viernes, 3 de octubre de 2025

Una entrevista

 

Hace un cuarto de siglo, fui entrevistado por una joven periodista, Mandy Zambrano, y ella comenzaría presentándome como entrevistado, así: “Un ensayista, cuentista, articulista, pero sobre todo novelista. García Tamayo tiene en su haber dos obras literarias galardonadas con dos importantes premios venezolanos. "Escribir en La Habana", recibió en 1994 el premio "Bienal de Literatura José Rafael Pocaterra" y la segunda, "Para subir al cielo..." fue merecedora, en 1997, del premio "Bienal de Literatura Elías David Curiel". 

- Cuando me dieron el Premio "Bienal de Literatura José Rafael Pocaterra" por "Escribir en La Habana", quise llevarla a Monte Avila Editores. Allí me dijeron que sí, que era un premio muy bueno, pero que primero había que ponerlo en lo que ellos llaman "lectura", para que lo examinasen a ver si valía la pena. Ya había tenido la "Peste Loca" en Monte Avila durante año y medio y al final me dijeron que era demasiado larga, que me olvidara porque quién carrizo le iba a publicar a un autor desconocido, La Peste!..., con la buena pro de los que la leyeron en Monte Avila Editores, la devolvieron. Al principio pensé: "Yo tengo un libro premiado y estoy hecho", pero había una lista de espera de por lo menos dos años. Las personas que están en ese medio generalmente son demasiado críticos, para ellos todo es malo y no hay muchos incentivos, además, se sabe que sólo le publican a los que conocen, son una rosca impenetrable - sostiene.

Mandy, continuaría su presentación comentado…  No obstante, su dedicación al oficio de escribir no le ha restado tiempo para ejercer la Medicina, específicamente la docencia y la investigación en el campo de la patología, en importantes instituciones como la Universidad Central de Venezuela, y aunque en la actualidad está jubilado, mantiene desde hace poco más de cuatro años un trabajo incesante en su laboratorio de Patología Molecular - que lleva por nombre Novapath-, ubicado a pocas cuadras de su lugar de residencia en Caracas.

Muchos años transcurrieron para que García Tamayo se reencontrara con la literatura. A comienzos de la década de los noventa y luego de algunos tropiezos editoriales, publicaria "Reflexiones de un Anatomopatólogo"(1991), libro que recoge diversos tópicos sobre sus vivencias dentro de la Anatomía Patológica en el que muestra la realidad social de dicha especialidad en Venezuela. Durante los siguientes años desarrollaría  un agudo sentido de denuncia socio-político y especialmente en el sector de la salud, reflejado en distintos artículos publicados en los principales diarios nacionales y regionales del país, y que además recopilaría en su libro "Más reflexiones sobre la patología y el país", publicado en el año 1997.

A comienzos de los años ochenta abre un paréntesis para dar rienda suelta a la escritura y escribe dos novelas de gran extensión, "La Entropía Tropical" y "La Peste Loca", las cuales mantendrá inéditas. A principio de los noventa asiste, durante dos años, a un taller de narrativa dictado por el escritor Eduardo Liendo, el cual sentaría las bases definitivas para moldear su peculiar manera escribir…

"Maracucho regionalista de la República del Zulia" es como, de manera jocosa, se define este personaje, nacido un 22 de noviembre de 1939 en Maracaibo (capital del estado Zulia, principal región petrolera venezolana), y quien desde los primeros años de su vida e influenciado por sus padres, se entregó al hábito de leer y devorar cuanto texto tenía al alcance de sus manos.

Desde muy pequeño soñó con ser escritor, pero, llegada la juventud, sintió deseos de estudiar Medicina. En 1963 egresó de la promoción de médicos cirujanos de La Universidad del Zulia (L.U.Z), y aunque, por un lado, comenzaba una etapa prometedora en su vida, por otro, se desvanecían los sueños de llegar a ser como aquellos grandes literatos, cuyos relatos lo habían transportado a tantos mundos imaginarios. "Cuando empecé a estudiar Medicina, me alejé de la literatura, casi no leía. Estudiaba con fanatismo y furia, absorbiendo como una esponja y luego, cuando me especialicé en Patología, fue peor todavía, porque no sólo era estudiar, sino también hacer investigación". Hoy día, tiene un récord de más de 150 trabajos científicos publicados y diferentes reconocimientos por su labor investigativa.

Una vez graduado, emprendió vuelo a los Estados Unidos, donde cursó estudios de postgrado en la Universidad de Wisconsin y de Pensilvania (1964-1967), obteniendo la especialización en Anatomía Patológica. Al regresar a Venezuela, tomó la Dirección del Laboratorio de Microscopía Electrónica del Hospital General del Sur hasta el año 1975. En 1971 obtuvo un Doctorado en Ciencias Médicas en L.U.Z y en 1975 trabajó como Neuropatólogo en el "Hospital Vargas de Caracas".

Luego de ese último año, García Tamayo dice adiós a Maracaibo para trasladarse a la Universidad Central de Venezuela en Caracas, donde viviría nuevas e insospechadas experiencias. Una de ellas fue la de pintar y vender cuadros, actividad a través de la cual, además de obtener ingresos adicionales, le permitió desarrollar aún más esa faceta creativa. "Llegó un tiempo en el que pude vender hasta cien cuadros en la Venezuela Saudita de ese entonces. Con ello podía pagar el colegio de los niños, pues la situación económica estaba muy difícil y yo apenas ganaba sueldo mínimo".

Diversas son las áreas desarrolladas como investigador. Sus trabajos científicos pueden dar constancia de ello; desde 1971 empieza a publicar en revistas de Virología y de Patología en los Estados Unidos y Europa. Comienza, además, a trabajar enfáticamente en el campo de la patogenia y la neuropatología del virus de la encefalitis equina venezolana (EEV), gracias al empleo del Microscopio Electrónico (ME). "El uso del ME también sirvió para demostrar detalles en los estudios sobre rabia en humanos y animales, planteados desde la época de Pasteur pero nunca mostrados en los humanos". También, gracias al ME, García Tamayo y su equipo publicaron trabajos sobre Tricomoniasis y cáncer del cuello uterino, aparte de destacar la presencia del virus del papiloma humano en las lesiones precancerosas del cuello uterino (área en la que se le ha reconocido por su contribución a la investigación médica).

La observación con el Microscopio Electrónico de amibas de vida libre en casos de encefalitis humana, mereció varias publicaciones. Desde que comencé en el Instituto Anatomopatológico "José Antonio O'Daly" de la UCV, como Jefe de la Sección de Microscopía Electrónica en 1976, las publicaciones se orientaron hacia el estudio de los tumores y de las infecciones virales. Cuando a comienzos de la década de los 80 se inició la pandemia del SIDA, fuimos nosotros desde el Instituto quienes publicamos toda la patología del SIDA, recopilada en el libro de Avances de Patología, volumen 3", indica. GarciaTamayo recuerda que durante su gestión como director y subdirector del IAP, éste se había constituido como uno de los mejores Centros de formación de anatomo-patólogos de Latinoamérica, especialmente por haber hecho énfasis en la formación de sus egresados, "algunos tan brillantes que fueron premiados por la Academia Nacional de Medicina y por el Colegio de Médicos con el Premio Luis Razetti" . 

Esta entrevista continúa y fue publicada en la Revista de la UCV, Academia Medica Digital VITAE (2001) pero hasta aquí, es mas que suficiente para el blog (lapesteloca).

 

En Mracaibo el día viernes 3 de octubre del año 2025

 

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