Algunas aves, como los cuervos, son conocidos por su inteligencia para resolver
problemas. El modo en el que evolucionaron sus cerebros para tener este tipo de
capacidades esconde numerosas incógnitas. El descubrimiento reciente de un
fósil ‘único en su tipo, denominado Navaornis
hestiae, podría transformar nuestra comprensión sobre el origen de la
inteligencia de las aves modernas.
Guillermo Navalón Fernández y sus
colaboradores publicaron en la revista de ciencia Nature un artículo sobre
un pájaro de la era de los dinosaurios que ha valido para revelarnos las raíces
de la inteligencia aviar. “Cretaceous bird from Brazil informs the
evolution of the avian skull and brain”. Han descubierto en Brasil una
especie de pájaro que convivió con los dinosaurios hace 80 millones de años. Un
equipo internacional, donde participaron investigadores del Conicet, encontró
el fósil tridimensional del ave, que bautizaron con el nombre de la diosa
griega Hestia. El hallazgo aporta nuevas claves sobre la evolución de las aves.
En la mitología griega, Hestia era
la diosa de la casa y el hogar. Era conocida por ser al mismo tiempo la más
antigua y la más joven entre los dioses olímpicos. Un grupo
internacional de científicos describió por primera vez una especie
de ave extinta que vivió en el actual
territorio de Brasil y decidieron que llevase el nombre de la diosa Hestia y aclararon sus razones a través del ya mencionado
estudio que se publicó en la revista Nature.
Los investigadores, pertenecen a
instituciones de los Estados Unidos, Argentina, Brasil, Portugal y el
Reino Unido. Ellos observaron que la nueva especie tenía la
estructura del cráneo que se asemeja a las aves. La primera parte del
nombre (Nava-ornis) rinde homenaje a la persona que encontró el sitio donde
estaban los restos, William Nava, que es responsable del Museo de
Paleontología de Marília, en San Pablo, Brasil. Los
restos del ave del Cretácico Tardío fueron hallados en el
yacimiento paleontológico en Presidente Prudente, Brasil.
En la actualidad, se
considera que las aves son el único grupo de dinosaurios que sobrevivió a la
extinción masiva que marcó el final de la Era Mesozoica, también
conocida como “Era de los dinosaurios”, hace 65 millones de años. Esta
nueva especie, hallada en Brasil, se ha considerado como la “piedra Rosetta” de
la evolución del cráneo y el cerebro de las aves. Vivió hace 80 millones de
años y sus restos
fósiles están extraordinariamente bien conservados. Después, durante el Cenozoico, las aves se
diversificaron masivamente. Pasaron a ser abundantes en cada rincón del
planeta, desde las zonas polares hasta los trópicos.
“El ambiente original donde
vivió Navaornis era un desierto con arena de grano fino con
pequeños riachuelos de poco caudal”; así lo apunta Navalón Fernández. “Aunque los estudios tafonómicos en la
localidad son aún preliminares, creemos que esa combinación de arena y poca
corriente permitió que los restos óseos de las aves y otros animales que
vivieron en la región no se rompiesen o erosionases y por tanto se preservaran
de manera excepcional”,
De esta forma, este fósil se
convierte en una muestra única para ‘leer’ la información oculta de
la evolución de estos vertebrados. “Usamos
la metáfora de la ‘piedra Rosetta’
porque igual que el célebre artefacto histórico nos permitió entender la
conexión entre los jeroglíficos egipcios y el griego
antiguo, Navaornis nos permite entender la conexión entre el arcaico
cerebro de Archaeopteryx, una de las primeras aves, y el cerebro de
las aves modernas, único entre todos los linajes de reptiles”, ejemplifica
el científico.
Antes del estudio publicado
en Nature, había limitaciones en el conocimiento de la evolución del
cráneo y el cerebro de las aves modernas por la escasez de fósiles
tridimensionales bien preservados de aves que vivieron entre 250 y 66 millones
de años atrás. Los restos fueron hallados en un sitio, excavado
sistemáticamente desde 2017, en Brasil. El yacimiento fue identificado por
Nava. “En 2018, comenzaron a estudiarse
los fósiles. Más adelante fueron sometidos a una microtomografía en Brasil para
obtener mayor información sobre su estructura”, detalló.
