Se ordenó sacerdote y a la edad de 27 años se doctoró en Teología por la Real y Pontificia Universidad de México.

El 12 de diciembre de 1794, durante los festejos del aniversario número 263 de la manifestación mariana de la virgen de Guadalupe dijo en un sermón que el culto guadalupano era prehispánico, al igual que el cristianismo, y que no había motivos por los cuales agradecer a España, puesto que el Imperio azteca era ya cristiano antes de 1519.

 

Una semana después de haber pronunciado el sermón, el arzobispo Alonso Núñez de Haro le acusó de herejía y blasfemia ante la Inquisición, por lo cual se le excomulgó, se le redujo a prisión, se le despojó de sus libros y fue condenado a diez años de exilio en España. Intentó disculparse, pero después se promulgó un edicto de condena pública leído en toda la Nueva España y tras meses en la fortaleza de San Juan de Ulúa en junio de 1795 embarcó en Veracruz rumbo a Cádiz.

 

Tratando de apelar su condena, decía haber sido sentenciado sin previo juicio, en castigo por aquel sermón guadalupano, el arzobispo Alonso Núñez de Haro lo condenó a diez años de exilio en el convento dominico de Las Caldas, en CantabriaEspaña y se le prohibió a perpetuidad el ejercicio de la enseñanza, la enunciación de sermones o la realización de confesiones. Igualmente, fue despojado de su grado de doctor. Escapó del convento de Caldas rompiendo los barrotes de la celda pero fue capturado y fue encarcelado de nuevo en el convento de San Francisco, en Burgos. En su nueva cárcel pudo presentar su caso al Consejo de Indias.

 

Revisada la tesis de su sermón por teólogos de la Inquisición, determinaron que no hubo blasfemia ni herejía, pero el obispo Nuñez de Haro impediría su absolución, por lo que en 1801 escapó y de Bayona pasó a Burdeos y a París donde trabajo  como intérprete José Sarea, conde de Gijón y con Simón Rodríguez, abrió una academia en París para la enseñanza de la lengua española.  Tradujo al castellano Atala, de Chateaubriand. En París conoció a Alejandro de Humboldt, al duque de Montmorency y al mismo Chateaubriand.

 

En 1802 dejó la orden dominica y se pasó al clero secular en Roma, pero cuando volvió a Madrid, fue apresado por tercera vez, debido a una sátira en apoyo a la causa independentista mexicana. Enviado a un reformatorio en Sevilla, se escapó en 1804, pera nuevamente fue arrestado y puesto en prisión, durante tres años. Entonces el Papa lo nombró su prelado particular, porque había convertido a dos rabinos al catolicismo.

 

En plena guerra entre Francia y España, se encontraba en Lisboa, y volvió a la península como militar del cuerpo de Voluntarios de Valencia, se presentó a numerosas batallas, entre otras a la batalla de Alcañiz, el 23 de mayo de 1809 y fue hecho prisionero en Belchite por los franceses, pero pudo escapar nuevamente. Se presentó ante el general Blake, quien lo recomendó a la Junta de Sevilla por sus servicios. 


La Regencia de Cádiz le proporcionó una pensión de tres mil pesos anuales. Se incorporó a la Sociedad de Caballeros Racionales, con sedes en Cádiz, Londres y Baltimore. Asistió a algunas sesiones de las Cortes de Cádiz y posteriormente se trasladó a Londres, donde colaboró con José María Blanco White en El Español, un periódico que apoyaba los movimientos independentistas en los dominios españoles en América.

 

Servando Teresa de Mier se encontraba en Cádiz durante los preparativos para la celebración de las Cortes constituyentes; cuando llegó la comisión de América, donde se encontraba Lucas Alamán, un novohispano criollo con el que había entablado amistad en París (posteriormente sería su encarnizado rival político). Alamán lo invitó a unirse a la bancada americana, y de esta forma Mier participó en las cortes de Cádiz. ​Otro miembro de la diputación americana era Miguel Ramos Arizpe, un criollo con el que Mier entabló gran amistad pues ambos liberales, Mier y Arizpe se convertirían en rivales políticos de Alamán durante los primeros congresos constituyentes mexicanos.

