lunes, 17 de septiembre de 2018

B O R I N Q U E N




B O R I N Q U E N

                                                                                                        
                                           Para Eduardo Blasco Olaetxea
Rafael Hernández Marín, (El Jibarito), (1892-1965), compositor puertoriqueño muy conocido por sus boleros y canciones, una figura cimera de la música popular puertorriqueña durante el siglo XX. A los 12 años de edad, Hernández estudió música en San Juan y aprendió a tocar muchos instrumentos musicales, entre ellos el clarinete, tuba, violín, piano y guitarra. A los 14 años, tocó para la Orquestra Cocolía y luego se trasladó a San Juan, donde tocó para la orquesta municipal. Rafael estaba trabajando como músico en Carolina del Norte, cuando los Estados Unidos entraron a la Primera Guerra Mindial. Con su hermano Jesús Hernández, y otros 16 puertorriqueños, se unieron en la banda musical del Ejército estadounidense. Fue asignado al regimiento de infantería 369-regimiento, que fue apodado como los Harlem Hell Fighters por los alemanes. El batallón 369 fue condecorado con la Croix de Guerre  por el presidente francés. Tras la guerra, Hernández se mudó a Nueva York. En 1920, vivió en Cuba, hasta 1924 y regresó a Nueva York, donde organizó el Trío Borincano. En 1932, se mudó a México, y se casó con una mexicana. En 1937, escribió Lamento borincano  y ese mismo año compuso Preciosa, considerada como su pieza maestra. Regresó a Puerto Rico en 1947. Rafael Hernández falleció el  11 de diciembre de 1965. Su legado abarca todos los géneros musicales contando más de 2.000 composiciones, entre las que se encuentran: Lamento Borincano, Silencio,  Ausencia, Perfume de gardenias, Campanitas de Cristal, Desvelo de Amor, Preciosa y la nana convertida en rumba, El Cumbanchero.

“No hay tierra tan hermosa como la mía, bañada por los mares de blanca espuma parece una gaviota de blancas plumas dormida en las orillas del ancho maaar.  Quisqueya la tierra de mis amores, de suave brisa, de lindas flores. Del fondo de los mares la perla querida Quisqueya divina! En mis cantares linda Quisqueya, yo te comparo con una estrella, la estrella solitaria que alumbra mi vida y me brinda su luz!”

“En mi viejo San Juan cuantos sueños forjé en mis noches de infancia. Mi primera ilusión y mis cuitas de amor son recuerdos del alma…Una tarde me fui hacia a extraña nación pues lo quiso el destino pero mi corazón se quedó frente al mar en mi viejo San Juan.    Adiós (adiós adiós). Borinquen querida (tierra de mi amor). Adiós (adiós adiós). Mi diosa del mar (mi reina del palmar). Me voy (ya me voy) Pero un día volveré a buscar mi querer a soñar otra vez en mi viejo San Juan.  Pero el tiempo pasó y el destino nubló mi terrible nostalgia y  no pude volver al San Juan que yo amé pedacito de patria, mi cabello blanqueó,  hoy mi vida se va  ya la muerte me llama y  no quiero morir  alejado de tí  Puerto rico del alma.  Adiós (adiós adiós). Borinquen querida (tierra de mi amor). Adiós (adiós adiós). Mi diosa del mar (mi reina del palmar). Me voy (ya me voy) Pero un día volveré a buscar mi querer a soñar otra vez en mi viejo San Juan”.

“Sale  loco de contento con su cargamento  para la ciudad, para la ciudad. Lleva  en su pensamiento todo un mundo lleno de felicidad, Ay, de felicidad. Piensa remediar la situación del hogar que es toda su ilusión. Sí. Y alegre,  el jibarito va, cantando así diciendo así, pensando así por el camino:"Si yo vendo la carga, mi Dios querido,  un traje a mi viejita voy a comprar." y alegre también su yegua va al presentir que su cantar  es todo un himno de alegría,  y en eso le sorprende la luz del día,  y llegan al mercado de la ciudad.   Pasa la mañana entera sin que nadie quiera su carga comprar, ay, su carga comprar. Todo,  todo está desierto, y el pueblo esta lleno de necesidad, ay, de necesidad.  Se oye este lamento por doquier  de mi desdichada Borinquen. Sí… Y triste,   el jibarito va pensando así, diciendo así, llorando así por el camino: "¿Qué será de Borinquen mi Dios querido? ¿Qué será de mis hijos y de mi hogar?" ¡Oh Borinquen! La tierra del Edén,  la que al cantar, el gran Gautier  llamo la perla de los mares,  ahora que tú te mueres con tus pesares déjame que te cante yo también”.

José Martín Antonio Gautier Benítez (1848-1880). Nació en Caguas, Puerto Rico.  Su madre fue la poeta Alejandrina Benitez de Gautier.   José Martín cursó la carrera militar en España, donde obtuvo el grado de oficial. La ausencia de su patria le era muy sentida, y regresó para dedicarse al periodismo y a la literatura.  Es la primera figura del romanticismo poético de Puerto Rico. Sus poemas A Puerto Rico ausencia y A Puerto Rico regreso, le hicieron famoso. Falleció en enero de 1880 de tuberculosis.  En España, hizo la carrera de militar y la añoranza de su querida Isla  se puede notar en tres poemas dedicados y titulados Puerto Rico. Son también conocidos sus poemas Ausencia, Regreso, y La Barca. Aparece mencionado en la famosa canción "Lamento borincano" como "el gran Gautier" que llamó a Borinquen (Puerto Rico) "la perla de los mares". 

Maracaibo  17  de septiembre 2018

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