De acuerdo con Martinelli, la
especie se distingue de otras aves del Mesozoico, que se extendió entre los 250 y los 66 millones de años,
debido a la tridimensionalidad de sus restos. “Incluyen un cráneo bien preservado, que se asemeja al de un ave
moderna, aunque con características claramente primitivas”, dijo. “Esa preservación en 3D resulta inusual en el
registro fósil de aves de este período, ya que los restos suelen aparecer en
lajas bidimensionales, como ocurre con los hallazgos en China. Si bien esos
restos en lajas son impactantes, no presentan profundidad”, aclaró
Martinelli.
Mostramos una imagen fósil de Navaornis hestiae, de 80 millones de años de antigüedad. / S. Abramowicz, Instituto de Dinosaurios, Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles. Algunas aves, como los cuervos, son conocidos por su inteligencia para resolver problemas. El modo en el que evolucionaron sus cerebros para tener este tipo de capacidades esconde numerosas incógnitas. El descubrimiento reciente de este fósil “único en su tipo”, podría transformar nuestra comprensión sobre el origen de la inteligencia de las aves modernas.
Se trata de una especie fósil y se conserva el
cráneo completo, hallado en un yacimiento en la localidad de Presidente
Prudente en el Estado de São Paulo en Brasil. Su descripción se publica así en
la revista Nature:“Su
cráneo tiene una forma geométricamente moderna, mientras que los detalles
anatómicos más finos de los huesos nos indican que, sin embargo, pertenece a un
linaje de aves arcaicas que vivió únicamente durante la era Mesozoica y que
evolucionaron independiente del linaje de las aves modernas tras separarse de
ellas hace más de 130 millones de años”, declara a SINC, Guillermo Navalón Fernández, coautor de la
investigación quien trabaja en el departamento de Ciencias de la Tierra de la
Universidad de Cambridge (Reino Unido).
Todas las aves modernas pertenecen a un clado denominado Neornithes. Donde están representadas por más de diez mil especies. Las aves modernas presentan notables características que las diferencian del resto de vertebrados, siendo tal vez la más notoria que su piel está en su mayoría cubierta de plumas, y que las extremidades anteriores están transformadas en alas. Otras características que distinguen a las aves son la presencia de un pico sin dientes, un corazón con cuatro cámaras, un metabolismo alto y huesos huecos (lo cual favorece el vuelo).Sin embargo, durante la era de los dinosaurios existía otro distinto: los enantiornitinos. A este grupo pertenecería Navaornis. Estas aves primitivas, que eran muy diversas, se extinguieron a finales del Cretácico.
El fósil
llena un vacío de 70 millones de años en nuestra comprensión de cómo evolucionó
el cerebro de las aves: entre el Archaeopteryx de hace 150 millones de
años, el dinosaurio parecido a un pájaro más antiguo conocido, y las aves que
viven en la actualidad. “También tiene características a medio camino entre
estos dos puntos, como un telencéfalo, la zona responsable de cognición
compleja en aves y mamíferos, de tamaño intermedio”. Estos fósiles llenan un vacío de 70 millones de años en nuestro
conocimiento de la evolución del singular cerebro de las aves. 'Navaornis hestiae'. Hasta
ahora, se han encontrado pocos fósiles de enantiornitinos con
cráneos completos conservados, lo que dejaba un gran vacío en la comprensión de
la evolución de la neuroanatomía de las aves. Navaornis vivía en lo que hoy es Brasil
durante el Cretácico Superior, hace unos 80 millones de años. El cráneo
descubierto tiene un esqueleto adjunto y está extraordinariamente
bien conservado.
Navaornis tenía
aproximadamente el tamaño de un estornino pinto, un poco más grande que un
gorrión, pero más pequeño que una urraca o un arrendajo. La extraordinaria
conservación tridimensional del cráneo permitió a los investigadores
reconstruir digitalmente el cerebro del ave. “Antes de Navaornis no
teníamos apenas fósiles en un estado de preservación 3D suficiente
para poder reconstruir la forma del cerebro de aves evolutivamente intermedias
entre estos dos puntos. Por tanto, esta nueva especie, nos permite entender la
secuencia evolutiva que conecta los cerebros arcaicos de las primeras aves, con
los cerebros agrandados y globulares de las aves modernas”, confirma el
científico.
Según Guillermo
Navalón Fernández “La realidad es que
nuestro conocimiento sobre la conexión entre la forma del cerebro y el
comportamiento, ecología o capacidades cognitivas en las aves actuales es aún
muy pobre. Sin un marco comparativo sólido en aves modernas, no podemos
especular mucho al respecto de estas capacidades en aves fósiles de las que
solo tenemos la forma (y no podemos observar el comportamiento)”.
Maracaibo, lunes 2 de diciembre del año 2024
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