Para finalizar con estos 3 días de charlas literarias, recordaré que
veníamos hablando de las diferencias entre el cuento y la novela, si bien
pertenecen al ámbito de la Narrativa, su ritmo, su estilo y los recursos que se
emplearán en ambos son muy diferentes. Un pintor no se lanza a pintar un cuadro
sin tener una idea aproximada del mismo, sin hacer un boceto, por lo tanto, y
de manera similar, una novela puede llevarle al escritor meses o años mientras
la planifica y antes de acometer esa tarea puede que sea necesario saber cuánto
tiempo, cuanta dedicación y constancia, requerirá para llevar adelante esa
tarea.
Se pueden ofrecer datos cuantitativos sobre estos distintos géneros.
Existe el Microcuento, de menos de
cien palabras. El cuento corto, que
tiene entre 100 y 2.000 palabras, El Cuento
que deberá tener entre 2.000 y 30.000 palabras, la Novela corta de 30.000 a 50.000 palabras y la Novela que contará con más de 50.000 palabras. Estos son detalles
matemáticos que poco se aplican en la creación literaria.
Para Cortázar el cuento es “un texto continuo y cerrado
sobre si mismo que exige un alto grado de perfección para que sea eficaz”. En
otras ocasiones he dicho que me parece más difícil escribir un cuento bien
logrado que una novela. Sobre la novela Pedro Beroes ha
dicho. “En verdad la novela es un género de saqueo que deliberadamente se nutre
de los elementos propios de otros géneros literarios; del diálogo, que toma del
teatro, de la capacidad razonadora del ensayo, y de la atmósfera lírica de la
poesía”.
El cuento se lee de un tirón, la novela se suele leer por etapas y sus
historias se mezclarán con las vivencias diarias del lector. Quizás por estas
características es que las novelas parecieran quedar grabadas en la memoria de
los lectores con mayor intensidad que los cuentos. En el mes de mayo del año
1943 Enrique Bernardo Nuñez escribía: “La
novela en nuestro país necesita una renovación. En otros términos, necesita
nuevos novelistas que nos ofrezcan temas distintos de la vida venezolana”.
Ya decíamos que cada novela debe responder a una intención muy personal,
la de investigar algo, de querer decir algo. Ese algo, tiene que expresarse
poniéndole mucha imaginación. No creo exagerar si digo que cada novela debe
reflejar de alguna manera el inconsciente del escritor. No se debe escribir sin
antes hacer una profunda investigación, sin sumergirse a fondo, sin margullirse
en determinado asunto, ese que revolotea en la mente del escritor y que le
lleva a batir las alas de su imaginación.
Esas inquietudes deberán ser plasmadas en letras, puesto que la novela
es obra escrita y no puede ser un simple relato, no debe ser, tiene que
constituir algo que salga del alma, que surja del interior, de lo más profundo
de quien escribe y con una dosis abundante de imaginación. Eso, la imaginación
que Santa Teresa llamaba “La loca de la casa”, según lo
expresara en su brillante novela homónima, la escritora española Rosa Montero, recordándonos que la
imaginación ya fue denominada por Baudelaire “la más alta y filosófica de nuestras
facultades”.
Cada escritor tendrá su estilo. No estoy muy seguro, como decía Bufón, de
que “el estilo es el hombre”. De lo
que si estoy perfectamente seguro es de que, el estilo es esencial. No hay un
escritor verdadero que no haya creado su propio estilo, su forma personal de
expresión literaria. Importará la solidez de estilo que vaya adquiriendo el
escritor con su experiencia. Ya hemos dicho que la historia puede no ser tan
relevante sino la manera de
plantearla, la manera de decir las cosas será lo que constituya el estilo del
escritor.
Después ya surgirá el tono de
lo relatado que no será otra cosa que la
manera como se narrarán los hechos. Más que un asunto de técnica narrativa,
el tono vendrá dado por la interpretación subjetiva de la historia que se
escribe. De tal manera que la originalidad de la obra residirá en el
imaginario, en la memoria inconsciente y en la conciencia misma del escritor,
esos serán los pilares y conformarán un estilo propio.
Quien escribe, buscará el tono
que se adapte a los requerimientos de la historia relatada en lenguaje literario.
La trama de la novela se vinculará
con la organización estructural de la misma. Será como una urdimbre donde la
manera de cruzar los hilos, enfrentar nudos e inventar el laberinto por donde
transcurrirá la historia, será potestativo del escritor. Algunas veces los
episodios podrán aparecer anticipados, en prolepsis
narrativa, o contados hacia atrás, en analepsis,
especie del llamado flash-back del cine, y así él podrá iniciar una historia
por su final, de atrás hacia adelante, de manera circular, por la mitad…
"La
Odisea", se inicia al desembarcar Ulises en Itaca,
para retroceder luego la narración unos diez años atrás y finalmente llegar a
su encuentro con Penélope. Quien no ha leído lo de: “Muchos años después,
frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía habría de
recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”. A
partir de esa frase, García Márquez retrocederá hasta la
fundación de Macondo para regresar con la historia de “Cien años de soledad”.
El narrador en primera persona de “Corazón tan blanco”, novela de Javier Marías, no ha nacido aún, cuando la novela se inicia con el suicidio de una jovencita ante un espejo con la pistola de su padre, mientras su familia está almorzando. En “Para subir al cielo…” la historia transcurre un día domingo en Caracas, pero los personajes viven situaciones que giran en torno a una autopsia en la morgue el día viernes y entretanto, se relata la vida del pintor flamenco Hyeronimus Bosch.
Cada novela debe responder a una intención
muy personal, la de investigar algo, de querer decir algo. Ese algo, tiene que
expresarse poniéndole mucha imaginación. No creo exagerar si digo que cada
novela debe reflejar de alguna manera el inconsciente del escritor. No se debe
escribir sin antes hacer una profunda investigación, sin sumergirse a fondo,
sin margullirse en determinado asunto, ese que revolotea en la mente del
escritor y que le lleva a batir las alas de su imaginación.
Esta aventura de conversar sobre literatura
continuará y terminará
mañana…
Maracaibo,
miércoles 22 de oct del año 2025
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