Hace un cuarto de siglo, fui entrevistado por una joven periodista, Mandy Zambrano, y ella comenzaría presentándome como entrevistado, así: “Un ensayista, cuentista, articulista, pero sobre todo novelista. García Tamayo tiene en su haber dos obras literarias galardonadas con dos importantes premios venezolanos. "Escribir en La Habana", recibió en 1994 el premio "Bienal de Literatura José Rafael Pocaterra" y la segunda, "Para subir al cielo..." fue merecedora, en 1997, del premio "Bienal de Literatura Elías David Curiel".
- Cuando me dieron el Premio "Bienal de Literatura José Rafael Pocaterra" por "Escribir en
Mandy, continuaría su presentación comentado… No obstante, su dedicación al oficio de escribir no le ha restado tiempo para ejercer la Medicina, específicamente la docencia y la investigación en el campo de la patología, en importantes instituciones como la Universidad Central de Venezuela, y aunque en la actualidad está jubilado, mantiene desde hace poco más de cuatro años un trabajo incesante en su laboratorio de Patología Molecular - que lleva por nombre Novapath-, ubicado a pocas cuadras de su lugar de residencia en Caracas.
Muchos años transcurrieron para que García Tamayo se reencontrara con la literatura. A comienzos de la década de los noventa y luego de algunos tropiezos editoriales, publicaria "Reflexiones de un Anatomopatólogo"(1991), libro que recoge diversos tópicos sobre sus vivencias dentro de la Anatomía Patológica en el que muestra la realidad social de dicha especialidad en Venezuela. Durante los siguientes años desarrollaría un agudo sentido de denuncia socio-político y especialmente en el sector de la salud, reflejado en distintos artículos publicados en los principales diarios nacionales y regionales del país, y que además recopilaría en su libro "Más reflexiones sobre la patología y el país", publicado en el año 1997.
A
comienzos de los años ochenta abre un paréntesis para dar rienda suelta a la
escritura y escribe dos novelas de gran extensión, "
"Maracucho regionalista de
Desde muy pequeño soñó con ser escritor, pero, llegada la juventud, sintió deseos de estudiar Medicina. En 1963 egresó de la promoción de médicos cirujanos de La Universidad del Zulia (L.U.Z), y aunque, por un lado, comenzaba una etapa prometedora en su vida, por otro, se desvanecían los sueños de llegar a ser como aquellos grandes literatos, cuyos relatos lo habían transportado a tantos mundos imaginarios. "Cuando empecé a estudiar Medicina, me alejé de la literatura, casi no leía. Estudiaba con fanatismo y furia, absorbiendo como una esponja y luego, cuando me especialicé en Patología, fue peor todavía, porque no sólo era estudiar, sino también hacer investigación". Hoy día, tiene un récord de más de 150 trabajos científicos publicados y diferentes reconocimientos por su labor investigativa.
Una
vez graduado, emprendió vuelo a los Estados Unidos, donde cursó estudios de
postgrado en
Luego de ese último año, García Tamayo dice adiós a Maracaibo para trasladarse a la Universidad Central de Venezuela en Caracas, donde viviría nuevas e insospechadas experiencias. Una de ellas fue la de pintar y vender cuadros, actividad a través de la cual, además de obtener ingresos adicionales, le permitió desarrollar aún más esa faceta creativa. "Llegó un tiempo en el que pude vender hasta cien cuadros en la Venezuela Saudita de ese entonces. Con ello podía pagar el colegio de los niños, pues la situación económica estaba muy difícil y yo apenas ganaba sueldo mínimo".
Diversas son las áreas desarrolladas como investigador. Sus trabajos científicos pueden dar constancia de ello; desde 1971 empieza a publicar en revistas de Virología y de Patología en los Estados Unidos y Europa. Comienza, además, a trabajar enfáticamente en el campo de la patogenia y la neuropatología del virus de la encefalitis equina venezolana (EEV), gracias al empleo del Microscopio Electrónico (ME). "El uso del ME también sirvió para demostrar detalles en los estudios sobre rabia en humanos y animales, planteados desde la época de Pasteur pero nunca mostrados en los humanos". También, gracias al ME, García Tamayo y su equipo publicaron trabajos sobre Tricomoniasis y cáncer del cuello uterino, aparte de destacar la presencia del virus del papiloma humano en las lesiones precancerosas del cuello uterino (área en la que se le ha reconocido por su contribución a la investigación médica).
La
observación con el Microscopio Electrónico de amibas de vida libre en casos de
encefalitis humana, mereció varias publicaciones. Desde que comencé en el Instituto Anatomopatológico "José Antonio
O'Daly" de la UCV, como Jefe de la Sección de Microscopía Electrónica en
1976, las publicaciones se orientaron hacia el estudio de los tumores y de las
infecciones virales. Cuando a comienzos de la década de los 80 se inició la
pandemia del SIDA, fuimos nosotros desde el Instituto quienes publicamos toda
la patología del SIDA, recopilada en el libro de Avances de Patología, volumen
3", indica. GarciaTamayo recuerda que durante su gestión como director
y subdirector del IAP, éste se había constituido como uno de los mejores
Centros de formación de anatomo-patólogos de Latinoamérica, especialmente por
haber hecho énfasis en la formación de sus egresados, "algunos tan brillantes que fueron premiados por
Esta
entrevista continúa y fue publicada en la Revista de la UCV, Academia Medica
Digital VITAE (2001) pero hasta aquí, es mas que suficiente para el blog (lapesteloca).
En
Mracaibo el día viernes 3 de octubre del año 2025
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