Maria
Amalia "Melina" Mercouri (1922-1994)
fue una actriz cantante, activista y política griega. Nació en Atenas en 1920, en una familia aristocrática y muy
involucrada en la política. Su abuelo fue alcalde de Atenas y su padre y
su tío fueron parlamentarios.
Siendo
casi una adolescente conoció a su primer marido, Panos Jarokopos, con quien se
casó con solo 17 años. Él, en todo momento apoyó su pasión por el teatro y
facilitó sus estudios en la Escuela Dramática del Teatro Nacional. Trabajó
duro, interpretando obras como “El luto
le sienta bien a Elektra” o “Un tranvía llamado deseo”. Melina debutó en el teatro en
1952, y tres años después interpretó su primera película, Stella del
cineasta greco-chipriota Michael Cacoyannis. En 1952 se traslada a París y da el
salto a la gran pantalla. Es allí donde conoce al director de cine Jules Dassin, que después
sería su marido.
A su primer filme le siguió una
serie de películas dirigidas por su marido, Jules Dassin: El
que debe morir (1957), La ley (1958) y Nunca
en domingo (1960) que le valió el premio a la mejor actriz en el
Festival de Cannes, y supuso su consagración. Melina Mercouri ya era una de las
principales figuras del teatro griego cuando su papel protagonista en la
película Nunca en domingo la
lanzó al estrellato cinematográfico internacional. Con Jules Dassin rodó
todavía Fedra (1961) y Topkapi (1964), sobre un robo en el museo
del título.
Merkoúri se hizo muy popular
internacionalmente cuando actuó en aquel filme de 1960 Nunca en
domingo, dirigido por Dassin, por el cual obtuvo una
nominación al Oscar a la mejor actriz. Merkoúri y Dassin
volvieron a trabajar juntos en el musical Illya Darling, por
el cual ella recibió una nominación a los Premios Tony.
Protagonizó otras películas como Phaedra (con Anthony
Perkins), Topkapi (con Peter Ustinov)
y Gaily, Gaily.
Merkoúri se retiró del cine en 1978. Su última película, Kravgi gynaikon (Un
sueño de pasión), la cual, al igual que la mayoría de los filmes en los que
actuó, fue dirigida por su esposo. En 1980, protagonizó la producción griega de
la obra Dulce pájaro de juventud.
Como cantante, una de las primeras
canciones fue "Hartino to Fengaraki",
escrita por Mános Chatzidákis y Nikos Gatsos. La canción
formaba parte de la producción griega de la obra Un tranvía llamado Deseo,
que ella protagonizó como Blanche
DuBois. La primera grabación de la canción, considerada por muchos
como legendaria, fue realizada en 1960 por Nana
Mouskouri, aunque en 2004 la compañía discográfico Sirius, creada
por Mános Chatzidákis, publicó una grabación que Merkoúri realizó para la
televisión francesa en los años 1960. Otras grabaciones de Merkoúri como Athena ma Ville y Melinaki, fueron populares en Francia.
Durante los años que permaneció en Francia debido a la dictadura en Grecia,
Merkoúri grabó cuatro álbumes, uno en griego y tres en francés.
A raíz del golpe de Estado de 1967
en Grecia, Melina asumió un papel político activo y pasó años haciendo campaña
por todo el mundo contra la “dictadura de
los coroneles”. Intervendría en los filmes La promesa del alba (1970), El
ensayo (1974) y Gritos de pasión (1978)
y en el alegato antibelicista de Carl Foreman Los
vencedores (1963) así como en el filme del español Juan
Antonio Bardem Los pianos mecánicos (1964).
De
su carrera musical, destaca su interpretación en “Illya Darling”, uno de los musicales más recordados de Broadway, y
sería en Manhattan, donde se enteró
del golpe de
Estado de “Los coroneles” que terminó con los derechos
constitucionales en Grecia… Era abril de 1967 y Melina, que había mostrado
públicamente su rechazo al golpe de estado, tuvo que emprender un exilio que duró hasta 1974. Su postura le
costó la nacionalidad griega, la confiscación de sus propiedades y tres
intentos de asesinato. Es entonces cuando inicia una incansable actividad
política en toda Europa denunciando el régimen fascista de Grecia, participando
en manifestaciones, huelgas de hambre, etc…
Melina Mercouri le ponía entusiasmo y pasión en
todo lo que hacía: primero como actriz de teatro y cine en la fase más temprana
de su vida, después como opositora a la dictadura fascista que se impuso en
Grecia en 1967 y, por último, como política entregada a la protección y
promoción de la cultura en Europa.
