En octubre del año 2017 me tocó hablar en la Academia de Medicina del
Zulia y diría que ya estaba a un par de años de llegar a los ochenta y que tal
vez podría ser más adecuado reflexionar sobre mis viejos maestros de la Facultad de Medicina de la Universidad del
Zulia. Hoy quiero volver a recordarlos…
Julio Árraga Zuleta, hijo de nuestro famoso pintor Julio Árraga,
con un gran don de gente y extensa cultura literaria, él fue fundador de
nuestra Academia de Medicina del Zulia.
Rodolfo Urrutia Loaiza, impulsor de la Cirugía experimental
en el Zulia con innovadoras técnicas en cirugía gastrointestinal y de la
vesícula biliar. En el mismo hospital Chiquinquirá como estudiantes mucho
aprendimos al ver actuar al siempre actualizado
José Trinidad Martínez, todavía en 2017 era el más ilustre
experto ginecólogo de Maracaibo y no puedo olvidar a otro José
Trinidad, JTNúñez Montiel el brillante colposcopista y estudioso, también
ginecólogo, que me condujo hacia la investigación ultraestructural sobre el
virus del papiloma humano (VPH), en trabajos que adelantaríamos juntos a
comienzos de los años 70 del pasado siglo XX.
José Ordoñez Marín y sus inolvidables clases
magistrales. Ordoñez Marín quien fuera Decano fundador de nuestra
Facultad de Medicina, era un personaje de quien se contaba dormía en hamaca y
en el piso reposaban sus libros…
El Master Jorge Quintero
Atencio internista brillante, es imposible no citarlo, pues era un filósofo con
una mente privilegiada, y entre los internistas debo nombrar al tempranamente
fallecido Oswaldo García Arenas quien fuera el fundador del
Servicio de Medicina Interna en el hospital General del Sur.
Jorge Hómez Chacín el dermatólogo venereólogo y
parasitólogo de la escuela francesa es una imagen personalmente inolvidable… Al
mencionar la parasitología debo mencionar a :
Adolfo Pons Romero de quien ya
hablamos (https://surl.lt/dshfgz) en este Blog (lapesteloca) y de su importante revista Kasmera… Cuando se dice algo sobre las revistas médicas
de este pais, ninguna como Investigación Clínica del genial:
Américo Negrette. (https://surl.lu/njxoos ) Quien fuera nuestro maestro de
Semiología en las salas del hospital Central, y despertó mi interés por la
investigación. Negrette me unió a los jóvenes investigadores que en aquellos
días ayudarían a crear el Instituto de Investigación Clínica…
Humberto Rivera. Quien todavía ha sobrevivido a la
catástrofe que el COVID 19 provocara en nuestra Academia de Medicina del Zulia.
Yo esperaba ser un cirujano y pude ayudarlo a operar muchas veces y ofrecerle
cuidados postoperatorios a sus pacientes quirúrgicos… Pero terminé decidiéndome
por examinar en el hospital universitario, las causas y las consecuencias de
las enfermedades bajo la tutela del doctor Wenger.
Franz Wenger. Es importante recordar el rol que
jugó Wenger en su lucha para hacer despistaje de cáncer por citología. Fundó
una Sección especial para entrenar citotecnólogos en el hospital universitario
de Maracaibo, en aquellos tiempos cuando los radio y quimioterapeutas oncólogos
eran Luis Guillermo Borjes Duarte y Jesús Acosta
Galván. Todos ellos fueron mis profesores y muchos más a quienes no he
podido nombrar, les conocí estudiado Medicina y hoy aprovecho para
agradecerles públicamente por lo mucho que me enseñaron…
Hice anatomía patológica con el doctor Wenger desde mi
graduación en julio del año 63 hasta febrero del año siguiente, 1964, y sería
el propio Wenger, al verme trabajando a dedicación excl.,usiva pero sin sueldo,
quién me consiguió una beca del Club Rotario de Wisconsin y fui a parar a los
Estados Unidos. Tras 5 años de entrenamiento como residente, en Wiscosin y en
Filadelfia, tengo que nombrar a tres Maestros de aquel entonces:
El profesor William Ehrich, (https://surl.li/xstdpt )
La baronesa Gabrielle Zurhein (https://surl.li/uhyjdv )
El patólogo
chileno Enrique Valdivia, (https://surl.lu/wwlhsc )
Todos ellos me enseñaron a hacer investigación sobre la patología de las
autopsias, en neuropatología y en patología pulmonar a trabajar aplicando la
microscopía electrónica en la investigación.
Una noche, viviendo en el helado clima de Wisconsin, recibí una llamada
telefónica desde Maracaibo: era el padrino de nuestra promoción médica
“Sanatorio Antituberculoso de Maracaibo”. Era el doctor Pedro Iturbe ( https://surl.li/zpbhei ) quien me informó que había conseguido
un microscopio electrónico (ME) para su
Sanatorio. Pedro Iturbe, me pidió que fuese hasta Chicago para visitar a Fernández
Morán. Lo hice, y fui muy bien recibido, y ya de regreso, en 1968,
instalaríamos el ME en 1969 para hacer investigación en el Sanatorio
Antituberculoso de Maracaibo siguiendo las instrucciones de
el doctor Fernández Morán.
Mis colegas patólogos en Maracaibo, no creían en el ME. El elefante gris
lo denominaba el jefe del Servicio. Los patólogos no estaban interesados en
hacer investigación. En 1971, nos visitaría personalmente el doctor Fernández Morán, y organizamos el 1er
Simposio Venezolano de Patología Ultraestructural y asistió
invitado el ya famoso doctor Rui Pérez Tamayo y luego, ese mismo año, durante el VIII Congreso
Latinoamericano de Patología que se dio en el hotel del Lago,
presentaríamos trabajos con el ME sobre encefalitis equina, rabia, amibiasis, y
la ultraestructura de tumores.
En aquel evento latinoamericano, conversando con JTNúñez
Montiel decidimos usar el ME para examinar el cuello uterino de sus
pacientes y en el siguiente Congreso de la Sociedad Latinoamericana de
Patología, que se dio en 1973 en Mérida, Yucatán-México, demostramos la
presencia del virus del papiloma humano (VPH) en el cuello uterino y señalamos
tempranamente y por primera vez, su importancia en el cáncer cervical.
He querido aprovechar esta ocasión para permitirme nuevamente mencionar
a algunos de mis profesores, a quienes recuerdo con respeto y admiración,
fueron mis Maestros en Medicina.
Maracaibo, sábado 4 de octubre del
año 2025
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