martes, 18 de julio de 2023

Malcolm Lowry


Sé que, en las novelas, “sobran los prólogos”, sin embargo, yo “prologué” a La Entropía Tropical quizás con la intención de explicar porque siendo la primera novela escrita, no sería publicada hasta el año 2003 después de La Peste loca, Escribir en la Habana, y Para subir al cielo…. En realidad, para aquel entonces, no había leído mucho sobre prólogos ni sabía gran cosa sobre la estructuración de las novelas.

Se ha dicho que en las novelas sobran los prólogos, pero existe un prólogo que conviene leer. El texto preliminar de la novela Bajo el volcán de Malcolm Lowry (1909-1957), publicada Random House (2020) es un ejemplo de lo citado. Este prólogo, lo firma el mexicano Julián Herbert (1971) un escritor -poeta, novelista, cuentista y ensayista, músico, profesor y promotor cultural- quien como en un juego de muñecas rusas, nos ofrece el fragmento de otro prólogo, uno firmado por José Maximiliano Revueltas Sánchez, conocido como José Revueltas (1914-1976), un escritor, revolucionario y activista político mexicano, reconocido por sus obras como El luto humano y Los muros de agua cuyo prologo es incorporado en la reedición de 1961. En él, Revueltas nos habla de la realidad y de sus andamios, y esto es algo que resulta muy bien traído por Herbert para presentar Bajo el volcán, una de las obras más importantes de la literatura del siglo pasado.

Revueltas señala que la realidad posee un “movimiento interno propio”, una especie de andamiaje invisible que la soporta siguiendo un método preciso y que está sujeto a leyes donde la “acumulación cuantitativa se transforma cualitativamente”. Así pues, el mundo invisible, el mundo de las partículas ha de ser analizado con el principio de incertidumbre que formuló Heisenberg cuando logró agarrar por la cola un electrón, algo que igualó Malcolm Lowry cuando completó una novela que le llevó media vida.

Bajo el volcán, aunque trata del periplo del cónsul británico en el pueblo mexicano de Quauhnahuac, en un día de los muertos de 1938. Es un testimonio del escritor en su deriva borracha; una especie de bajada a los infiernos, sitio que no se nombra por ser el sitio del que nunca se vuelve. Ya sabemos que el tiempo termodinámico es irreversible y he recordado mi lectura del Cambio de piel (https://tinyurl.com/mt47mbnx) de Carlos Fuentes...

En apariencia, la novela de Lowry es eso y poco más. Pero como sucede en la realidad, lo importante de la novela es lo que no se ve, en este caso lo que no se cuenta: la abundancia, el exceso de energía oscura que subyace en cada una de sus líneas y que da forma al periplo del cónsul británico mientras los volcanes asoman en el paisaje de una ciudad poética, trágica y bella, como la prosa que fluye en sus páginas.
Malcolm Lowry intuyó que el andamiaje invisible que esconde la realidad resulta absurdo al sentido común, y que es una rareza difícil de explicar con palabras a no ser que esas palabras se relacionen entre sí para dar lugar a una ficción de calibre como lo es Bajo el volcán. Su novela maldita cuyo prólogo firmado por Julián Herbert recurre a José Revueltas para detenerse a explicar, entre otras cosas, cómo la energía oscura subyace bajo la apariencia de toda materia viviente.

Malcolm Lowry (Cheshire, 28 de julio de 1909 - 26 de junio de 1957) el poeta y novelista inglés, fue educado en la Leys School y en St. Catharine's College, de Cambridge. Desde el momento de su graduación en 1931, el alcohol y la literatura dominarían su vida. Después de Cambridge, Lowry vivió en Londres, y se mudó a Francia, donde en 1934 se casó con una ex estrella de Hollywood, Jan Gabrial, a quien Lowry siguió hasta Nueva York, donde él ingresó al Hospital Bellevue en 1936 debido al alcohol.