Comprometida activamente en la lucha contra la dictadura de los coroneles
instaurada en 1967, grabó una serie de discos en apoyo a la resistencia; le fue
retirada la nacionalidad griega y hubo de exiliarse hasta 1974.
Escribió entonces su
autobiografía, Yo nací griega (1972). Ya caída la dictadura y de nuevo en
Grecia, se presentó a las elecciones de 1977, en las que consiguió ser miembro del Parlamento Helénico y, en 1981, se
convirtió en la primera mujer en ocupar el puesto de Ministra de Cultura de Grecia en el primer gobierno del
socialista Andreas
Papandreu; desempeñó el cargo
desde 1981 hasta 1989 y desde 1993 hasta su fallecimiento, desarrollando una
incansable actividad en favor de las artes.
Como ministra de Cultura griega,
Mercouri organizó una reunión con los ministros de Cultura de los otros nueve
Estados miembros de la Unión Europea durante la primera Presidencia griega del
Consejo en 1983. Mercouri animó a los demás ministros a que la secundaran en
sus esfuerzos para incrementar la conciencia cultural en todo el continente.
Esta reunión fue el primero de una serie de encuentros periódicos
de ministros de Cultura europeos que aún se celebran en
la actualidad.
Los frisos del Partenón creados
durante el esplendor de la Grecia antigua, hace unos 2.500 años, fueron sacados
del país en una de sus épocas de mayor decadencia, cuando el país se encontraba
bajo el dominio de su rival histórico: el imperio Otomano. A inicios del siglo XIX,
aproximadamente la mitad de las piezas que aún sobrevivían en la acrópolis de
Atenas fueron retiradas por el entonces embajador británico Lord Elgin para ser
trasladadas a Londres, donde terminaron formando parte de la colección
permanente del Museo Británico.
Un año antes de su viaje a Reino
Unido, Mercouri había anunciado sus intenciones ante una conferencia de la ONU
durante la cual fue ovacionada de pie durante cuatro minutos y obtuvo el
respaldo de unos 50 países.
La
historia oficial aceptada en Reino Unido es que Lord Elgin había obtenido
permiso para trasladar estas piezas con el fin de protegerlas, ya que algunas
de ellas ya incluso habían sido dañadas en guerras pasadas. Casi dos siglos más tarde, una
mujer, Melina Mercouri, presentó el primer reclamo formal de Grecia para
obtener la restitución de estas piezas históricas. En 1983, Mercouri, quien en
aquella época era ministra de Cultura de Grecia, viajó a Londres para presentar
su reclamo.
Al
llegar a Londres, Mercouri realizó una visita al Museo Británico que fue
cubierta por más de 300 periodistas procedentes de todas partes del mundo.
Durante el recorrido, en el que estuvo acompañada por el entonces director de
la institución David Wilson, la
funcionaria griega aclaró que su objetivo no era "arruinar" al Museo
Británico sino lograr el retorno de las piezas a su lugar de
origen. Wilson, sin embargo, se mantuvo en su negativa.
Casi todo el mundo puede tararear la canción, “Melina” y recordar a Camilo Sesto pero no todos saben que está dedicada a María Amalia Merkóuri una mujer a la que todo un país despidió como la diosa de la belleza y de la libertad. Mercouri mantuvo sus esfuerzos por recuperar los mármoles hasta su muerte, ocurrida una década después de su viaje a Londres. Existe una profecía que ella hizo hace muchos años, cuando le preguntaron cuándo volverían los mármoles, ella respondió: “No sé cuándo volverán. Puede que yo no esté viva para entonces, pero cuando lo hagan yo renaceré”.
En Maracaibo, el lunes 29 de julio de 2024, tras el
fraude electoral de ayer como parte de los esfuerzos de la dictadura cubanófila por destruir la figura de otra aguerrida mujer, en este caso, una venezolana contemporánea.
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