Américo
Negrette (1923-2003) un gran médico zuliano fue el baluarte
de la investigación científica en la Universidad del Zulia. Américo nació al
sur de Maracaibo, en La Cañada, el 13 de diciembre de 1924. Se graduaría de
Médico-Cirujano en la UCV en 1950. De 1950-a-1952 fue Médico Rural en Palmarejo
(Distrito Bolívar, Edo. Zulia) y posteriormente fue Médico Rural en San
Francisco (Edo Zulia) desde 1953 a 1959, donde continuaría ejerciendo su
apostolado como Médico Rural mientras sus denuncias sobre epidemias de
encefalitis y sobre el problema de los enfermos coreicos fueron siempre mal
vistas y criticadas por los jerarcas de la Sanidad en la capital.
Me tocó conocer al doctor Américo
Negrette en el Hospital Central de Maracaibo cuando estudiábamos en la
Universidad del Zulia el 3er año de Medicina. Negrette era el Profesor en
Semiología del Sistema Nervioso en la Cátedra de Clínica Médica. Supimos
entonces que él se había rodeado de un grupo de estudiantes interesados en
hacer investigación. En 1963, el grupo se transformó en Centro de
Investigaciones y en 1965, por decisión del Consejo Nacional de Universidades
(CNU) el Centro fue elevado a la categoría de Instituto. El Instituto de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina de
la Universidad del Zulia que hoy lleva su nombre. En 1960, Negrette fundaría la
revista Investigación Clínica, que sigue siendo en la actualidad la publicación
científica-médica más antigua del país.
En septiembre de 2018, en este blog
lapesteloca (https://tinyurl.com/36xpyu3e) hablamos sobre Américo Negrette y ahora, en
2024, seis años después, quisiera traer nuevamente a nuestro profesor
universitario estimulador -como ningún otro lo ha logrado entre nosotros-, de
la investigación científica en el Zulia, para hablar igualmente del doctor
Fernández Morán recordando como su Instituto de Investigaciones Neurológicas, transformado
al finalizar la dictadura de Pérez Jiménez -de IVNIC en el IVIC-, todo esto y
algo más, durante el nacimiento del sistema democrático que habría de durar
solo unos 42 años.
Sobre Américo Negrette se han dicho
verdades como: que era…“un hombre que nació en la pobreza
y en el transcurrir de su vida se llenó de principios y nortes excepcionales”.
“Su norte esencial, fue realizar sueños, que carentes de egoísmo y figuración
le abrieron vías y futuros a los demás”. Que, “fue un hombre de sentir humilde, lejos de la pompa
que caracteriza al que está en la cima. Nunca buscó el enriquecimiento y mucho
menos a través de sus pacientes, a los cuales asistió por muchos años
gratuitamente”.(Palabras
de Jesús Mosquera, su discípulo que muestran -“In memoriam”- como era
personalmente Américo Negrette”).
Negrette no se conformó con
detectar y diagnosticar epidemias ignoradas por las autoridades zulianas y
crear el grupo de investigadores más importante del Estado Zulia, sino que, a
la par de escribir sobre la investigación, desarrolló una carrera literaria,
basada principalmente en la escritura de poemas, novelas y relatos cortos y su bibliografía, en ciencia y en narrativa es extensa: Vestigios (1950); Pasos (1951); Palmarejo (1952);
Corea de Huntington (1963); Tiempos de arena y cujíes (1977); Ciudad de fuego (1986); Prosa corta (1991); Otoño en Maracaibo (1996); Amor de Otoño (1998).
Su libro Corea de Huntignton es un clásico irrepetible de importancia
mundial y daría origen a una investigación conjunta con resultados de gran
valor para el conocimiento genético de este mal. Mi primera novela publicada (La Peste Loca (1997) se inicia con un
epígrafe que reza: “A Américo Negrette, paradigma del verdadero médico, maestro en la
ciencia, poeta y literato quien, con su ejemplo, me enseñó a querer la
investigación, con tal pasión como la que sentimos por nuestra “ciudad de
fuego”. Mi novela El movedizo encaje de los uveros
(2003) sobre las investigaciones de
Rafael Rangel en tiempos de Cipriano Castro, se inicia con este epígrafe: “La
ciencia es como el abrojo, nadie la riega, nadie la cuida, pero nadie podrá
detener su florecer amarillo pertinaz… Américo Negrette”.
