Le Rouge et le Noir ( 1 )
Si bien
recuerdo que leí hace muchos años La cartuja de Parma, no así a Rojo
y Negro, no obstante el
nombre de Julien Soler me lleva siempre a recordar a mi maestro Eduardo Liendo.
A comienzos de la década de los 90, durante dos años tuve la suerte de asistir
al Taller de Narrativa que ofrecía Eduardo en el edificio que fuera el
Ministerio de Educación, a un par de cuadras de la esquina de El Conde en el centro
de Caracas. Allí le escuché hablar varias veces sobre su admiración por Julien
Soler, un personaje que conocía a fondo pues estando preso en la isla del
burro, Rojo y Negro era uno de los pocos libros que tenían para leer y
re leer. Desde entonces no había tenido la oportunidad de leer la novela de
Stendhal y francamente hablando no lo he hecho, lo que no me impide hablar del
personaje y llevarles a ustedes resumidamente el argumento de su trama, la
cual, sea dicho de paso, que me parece
exageradamente melodramática.
Rojo
y negro la novela de Stendhal
(1783-1842) se desarrolla en Francia a
fines de los años 1820, y
trata de las ambiciones de un joven para elevarse sobre la pobreza de su
nacimiento. Rojo y negro es un ejemplo de novela psicológica e
influyó en muchos escritores del realismo, en
particular a León Tolstói, y
en el siglo XX a André Gide. El
título del libro se interpreta como los colores de los uniformes del ejército
(rojo) y de los sacerdotes (negro). El argumento tiene que ver con las
tensiones entre la propia tendencia republicana de Julien Sorel -en particular,
su lealtad nostálgica a Napoleón- y las conspiraciones de los
aristócratas católicos legitimistas, en particular los marqueses de
La Mole y sus partidarios jesuitas, que representan el extremo político opuesto.
Si bien este contexto histórico es tratado por Stendhal considerándolo suficientemente
importante como para titular la novela Rojo
y negro: crónica de 1830, la
trama psicológica de Julien Soler es la que domina la obra.
Dividida en dos partes, la novela nos presenta
inicialmente a Julien Sorel, hijo de un viejo carpintero del pueblo, el
aserrador Sorel, quien desprecia las cosas intelectuales, y a Julien, un niño que
recita de memoria el Nuevo Testamento en latín, y es protegido por Chélan, el
cura del pueblo. Julien admira a Napoleón Bonaparte,
considerándolo su modelo exitoso. El abate Chélan recomienda a Julien como preceptor de los hijos de Monsieur de
Rênal
alcalde de
Verrières. En el mundo de la burguesía provincial, Julien Sorel
seducirá a la señora de Rênal, una joven hermosa, tímida e ingenua. Julien
hipócrita, oculta sus sentimientos por la anfitriona y su admiración por
Napoleón, pero se gana el corazón de los niños y paseará al anochecer con la
señora Luisa Rênal, quien se enamorará de Julien obligado a rechazar los
avances de Elisa, la criada de la señora Rênal quien decide difundir un rumor
de que algo hay entre su ama y Julien, el hombre de moda en Verriere. El señor
de Rênal recibe un anónimo denunciando el adulterio de su esposa con Julien, y el
padre Chélan mete a Julien al seminario donde será odiado por sus compañeros. El
abate Pirard
le ofrece el cargo de secretario del marqués de La Mole y Julien marcha a trabajar
con el aristócrata en París.
En la Segunda parte, el marqués de La Mole, tiene una hija
Mathilde, una joven aristocrática con muchos pretendientes pero que acabará
enamorándose de Julien. Él desprecia a Mathilda comparándola desfavorablemente con
la señora de Rênal, a quien añora. El marqués aumenta su confianza en Julien, y
Mathilda le confesará a su padre que está embarazada y desea casarse con el
joven secretario. El marqués le ha otorgado a Julien un cargo de teniente de húsares en Estrasburgo, y es ahora el caballero Julien
de Vernaye. Mathilde no puede convencer a su padre el marqués de La Mole quien
rechaza categóricamente la idea de matrimonio. Una carta de Madame de Rênal
para el marqués denuncia la inmoralidad
de su examante devorado por la ambición y Julien, desesperado, se va a Verrières
y durante la misa entra en la iglesia le dispara a Luisa Rênal, su antigua
amante. Creyéndola muerta, Julien espera en la cárcel por su juicio y Mathilde
va a verlo diariamente con un seudónimo, pero los arranques de heroísmo de Mathilde
aburren a Julien quien persiste en su amor por la señora de Rênal. A pesar de
la opinión pública el jurado condena a Julien a la guillotina. Mathilde y Madame de Rênal
confían en la apelación y Julien piensa en el futuro del hijo que ha de nacer.
Madame de Rênal, logra el permiso para ver a Julien a quien le manifiesta que
su amor por él nunca ha menguado. Se da la ejecución de Julien y Mathilde y le
pide ver al verdugo los restos del padre de su hijo, compra el cadáver, entonces
agarra la cabeza de Julien, le da besos en la frente, y entierra la cabeza en
la cumbre del Jura donde Julien Sorel vivía. Madame de Rênal fue fiel a su
promesa, sin embargo tres días después de la ejecución, muere abrazando a sus hijos.
En su libro Mentira romántica y verdad novelesca
(1961), el crítico y filósofo René Girard
identifica otra de las claves de Le
Rouge et le Noir, a la que
él denomina el deseo triangular. Dice Girard, que la novela de Stendhal revela cómo, el deseo por otro siempre es “mediado” por un
tercero (dicho crudamente, que cuando deseamos algo -o a alguien-, es porque vemos que alguien más desea
exactamente eso). Esta teoría da cuenta de la aparente perversidad en la
relación entre Mathilde y Julien, y en particular cuando Julien inicia el
cortejo de Madame de Fervaques para provocarle celos a Mathilde, pero también y
especialmente señala la fascinación con que Julien aspiraba siempre instalarse
en la alta sociedad que tanto decía despreciar. Siendo esta una novela de una
trama fundamentalmente psicológica, es necesario señalar que también existe un
síndrome psicológico o psiquiátrico, denominado “síndrome de Stendhal”, sobre
el cual nos referiremos en otra oportunidad para decir algo también sobre el
cine y esta famosa novela.
Maracaibo
13
de septiembre 2018
1 comentario:
Excelente resumen profesor, comencé a leer Rojo y Negro durante mi adolescencia y luego de 90 páginas no pude continuar, como Ud. dice excesivamente melodramática para mi gusto. Gracias por echarnos el cuento. Ya me enteré como termina. Un abrazo desde Valencia, España.
Armando Rodríguez.
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