Ingmar Bergman (1918-2007), guionista y director de teatro y cine sueco, es considerado uno de los directores de cine
clave de la segunda mitad del siglo XX. Segundo hijo del pastor luterano Erik Bergman
(1886-1970). Ingmar Bergman nació en Upsala. El mundo
metafísico de la religión influyó tanto en su niñez como en su adolescencia. Su
educación estuvo basada en los conceptos luteranos: «Casi toda nuestra educación estuvo basada en conceptos como pecado,
confesión, castigo, perdón y misericordia, factores concretos en las relaciones
entre padres e hijos, y con Dios». Bergman escribe en sus memorias: «Los castigos eran algo completamente
natural, algo que jamás se cuestionaba. A veces eran rápidos y sencillos como
bofetadas y azotes en el trasero, pero también podían adoptar formas muy
sofisticadas, perfeccionadas a lo largo de generaciones». Muchas de sus obras
están inspiradas en esos temores y relaciones violentas.
A partir de los trece años estudió bachillerato en una escuela privada
de Estocolmo; después se
licenció en Letras e Historia del Arte en la Universidad. Encontró en el
teatro, y luego en el cine, los dos medios más apropiados para expresarse y
centrar su capacidad y potencial creativos. La carrera cinematográfica de Bergman comenzó en 1941 trabajando como
guionista. Su primer guion lo concibió en 1944 a partir de un cuento suyo, Tortura (Hets). El éxito
internacional de Tortura le
permitió a Bergman iniciarse como director, un año después, con Crisis. Curiosamente,
el primer reconocimiento internacional, tanto de público como de crítica, se
dio en Uruguay y Argentina) en el Festival de Cine de Punta del Este de 1952. La
adhesión del público y la crítica cinematográfica del Cono Sur
latinoamericano persistió durante toda la obra posterior de Bergman. El
reconocimiento internacional en Europa y América del Norte le llegó con Sonrisas de una noche de verano (Sommarnattens leende, 1955), donde Bergman dijo «hay una porción de nostalgia, una relación
padre-hija reflejo de mi vida, la gran confusión y la tristeza”. Fue seguida por los rodajes de El séptimo sello (Det sjunde inseglet) y Fresas salvajes (Smultronstället), estrenadas con diez meses de diferencia en
Suecia en 1957. El séptimo sello,
para muchos, su primera obra maestra, aunque Bergman, que la apreciaba, no la
considerase impecable, ganó el Premio Especial del Jurado y fue nominada a la
Palma de Oro en el Festival de Cannes.
Una breve sinopsis
de “El
séptimo sello” nos muestra un caballero que regresa de Las Cruzadas con
su escudero y en el camino encuentran que la peste está asolando el territorio.
La Muerte se le presenta al caballero, quien desea le ofrezca un plazo, no
porque tema morir sino porque quiere un poco de conocimiento. La Muerte no está
en capacidad de darle respuestas pero le permite jugar con ella al ajedrez. Una
familia de juglares, un clérigo desalmado, una muchacha acusada de brujería y
otros personajes son los últimos encuentros del caballero antes de llegar a su
castillo.
Bergman
escribió acerca de esta película: La
idea me vino contemplando los motivos de pinturas medievales (los juglares, la
peste, los flagelantes, la muerte que juega ajedrez, las hogueras para quemar a
las brujas y las Cruzadas). En el Medievo los hombres vivían en el temor de la
peste. Hoy viven en el temor de la bomba atómica. El Séptimo Sello es una
alegoría: el hombre, y su eterna búsqueda de Dios y la muerte como única
seguridad… Mientras que mi padre predicaba desde el púlpito, yo concentraba
toda mi atención en el misterioso mundo de la iglesia… Había todo lo que la
fantasía podía desear: ángeles, santos, dragones, profetas, demonios, niños…
Los pintores del Medioevo reprodujeron todo eso con gran sensibilidad… Con mi
película quería pintar como un pintor medieval... Mis personajes ríen, lloran,
gritan, tienen miedo, hablan, responden, juegan, sufren, buscan. Su horror es
la peste, el Juicio Final. Nuestro horror es diferente, pero las palabras son
las mismas. Nuestra pregunta continúa”…
Opiniones: "Una de las
grandes obras de Ingmar Bergman, que reúne en sus hermosas imágenes las
obsesiones del maestro sueco (...) Impresionante labor de Max von Sydow y una
inmensa fuerza visual para una obra maestra"…"Desde el momento en que
comienza te deja sin aliento hasta que termina." …"Es una obra de
arte radical que viaja en el tiempo hasta las sagradas escrituras, hasta
Cervantes y Shakespeare para crear una nueva expresión dramática por sí
misma"…"Oscura pero hermosa”…"Una contemplación penetrante y
poderosa del paso del hombre por esta tierra. Esencialmente intelectual, pero
también emocionalmente estimulante”. Mi comentario sobre “El séptimo sello” es que es una de mis películas favoritas,
puede que sea por mi afición a los temas medievales, pero sin duda alguna es
una obra maestra de la cinematografía.
Maracaibo 15 de septiembre 2018
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