En su primera visita a Cuernavaca en 1936 Malcolm Lowry germinó un cuento sobre un hombre que, perdido en una selva oscura y espesa, descubre, igual que Dante antes de encontrarse con el poeta Virgilio, la entrada al infierno. Bajo el volcán comienza hacia la hora del crepúsculo del Día de Muertos el 2 de noviembre de 1939, cuando dos amigos del cónsul británico Geoffrey Firmin -un inglés dipsómano afectado por el recuerdo de la guerra-, después de una partida de tenis en el viejo Casino de la Selva, recordaban los pormenores de la muerte de Firmin, ocurrida un año atrás y la historia de su vertiginoso descenso al Mictlán, el reino de los muertos, aquel lugar donde se había refugiado, dominado por la estela del Popocatepetl siempre humeante ante el otro volcán que se yergue sobre el valle de la ciudad de México, el Iztaccihuatl.

Viviendo en Hollywood, Lowry comenzó a escribir guiones para cine, de modo que a finales de 1936, la pareja se mudó al Hotel Casino de la Selva en Cuernavaca, México. Lowry solo en Oaxaca, ya al finalizar el año 1937 vivía en excesos alcohólicos que culminarían al ser deportado del país.

Bajo el volcán tiene como trasfondo una de las festividades más emblemáticas de México, el Día de Muertos que siempre está acompañado de fuegos artificiales, estruendosos cohetones de pólvora, que acallarán los disparos con los que el cónsul acusado de ser un espía, después de emborracharse con mezcal hasta perder el sentido de la realidad, seria asesinado.

Malcon Lowry publicó poco durante su vida a pesar de la extensa colección de manuscritos inconclusos que dejó. Bajo el volcán (1947), fue reescrita innumerables veces, y es reconocida no solo como su obra maestra sino como una de las grandes novelas del siglo XX. Lowry esbozaría sobre material autobiográfico con complejas capas de simbolismo una serie de relaciones complejas y destructivas donde Geoffrey Firmin, el alcohólico excónsul británico en Cuernavaca, es el protagonista.

Bajo el volcán fue la película de 1984, dirigida por John Huston estuvo basada en la novela del mismo título de Malcolm Lowry. El filme con la fotografía de Gabriel Figueroa, fue protagonizado por Albert Finney, con Jacqueline Bisset, Anthony Andrews, Katy Jurado y Antonio López Tarso en los papeles principales, y obtuvo dos nominaciones a los Premios Óscar, al mejor actor principal (Albert Finney) y a la mejor música. También fue la mejor película del Festival de Cannes de ese año 1984.

Es importante recordar que con Bajo el volcán, Gabriel Figueroa demostraría que también era un virtuoso en el uso del color, pues con la fuerza expresiva de la película enseño un mundo de locura impregnado de los tonos de la fotografía y lograda por la impecable interpretación de Albert Finney. Gabriel Figueroa había fotografiado para John Huston la adaptación de la obre de Tennessee Williams La noche de la iguana también rodada en México, y volvió a trabajar con el realizador en Bajo el volcán, la novela de Lowry que decían era “infilmable”.

John Huston y Emilio "el Indio" Fernández se conocerían en México el año 1925 y Emilio le enseñaría muchos detalles sobre su país. Huston a su vez, conoció a Lowry en Cuernavaca antes que el escritor terminara la novela que como ya sabemos la reescribió varias veces y demoró más de diez años en concluirla e hizo unas tres o cuatro versiones, hasta llegar a la definitiva. Huston recibió casi cincuenta guiones antes de aceptar el definitivo, de Guy Gallo. Ambos trabajaron juntos, durante meses, en Las Caletas, de Puerto Vallarta, ya que este filme significaba concretar una antigua intención desde que Houston se leyó la novela.

En 1939 Lowry se mudó a Canadá y en 1940 se casó con Margerie Bonner, una actriz y escritora. La pareja vivió en una cabaña en la playa en la Columbia Británica y viajarían por Europa, Estados Unidos y el Caribe mientras Lowry continuaría bebiendo en exceso, aunque trabajaba escribiendo, hasta que, en 1954, nuevamente viajaría a Nueva York, a Londres y a otros lugares, hasta que falleció en junio de 1957 en la villa de Ripe, Sussex del Este, donde vivía con su esposa.

Maracaibo, martes 18 de julio del año 2023

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