martes, 3 de diciembre de 2024

El río más profundo

 

Traigo aquí algunos detalles geográficos e históricos que me han parecido de interés, quizás por la relectura del famoso libro de Conrad “El corazón de las tinieblas” y el relato de la navegación de Charles Marlow por el río Congo en busca de Kurtz…

 

Puede que esté regresando mentalmente al filme dirigido y producido por Francis Ford Coppola en 1979 basado precisamente en la novela de Joseph Conrad, aunque el cineasta trasladaría la acción a la Guerra de Vietnam con Martin Sheen, Robert Duval y Marlon Brando; aquel filme ganador de dos Óscares y Palma de Oro del Festival de Cannes de ese año, o quien sabe, puede que mi interés se relacione más con las numerosas tragedias engendradas en sus aguas ante la explotación cruel de los nativos y de sus riquezas por Leopoldo II el rey de Bélgica, o que se yo…

 

En realidad, algunos de estos temas ya han sido comentados en este mi Blog lapesteloca, en otras ocasiones… Lo cierto es que geográficamente Congo es el décimo río más largo del mundo, el segundo río más largo de África, y el segundo más caudaloso del mundo, solo por detrás del Amazonas. Se identifica al río Congo como el río más profundo del mundo, con zonas de hasta 220 metros de profundidad y una extensión de 3.457.000 kilómetros cuadrados.

 

El río nace Congo al noreste de Zambia, entre los lagos Tanganica y Nyasa (Malawi), a 1760 metros sobre el nivel del mar y desemboca en el Océano Atlántico. Recorre la República del Congo, la República Democrática del Congo, la República Centroafricana, el oeste de Zambia, el norte de Angola, Camerún y Tanzania. En el curso bajo del río Congo se forman grandes gargantas y cascadas, por lo que se le considera uno de los río más peligrosos.

 

El 9 de agosto de 1877, cuando Henry Morton Stanley regresaba a la civilización occidental después de viajar a todo lo largo del río Congo, en el corazón de África, estaba ya absolutamente convencido de las posibilidades comerciales de aquellos vastos territorios y destacaría la importancia del fácil tránsito en la vasta red fluvial con múltiples afluentes adscritos al gran río.


 

Desde aquel entonces el explorador anglosajón iniciaría más que una amistad, una nefasta conchupancia con el rey belga Leopoldo II que terminaría por darle inicio a lo que se planificó como el desarrollo de un emporio mercantil de riquezas y prosperidades inauditas, el cual habría de ser fatídico para los pobladores de aquella región…

 

En 1876 ya Leopoldo II era el rey de Bélgica, quien fundaría la Asociación Internacional Africana y en la letra pequeña de su declaración preliminar de intenciones decía que la intención de “la Asociación era liberar a los pueblos oprimidos del África Central” y supuestamente con estos buenos propósitos,  convocaría a todos los reyes locales con sus tribus a reunirse en una magna asamblea con gran pompa y boato para la ocasión; los invitados fueron convencidos con aguardiente de dudosa destilación hasta logar que todos hubiesen firmado e inmediatamente después, serían enviados río Congo abajo sin timonel en una precaria embarcación

 

A golpes de 'chicotte', el terrorífico látigo local, una mesnada de esbirros locales apalearon hasta dejar inválidos a más de un millón de varones, y asesinaron por incumplimiento de contrato a otros diez millones de aborígenes. Mutilarían en vivo con amputaciones inimaginables a otros cuatro millones de nativos, algo estremecedor e indigerible para cualquier mente humana…

 

A partir de 1899, el territorio del Congo como colonia francesa se distribuyó en concesiones de treinta años a empresas a cambio del pago de un impuesto correspondiente al 15% de los beneficios a la administración francesa. El sistema fue establecido por Eugène Étienne, entonces Subsecretario de Estado para las ColoniasEstos concesionarios contaban con varios inversores, entre ellos Leopoldo II de Bélgica. Sin embargo, Leopoldo II compró sus acciones bajo un nombre falso. Este hecho, descubierto tras la muerte del soberano, conmocionó a las autoridades francesas de la época, que se dieron cuenta de que su colonia estaba siendo explotada de incógnito y a menor coste por un país extranjero.


