…que fue pasión, el suave titilar que ayer yo vi, en tu dulce mirar tu
amor sentí, tu cara angelical, rosa de abril… Este artículo en lapesteloca, se atreve a tomar prestada la letra de inicio de la
muy conocida canción “Como llora una estrella” de Antonio Carrillo (1892-1962)
músico y compositor venezolano, quien fuera uno de los máximos exponentes de
la Música Típica Larense,
para quizás también llorar ante los recuerdos de un ayer y las implacables circunstancias
que el destino impone en la Venezuela de hoy…
Regreso en una especie de “recuerdo de un ayer” al año 2006, cuando el presidente de
Bielorusia, Alexander Lukashenko fue tomado por sorpresa por Chávez y de
repente lo visitó en Minsk anunciándole el acercamiento a “su hermano en espíritu”. Y Lukashenko, quien en ese entonces era ampliamente
conocido como “el último dictador de
Europa” necesitaba dinero y nuevos mercados para bienes y servicios, muy
sonreído estuvo cuando apareció Hugo Chávez y le prometería buscar acuerdos de
cooperación.
En 2007 el Lukashenko de Bielorusia realmente se emocionó
ante el Chávez de Venezuela y empezaron las negociaciones para una exploración
conjunta en la codiciada región de la faja del Orinoco donde el gobierno
venezolano aseguraba existen las mayores reservas de hidrocarburos pesados del
mundo. El proyecto PetroVenBel fue
firmado para tener una vigencia de 25 años y permitirle a los bielorusos vender
el petróleo extraído de Venezuela donde quieran…
En 2007 Hugo Chávez de lo más entusiasmado, se dirigiría a
los presentes en un mitin electoral en Maturín y las noticias de aquellos días
dirían: “Chávez anuncia su propio programa nuclear en
vísperas de su viaje a Irán”. Sabido es que el uranio es un mineral muy abundante
en el estado venezolano de Bolívar y
Venezuela "va a comenzar a
desarrollar su energía nuclear con fines pacíficos, como hacen Brasil y
Argentina", según declaró el presidente Hugo Chávez en una entrevista
en el canal France 24.
Irán había anunciado la
apertura de embajadas en Chile, Colombia, Ecuador, Nicaragua y Uruguay, y una
oficina para su misión comercial en Bolivia. También Irán era el único país de
fuera del continente americano que pertenecía -en calidad de observador-, a la
Alianza Bolivariana (Alba) creada por Cuba y Venezuela. Es importante recordar
que, en febrero de 2006, Venezuela
Cuba y Siria fueron los únicos 3 países que apoyaron el programa nuclear iraní
en la votación de la Agencia Internacional de Energía Atómica de las Naciones
Unidas.
Recuerdo
como ayer, el año 2009
cuando el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y su colega iraní, Mahmud
Ahmadineyad, revitalizaron en Caracas su polémica “alianza antiestadounidense”, con la firma de nuevos tratados
comerciales e industriales. Ese frente común, contra lo que llaman “el
Imperio”, en 2009 cumpliría ya cinco años y se había convertido en la punta de
lanza de Irán en América Latina. Era aquel, el tercer encuentro entre ambos
mandatarios en ese año. Todo eso en aquel año en abril…
Y en agosto, Chávez visitó
Teherán, y un miércoles recibió a Ahmadineyad en lo que fue su última escala en
Latinoamérica. “Hermano valiente y bueno, que está resistiendo como una montaña
contra el imperialismo y el colonialismo, defendiendo la libertad para los
pueblos de América latina”, sostuvo el presidente iraní durante su
breve discurso en las escaleras del palacio que rubricó con estas curiosas
quizás paradigmáticas palabras: “Yo soy su hermano, y vamos a estar juntos
hasta el final”.
