viernes, 28 de julio de 2023

De los diagnósticos…


La Anatomía Patológica ha sido siempre la especialidad ideal para diagnosticar, clasificar e investigar los distintos tumores y su comportamiento frente a ensayos terapéuticos. Una medicina personalizada surgiría con la terapia molecular, donde eran básicos los criterios anatomopatológicos, para inicialmente lograr diagnósticos precisos y luego poder definir la conducta terapéutica a seguir. Todo ello apoyándose en diversas técnicas que informan sobre los inhibidores de las enzimas tirosina quinasa, o inmunomarcadores capaces de señalar el ritmo de crecimiento de las células neoplásicas, u otros aspectos frecuentemente relacionados con alteraciones en los genes tumorales.

La inmunohistoquimica (IHQ) que se inició para nosotros en la década de los años 80 en el Instituto Anatomopatológico de la Universidad Central de Venezuela, lamentablemente, 40 años después, no forma parte de la rutina diagnóstica en patología. El costo de los anticuerpos siempre ha hecho muy difícil su implementación. El patólogo hoy día, tiene que ir más allá de la visualización de la apariencia histológica que le muestra el tumor a través del microscopio de luz y cada vez más se verá obligado a complementa su diagnóstico para ayudar en la decisión terapéutica, informando sobre la proliferación celular, o la presencia de hormonas, y de oncogenes tumorales, aprovechando las ventajas que la tecnología a su disposición pueda aportarle.

Es importante y sería muy necesario si nuestros colegas patólogos pudiesen disponer de una actualización permanente sobre las posibilidades existentes en el país para consolidar esta visión terapéutica de la Anatomía Patológica… Pero nos llegó el Siglo XXI y la IHQ que debería ser el complemento necesario para muchos de los diagnósticos parece no estar al alcance de muchos patólogos venezolanos… Es innegable que para tratar un cáncer de mama se necesita saber la situación de los estrógenos y de la progesterona en el tumor y si es HER 2 /neu positivo o no, tanto como se precisa para diagnosticar los linfomas y poder luego asegurar el tratamiento más adecuado, o usar la IHQ siempre que un tumor ser pobremente diferenciado, en cuyo caso será más maligno su curso para complicar la vida de cada paciente…

El tratamiento preciso e ideal, variará de acuerdo con el tipo de tumor, pero igual dependerá de los biomarcadores existentes que correspondan al ser seleccionados por el patólogo ante las diferentes proliferaciones celulares neoplásicas. Se deberán considerar igualmente las características genotípicas y moleculares del tumor, siempre contrastadas con la información clínica de cada paciente. Ya en 2019, la terapia molecular estaba presente en más del 40% de los trabajos presentados en la Reunión Anual de los Oncólogos en los Estados Unidos. Estos adelantos los vemos desde lejos quienes vivimos “en este país, tu país, mi país”…

Podemos concretar toda esta perorata en una razón poderosa que está representada por los costos de los anticuerpos y por otra parte –que es fundamental y básica- los sueldos de hambre del país. En la actualidad no hay que subestimar la existencia de “los Micos” y el “intrusismo profesional” de algunos que soñando ser médicos y hasta anatomopatólogos llevan inventar informes ante inocentes pacientes, sin olvidar a los que la cubanía traidora ha pretendido transformar en patólogos con cursitos en la isla… El desastre de la asistencia pública en los hospitales venezolanos en este siglo XXI donde se les debería ofrecer a los médicos anatomopatólogos los adelantos tecnológicos capaces de complementar los diagnósticos con criterios moleculares y genómicos, nos ha retrotraído a una oscuridad casi total…

Sería importante y necesario que nuestros colegas patólogos pudiesen disponer de una actualización permanente sobre las posibilidades existentes en el país para consolidar esta especie de visión terapéutica de la Anatomía Patológica. Deberían disponer de los adelantos tecnológicos actualizados que apoyasen el diagnóstico histológico a los que deberían poder acceder fácilmente, estar al día igualmente los médicos anatomopatólogos para diagnosticar con criterios moleculares y genómicos. Tras la salida del país de muchos especialistas, los patólogos como gremio lucen atónitos y paralizados… Sabemos cuán difícil y complicado resulta esto ante nuestro deteriorado sistema de salud, donde si no hay una asistencia mínima que sea adecuada para los pacientes, lamentablemente la IHQ no formará jamás parte de la rutina diagnóstica en patología.

Si bien son pocos los patólogos que utilizan la IHQ, igualmente existen muchos oncólogos y radioterapeutas quienes deberían solicitar su necesario complemento, ya que en ocasiones tienen que definir la conducta terapéutica con sus pacientes, sin este importante auxilio diagnóstico. Para finalizar, debemos aceptar que todo lo antes dicho se transforma en una letanía sin sentido ante la aparente pasividad y la espera ilusionada de soluciones mágicas frente a un gremio medico que parece estancarse ante el destino cruel que le ha tocado al país y la simulada sordera de los organismos que deberían estar encargados de velar por la salud pública de los venezolanos.

En Maracaibo el viernes 28 del mes de julio del año 2023

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