Toda aquella maldad, creadora de un espantoso genocidio ante el silencio y complacencia de las llamadas naciones civilizadas del mundo, tan solo para apropiarse de las riquezas de aquella región. Así ensangrentada se mancha la historia del río Congo, el décimo río más largo del mundo, el segundo río más largo de África, y por detrás del Amazonas el segundo más caudaloso del mundo.  

 

Todo esto que estamos recordando ahora cuando se hizo posible gracias a la colonización del Congo, un fenómeno bajo un régimen sin verdadero control francés y deleznable que llevo al llamado rey Leopoldo a convertir a su país, Bélgica en una potencia imperialista y lo llevo a él, a transformarse él mismo en multimillonario. Leopoldo impuso altas cuotas a la producción de caucho en el Congo, y obligó a la población autóctona a cumplirlas con métodos coercitivos de una extrema violencia. 


La amputación de las manos de los trabajadores a modo de castigo alcanzó particular notoriedad internacional. Esta era una práctica común entre los soldados de la Force Publique, a los que se le demandaba justificar cada bala gastada trayendo las manos a sus víctimas. Detalles estos que fueron registrados por misioneros cristianos que trabajan en el Congo y causaron indignación pública cuando se dieron a conocer al público.

 

Todo aquello, ya antes mencionado, se había iniciado después de su famoso viaje del explorador inglés Henry Morton Stanley (1841-1904) por el río Congo, quien luego de haber localizado al explorador perdido David Livingstone, se transformaría en uno de los grandes colaboradores de Leopoldo II de Bélgica. Consentiría todas las atrocidades cometidas para enriquecerse grotescamente al explotar las riquezas del África Central. el escritor Richard Burton, relataría como Henry M. Stanley fue uno de los iniciadores de las masacres asesinando a los nativos, “disparando contra los negros como si fueran monos”.

 

Una de las principales amenazas en la cuenca del río Congo ha sido y sigue siendo la deforestación, por las nuevas prácticas agrícolas modernas y la tala industrial acelera su ritmo, pero existe otra gran amenaza y esta es la demanda de alimentos por el incremento exagerado de la población en la región, aumentando la caza excesiva de animales salvajes como murciélagos, monos, ratas y serpientes.

 

La República Democrática del Congo, denominado Zaire entre los años 1971 y 1997, es conocida popularmente como R. D. Congo, Congo Democrático, Congo-Kinsasa o Congo del Este, es uno de los cincuenta y cuatro países que forman el continente africano. La República Democrática del Congo, cuya capital y ciudad más poblada es Kinsasa, es el país oficialmente francófono más poblado del mundo. A partir de 1899, Francia distribuyo el territorio en concesiones de treinta años a empresas a cambio del pago de un impuesto correspondiente al 15% de los beneficios a la administración francesa.

 

El sistema fue establecido por Eugène Étienne, entonces Subsecretario de Estado para las Colonias. Estos concesionarios contaban con varios inversores, entre ellos Leopoldo II de Bélgica. Sin embargo, Leopoldo II compró sus acciones bajo un nombre falso, hecho, descubierto tras la muerte del soberano, que conmocionó a las autoridades francesas de la época, quienes se dieron cuenta de que su colonia estaba siendo explotada de incógnito y a menor coste por un país extranjero. Las duras condiciones de explotación de la colonia (por ejemplo, el ferrocarril Congo-Océano, construido entre 1921​ y 1934 e hicieron que el nacionalismo se desarrollara rápidamente en el Congo.

 

Ahora, La República Democrática del Congo, es conocida popularmente como R. D. Congo, Congo Democrático, Congo-Kinsasa o Congo del Este, y es uno de los cincuenta y cuatro países que forman el continente africano.

 

Maracaibo, martes 3 de diciembre del año 2024

 

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