En 2010, según informó a la
prensa el presidente Hugo Chávez “Venezuela
desarrollara un programa de energía nuclear con apoyo de Rusia”. El
presidente adelantó antes
de viajar a Rusia que firmaría en Moscú un acuerdo estratégico que allanará el
camino para que Caracas adquiera tecnología nuclear y para la construcción por
ingenieros rusos de la primera central atómica en territorio venezolano. Chávez
repitió que iba a esperar que "Irán,
la Agencia Internacional de la Energía Atómica (OIEA), los países europeos y
Rusia puedan garantizar a todos nosotros, los habitantes del planeta, que los
pronósticos dañinos de George Bush no se convirtieran nunca en realidad".
"Hablar de guerra, invasiones, guerras nucleares, de la tercera Guerra
Mundial, sería la último". “No habría cuarta porque sería el final del
mundo. Una guerra mundial nuclear sería la hecatombe final", afirmó
Chávez.
Sin embargo, la espina más peligrosa de esta
"relación de hermandad" seguía siendo el uranio, un
mineral muy abundante en el estado venezolano de Bolívar, en la zona de la Guayana
muy cerca de los famosos tepuys y del Salto Ángel. Caracas no posee tecnología
para enriquecer uranio, pero Teherán sí. Por lo que lo más probable era que ambos
países intercambiasen conocimientos por materia prima.
La prensa
informaría que: “En un acto en Miraflores, ambos dirigentes han procedido
a la suscripción de 12 proyectos en áreas energéticas, de transporte
y vivienda, entre otras, después de mantener una reunión a puerta cerrada de
más de tres horas. Chávez ha indicado que ya existen 129 proyectos de
cooperación bilateral y que se han evaluado otros 68 en las últimas semanas”.
Ya estos no son recuerdos de un ayer. En la madrugada del pasado domingo 8 de diciembre de 2024, catorce años más tarde, el régimen de Bashar-al-Assad llegó a su fin después de 53 años de dominio de su dinastía en Siria. La cúpula militar de Al Assad, respaldada por países como Rusia e Irán, dio la orden de rendirse a sus tropas y Bashar escapó hacia la guarida del “oso protector” el camarada Putin, nuevo Zar ruso quien desde el 22 de febrero del 2022 ha tratado de invadir a Ucrania sin conseguirlo con más de 10.000 civiles muertos y miles de militares de ambos bandos también muertos, fallando este nuevo zar en sus pronósticos pues lo que iba a ser una breve escaramuza durante casi dos años se ha transformado en una cruenta guerra con el terrible saldo de muerte ya antes mencionado.
Estos recuerdos de un ayer obligadamente nos conducen a pensar en el
pasado 18 de julio y la ilusionada y ejemplar compostura de los venezolanos, cuando
el pueblo de chavistas y no chavistas, en un proceso electoral que hoy cuando
las conexiones internacionales satelitales difícilmente pueden ocultar este tipo
de evidencias, resultaría un ejemplo de civilismo para el mundo, que conocería
del evento como se divulgan al instante los terremotos o algún tsunami... Los
hechos están a la vista de todos…
Lo que sucedió a posteriori es también
del dominio público en el mundo entero… Lo ocurrido como consecuencia del
fenómeno electoral ha pasado a ser ya parte de la historia universal y el
nombre del país resuena, se lee y es noticia en el mundo. Los hechos acaecidos han
conducido a un incremento desmedido de presos políticos militares y civiles,
hombres mujeres y hasta niños y algún venezolano discapacitado…
¿Llegarán en enero a un acuerdo
pacífico que le pueda ofrecer al país una salida sin más muertos, ni torturados
ni más presos civiles o militares por razones meramente políticas?
Confiaremos en poder
volver serenamente, a cantar… “Dame la tierna
luz de tu dulce mirar que es como el titilar de una estrella de amor y en
éxtasis profundo de pasión mis versos tristes yo te brindaré y en tu lozana
frente colgaré la estrella de este gran amor”.
En Maracaibo, el jueves 19 de diciembre del año 2024
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