Cuando en 1984 Fernández Morán
(HFM) visitaba nuevamente su ciudad natal, Maracaibo, esperando ser escuchado
por los gobernantes, sin lograr respaldo alguno, hablaría ante los
investigadores médicos de la Universidad del Zulia y sobre esta plática, las
impresiones de Américo Negrette, considerando su visita ocasión como memorable,
tanto que le pareció "un momento de magia", diría sobre la vista de
HFM, palabras citadas por mí en VITAE Academia Biomedica Digital, la Revista
virtual de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela
(UCV). (VitaeCatorce/personaje/htlm/honorydeber.htm)
que hoy en 2024 aprovecho para
reproducirlas en este artículo para lapesteloca.
... “Escuchando a
este hombre en esa noche, viendo el entusiasmo por la ciencia, cualquiera puede
ser mezquino, pero solamente los grandes saben ser generosos a tal grado, - el
hombre que descubrió las partículas elementales de las mitocondrias... que ha
desarrollado adelantos de la tecnología científica que son utilizados por
científicos en todo el orbe, bajó del pedestal que le han forjado sus propios
méritos, tan llanamente, tan espontáneamente, para estimular a unos hombres
simples, - que su grandeza se hizo mayor... Esa será una noche inolvidable,
increíble. Ver aplaudiendo a sus científicos, un pueblo que ha sido entrenado
para aplaudir solamente a deportistas, políticos y faranduleros, es increíble.
Esa es otra Venezuela. Una Venezuela que, aunque fuera una noche, hizo posible
la magia de un científico grande, la generosa magia de Humberto Fernández
Morán.".
Esta especie de prolegómeno viene a
propósito de un par de realidades que son insoslayables. Este año 2024
celebramos en febrero el centenario del nacimiento de HFM, y este 2024 se
cumplirá otro centenario en diciembre. Se cumplen 100 años del nacimiento un 13
de diciembre de 1923 de Américo Negrette. La fecha coincidirá con el
cincuentenario de su Instituto de Investigación Clínica y sin duda esta ocasión
es relevante en vista de permanecer, el Instituto y su revista de LUZ, con
ElenaRyder al frente, incólumes a pesar de los 24 años de deterioro de la
ciencia y de la investigación en el país desde el inicio de este siglo XXI.
Analizando la historia, la visita
de nuestro sabio universal fue en 1984 y en 1985 en Instituto del Dr. Negrette
estaba cumpliendo sus primeros 25 años de fructífera presencia y ya la Revista
Investigación Clínica estaba en el tope de las publicaciones sobre ciencia e
investigación en el país. Pero me toca hablar de “desencuentros” y encuentros
de Américo Negrette con HFM alrededor
del tema de la investigación científica en nuestra región zuliana.
En el Volumen 14 de la Revista
Investigación Clínica, el año 1973, el doctor Negrette publicaría un Editorial
examinando el tema de “La ciencia en
Venezuela” (1). Previamente unos años antes en la elección de una nueva
directiva del Capitulo Zuliano de la ASOVAC el Dr Negrette ofrecería un
discurso que se publicaría con el título de “Como el abrojo” (2). En estas dos ocasiones Negrette se refirió a
la persona del Dr. Fernández Morán de manera inusualmente desconsiderada como
si desconociera absolutamente la realidad que años más tarde en 1984 él habría
de reconocer y aplaudir entusiasmado.
No hay que ser muy brillante para
comprender el agradecimiento, admiración y el compromiso de quien tanto había
luchado para desarrollar la investigación científica en su región natal al
sentir el marcadamente inusual apoyo y total respaldo de Marcel Roche para con
su Instituto en el occidente de la provincia venezolana. Evidentemente Negrette
pecó por no haber profundizado en la historia del personaje que compartía con
él su “ciudadanía cañadera”. Cuando Negrette hablaba en aquellos años, tan solo
reflejaba la opinión suscrita y divulgada en el IVIC para todo el país sobre
“la verdadera ciencia” y las maldades del Brujo de Pipe.
Para nadie es un descubrimiento la
historia de las pasiones politiqueras suscitadas por “el sabio brujo”, ni se
puede desconocer el centralismo de “la ciencia” en el país. Esta e una realidad
que, no la hemos inventado unos “maracuchos regionalistas” como han dicho.
Aquello de: “lo demás”, el “monte y culebras” repetido desde “la sucursal del
cielo” en un país que ha padecido desde siempre de un agobiante centralismo,
ofrece una explicación plausible para el desencuentro en una historia personal
impresionante, relatada en este breve articulo cuyo respaldo puede revisarse examinando
las referencias bibliográficas expuestas.
Referencias.
1- Editorial. La ciencia en Venezuela. Rev Invest Clinica /Archivos /Vol. 14 Núm.
3 . 1973.
2-La
democratización de la Ciencia, otro logro del IVIC en Venezuela. La Universidad
del Zulia: 15/09/1968 p.p. 4-5.
Maracaibo,
domingo 7 de julio del año 2024
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