Hay una amnesia que impide formar nuevos recuerdos y su lugar es ocupado
por las confabulaciones. Esta especie de enfermedad, imaginaria o real, fue
usada por el escritor Winfried Georg
Maximilian Sebald (1944-2001), para relatar la historia de un
familiar que acabó sus días en un hospital psiquiátrico.
Abreviado como W. G. Sebald, este escritor alemán
se caracterizó por escribir con mucho de autobiografismo y
meditar sobre la historia, la tragedia humana,
la memoria,
la escritura y
la vida interior, cosa que hacía utilizando imágenes
de fotografías adjuntas al texto. En sus
últimos años de vida y hasta la fecha ha sido reconocido como uno de los más
importantes e influyentes escritores contemporáneos.
W. G. Sebald (1944-2001)
nació en Wertach, Alemania. Después de acabar sus estudios universitarios vivió
en Suiza, y luego se trasladó a Inglaterra. Desde 1970 fue profesor en Norwich.
Entre sus galardones figuran el premio Joseph Breitbach, el Heinrich Heine y,
en 2002, el Independent Foreign Fiction por Austerlitz. W G Sebald falleció a principios de siglo en Norfolk
(Reino Unido), a la edad de 57 años, después de sufrir un infarto en un
accidente de tráfico.
W. G. Sebald gustaba de alterar la realidad sin que se notase. En uno de sus libros,
titulado Los Emigrados el escritor
parte de sus recuerdos para reconstruir cuatro biografías, de personas que
tuvieron que emigrar y dejar sus raíces buscando otras oportunidades. En la
Editorial Anagrama se han publicado los libros del autor: Del natural, Vértigo, Pútrida patria, Los
emigrados, Los anillos de Saturno, Sobre la historia natural de la destrucción,
Austerlitz y Campo Santo.
Como la situación actual en este país, sin una guerra causal de por
medio, pero con evidencias de exterminio por hambruna y desnutrición producto
de la minimalización de los salarios, y de la lograda -casi absoluta destrucción
exprofeso- del aparato productivo, con pésimos servicios de sanidad y de
educación, así hemos recorrido todo este siglo XXI, con centenares de presos
militares y civiles por motivos políticos, crisis que ha llevado a Venezuela, a
plantear persistentemente la violación de los derechos humanos por un aparato
represivo interno sin contabilizar los, alrededor de ocho millones de
emigrados, descrito como algo inédito en el mundo.
Los
emigrados terminan por transformarse en una meditación
sobre la memoria y su pérdida: un relato nada épico, sobre el desarraigo, la desesperación
y la muerte que sirve de título para el libro de WG Sebald donde recrea las
vidas de cuatro exiliados –o cinco, si se incluye su propio autorretrato
indirecto– a través de lo que narran ellos mismos, de recuerdos ajenos,
fotografías y objetos encontrados. Al reconstruir el pasado de su
antiguo casero, de un maestro de la escuela primaria, de su tío abuelo y de un
pintor que fuera amigo suyo, Sebald también se describe a sí mismo, y narra su
propio sufrimiento por el destino de estos hombres ante el pasado alemán,
creando una prosa poética opresivamente clara.
En su narración, WG Sebald nos habla de su tío abuelo quien parecía sufrir un síndrome de Korsakoff, trastorno neuropsiquiátrico crónico que guarda relación con una
deficiencia severa de vitamina B1. Aunque en la mayoría de los casos este
síndrome se asocia con el consumo de alcohol, su síntoma principal es la pérdida
de memoria; una amnesia en sus dos tipos básicos, amnesia anterógrada - incapacidad para formar nuevos recuerdos- y amnesia retrógrada -incapacidad de
recordar acontecimientos que ocurrieron antes del inicio del trastorno- aunque,
los recuerdos de la infancia se conserven.
Es como para ponerse a pensar en que existen venezolanos que padecen
ahora, -a tan solo unos días de unas muy cuestionadas elecciones-, de este
síndrome… ¿Fallas nutricionales? El doctor Abramsky, era el encargado de
aplicar la terapia de electroshok a sus pacientes en el libro de WG Sebald.
Aquel que recibía las descargas sin chistar, y al final resultaban la mayoría
de los pacientes con trastornos de la memoria ya que era que no le quedaba de otra
que fingir para falsificar los hechos. En el juego literario de WG Sebald, sus emigrados, termina por
transformarse en una meditación sobre la memoria y su pérdida…
Sin embargo, este libro puede resultar un ejercicio para la recuperación
de la memoria colectiva, una evocación sobre la experiencia del exilio y de la
pérdida de la patria en Europa, resulta la transcripción poética de una
historia oral que se rebela contra quienes pretenden olvidar. En esta obra
maestra, WG Sebald describe con gran sensibilidad la vida y las miserias de
cuatro judíos expulsados de su patria europea, quienes sucumben desconsolados
en la vejez… Guardando las diferencias históricas y conceptuales, mi memoria me
ha trasladado a los compatriotas, no solo a los que se han muerto en hospitales
y ergástulas locales, o han fenecido en El Darién, también a quienes hambrientos
y desmemoriados se tropiezan deambulando por estas calles…
Susan Sontag
(1933-2004) escribiría sobre “Los
emigrados” de W G. Sebald que era “el libro más extraordinario y
emocionante que había leído”. En 1985, WG Sebald publicó una recopilación de
escritos sobre literatura austríaca con el título de La búsqueda de la infelicidad y su propuesta era que esa literatura
se caracterizaba por “la infelicidad del que escribe”; pero aquella infelicidad
no tenía nada que ver con el deseo de morir, sino que era una forma de
resistencia.
Paradójicamente ya
en otro siglo, he llegado a pensar que estoy repitiendo las impresiones del
autor de Los Emigrados y como
corolario debe ser importante No olvidar lo sucedido…
Supuestamente hoy el país va a cambiar…
En Maracaibo, el día domingo 28 de julio de este año 2024
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