 

La participación de Mier,y de Arizpe en Cádiz fue destacada, aunque Cádiz no arrojó los beneficios esperados para las colonias novohispanas, y más tarde en sus Memorias, Teresa de Mier escribiría que su participación en las Cortes de Cádiz le permitió darse cuenta de la imperante necesidad de obtener la independencia absoluta de América.

 

En Cádiz recibió una invitación de Iturrigaray para ir a vivir a Londres. Allí el antiguo virrey le encargó escribir una obra histórica sobre la revolución en la Nueva España. Iturrigaray deseaba una apología a su persona, para convencer al rey para calmar la revuelta novohispana. Así Mier redactó Historia de la revolución de Nueva España, Antiguamente Anáhuac o Verdadero origen y causas de ella con sus progresos hasta el presente año de 1813.

 

En Londres conoció al revolucionario español Xavier Mina, y puestos de acuerdo se decidió a acompañarlo en una expedición a Nueva España para pelear por la independencia del virreinato. Partieron rumbo a América el 15 de mayo de 1816 y desembarcaron en Baltimore, para tomar contacto con los insurgentes hispanoamericanos allí afincados. Acompañó a Mina a Nueva York y Filadelfia y fracasado se reencontró con Mina en Galveston. La expedición que mandaba Mina, desembarcó en Soto la Marina en abril de 1817. Mientras Mier permaneció en un fuerte cerca de la playa. Con la captura de los insurgentes en el fuerte de Soto la Marina en junio de 1817, fue preso nuevamente y enviado a la Fortaleza de San Carlos de Perote y luego a la cárcel de la Inquisición de la Ciudad de México.

 

Allí escribió parte de sus Memorias. Finalmente se trasladó a La Habana en 1820 y escapando por sexta ocasión, se refugió en Filadelfia, hasta la consumación de la independencia de México. En febrero de 1822 volvió a México arribando al puerto de Veracruz y de nueva cuenta fue hecho prisionero y enviado al castillo de San Juan de Ulúa, bajo control de los españoles. Posteriormente, seria diputado al primer congreso mexicano por el estado de Nuevo León. Siempre se opuso a la formación de un Imperio Mexicano con Agustín de Iturbide a la cabeza, hecho que le valió la prisión por enésima vez. Escapó por última vez el 1 de enero de 1823, en esta ocasión del convento de Santo Domingo.

 

Servando Teresa de Mier fue elegido diputado al segundo Congreso Constituyente. El 13 de diciembre de 1823 pronunció su famoso "Discurso de las profecías". En el que se manifestaba a favor de una república federal moderada; el verdadero reto para el gobierno sería decidir cuál es la federación conveniente para México. La carencia de educación y cultura, además del estado de guerra, son condiciones que implican la necesidad de unión para Teresa de Mier. La existencia de estas circunstancias en México lo condujo a favorecer una federación compacta.

 

Servando Teresa de Mier convidó a sus amigos a una fiesta, pronunció un discurso justificando su vida y opiniones, y pocos días después, falleció. Fue enterrado con honores en la cripta del antiguo convento de Santo Domingo de la Ciudad de México. En 1861 su cuerpo fue exhumado y encontrado momificado. Se desconoce el paradero de los restos de Servando Teresa de Mier, aunque se cree que están expuestos en una de las 365 capillas ubicadas en la zona de Cholula en Puebla. Su nombre está escrito en letras de oro en el frontispicio de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en San Lázaro, en la Ciudad de México.

 

El mundo alucinante es el título de la novela de Reynaldo Arenas donde narra la historia de fray Servando Teresa de Mier y sobre ella estaremos conversando mañana.

Maracaibo, martes 17 de diciembre del año 2024

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