miércoles, 22 de octubre de 2025

De la escritura…(4)


Para finalizar con estos 3 días de charlas literarias, recordaré que veníamos hablando de las diferencias entre el cuento y la novela, si bien pertenecen al ámbito de la Narrativa, su ritmo, su estilo y los recursos que se emplearán en ambos son muy diferentes. Un pintor no se lanza a pintar un cuadro sin tener una idea aproximada del mismo, sin hacer un boceto, por lo tanto, y de manera similar, una novela puede llevarle al escritor meses o años mientras la planifica y antes de acometer esa tarea puede que sea necesario saber cuánto tiempo, cuanta dedicación y constancia, requerirá para llevar adelante esa tarea.

 

Se pueden ofrecer datos cuantitativos sobre estos distintos géneros. Existe el Microcuento, de menos de cien palabras. El cuento corto, que tiene entre 100 y 2.000 palabras, El Cuento que deberá tener entre 2.000 y 30.000 palabras, la Novela corta de 30.000 a 50.000 palabras y la Novela que contará con más de 50.000 palabras. Estos son detalles matemáticos que poco se aplican en la creación literaria.

 

Para Cortázar el cuento es un texto continuo y cerrado sobre si mismo que exige un alto grado de perfección para que sea eficaz”. En otras ocasiones he dicho que me parece más difícil escribir un cuento bien logrado que una novela. Sobre la novela Pedro Beroes ha dicho. “En verdad la novela es un género de saqueo que deliberadamente se nutre de los elementos propios de otros géneros literarios; del diálogo, que toma del teatro, de la capacidad razonadora del ensayo, y de la atmósfera lírica de la poesía”. 

 

El cuento se lee de un tirón, la novela se suele leer por etapas y sus historias se mezclarán con las vivencias diarias del lector. Quizás por estas características es que las novelas parecieran quedar grabadas en la memoria de los lectores con mayor intensidad que los cuentos. En el mes de mayo del año 1943 Enrique Bernardo Nuñez escribía: “La novela en nuestro país necesita una renovación. En otros términos, necesita nuevos novelistas que nos ofrezcan temas distintos de la vida venezolana”.


Ya decíamos que cada novela debe responder a una intención muy personal, la de investigar algo, de querer decir algo. Ese algo, tiene que expresarse poniéndole mucha imaginación. No creo exagerar si digo que cada novela debe reflejar de alguna manera el inconsciente del escritor. No se debe escribir sin antes hacer una profunda investigación, sin sumergirse a fondo, sin margullirse en determinado asunto, ese que revolotea en la mente del escritor y que le lleva a batir las alas de su imaginación.

 

Esas inquietudes deberán ser plasmadas en letras, puesto que la novela es obra escrita y no puede ser un simple relato, no debe ser, tiene que constituir algo que salga del alma, que surja del interior, de lo más profundo de quien escribe y con una dosis abundante de imaginación. Eso, la imaginación que Santa Teresa llamaba “La loca de la casa”, según lo expresara en su brillante novela homónima, la escritora española Rosa Montero, recordándonos que la imaginación ya fue denominada por Baudelaire “la más alta y filosófica de nuestras facultades”.

 

Cada escritor tendrá su estilo. No estoy muy seguro, como decía Bufón, de que “el estilo es el hombre”. De lo que si estoy perfectamente seguro es de que, el estilo es esencial. No hay un escritor verdadero que no haya creado su propio estilo, su forma personal de expresión literaria. Importará la solidez de estilo que vaya adquiriendo el escritor con su experiencia. Ya hemos dicho que la historia puede no ser tan relevante sino la manera de plantearla, la manera de decir las cosas será lo que constituya el estilo del escritor.

 

Después ya surgirá el tono de lo relatado que no será otra cosa que la manera como se narrarán los hechos. Más que un asunto de técnica narrativa, el tono vendrá dado por la interpretación subjetiva de la historia que se escribe. De tal manera que la originalidad de la obra residirá en el imaginario, en la memoria inconsciente y en la conciencia misma del escritor, esos serán los pilares y conformarán un estilo propio.

 

Quien escribe, buscará el tono que se adapte a los requerimientos de la historia relatada en lenguaje literario. La trama de la novela se vinculará con la organización estructural de la misma. Será como una urdimbre donde la manera de cruzar los hilos, enfrentar nudos e inventar el laberinto por donde transcurrirá la historia, será potestativo del escritor. Algunas veces los episodios podrán aparecer anticipados, en prolepsis narrativa, o contados hacia atrás, en analepsis, especie del llamado flash-back del cine, y así él podrá iniciar una historia por su final, de atrás hacia adelante, de manera circular, por la mitad… 

 

"La Odisea", se inicia al desembarcar Ulises en Itaca, para retroceder luego la narración unos diez años atrás y finalmente llegar a su encuentro con Penélope. Quien no ha leído lo de: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía habría de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”. A partir de esa frase, García Márquez retrocederá hasta la fundación de Macondo para regresar con la historia de “Cien años de soledad”.

 

El narrador en primera persona de “Corazón tan blanco”, novela de Javier Marías, no ha nacido aún, cuando la novela se inicia con el suicidio de una jovencita ante un espejo con la pistola de su padre, mientras su familia está almorzando. E“Para subir al cielo…” la historia transcurre un día domingo en Caracas, pero los personajes viven situaciones que giran en torno a una autopsia en la morgue el día viernes y entretanto, se relata la vida del pintor flamenco Hyeronimus Bosch.


Cada novela debe responder a una intención muy personal, la de investigar algo, de querer decir algo. Ese algo, tiene que expresarse poniéndole mucha imaginación. No creo exagerar si digo que cada novela debe reflejar de alguna manera el inconsciente del escritor. No se debe escribir sin antes hacer una profunda investigación, sin sumergirse a fondo, sin margullirse en determinado asunto, ese que revolotea en la mente del escritor y que le lleva a batir las alas de su imaginación.

 

Esta aventura de conversar sobre literatura continuará y terminará mañana…

 

Maracaibo, miércoles 22 de oct del año 2025

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