domingo, 16 de septiembre de 2018

Zapatero, “el negociador”




 Zapatero, “el negociador”
                                        
Tengo muchos amigos que se siguen sintiendo muy izquierdosos y no les critico su afán. También yo mismo padecía de esas crónicas virosis, pero nada hay peor que el fanatismo que no te permita razonar, al menos “razonablemente”. Por ello y por no querer aceptar que no es posible tapar el sol con un dedo, les recomiendo analizar ésta y alguna que otra breve indiscreción de mi parte. Recuerdo como ayer, cuando la llegada del PSOE al Gobierno de España propició el primer encuentro informal entre José Luis Rodríguez Zapatero con Hugo Chávez Frías, acaecido en el marco de la Cumbre UE-América Latina y Caribe que se  celebraba en mayo de 2004 en México. En noviembre de ese mismo año Chávez realizó una nueva visita a España y ambos presidentes anunciaron "una nueva era" en las relaciones bilaterales. El primer viaje oficial de Zapatero al país latinoamericano tuvo lugar en marzo de 2005, una visita que sirvió para firmar varios convenios comerciales y energéticos y para suscribir también un controvertido acuerdo para la venta de aviones y buques. Era el mayor contrato de venta de equipos militares españoles a Venezuela y suponía la compra por parte del Gobierno de Caracas de doce aviones y ocho patrulleras.  En enero de 2006 Estados Unidos se opuso a la venta de los aviones alegando que llevaban tecnología estadounidense y el contrato se suspendió, aunque siguió adelante la venta de las patrulleras.

En la actualidad se ha denunciado y supuestamente la CIA e Interpol, tienen bajo investigación un presunto caso de corrupción en una venta del ex ministro de Defensa, José Bono cuando Zapatero era el Señor Presidente. De acuerdo a una información publicada por el portal Es. Diario, entre varios documentos, destaca un expediente que hace referencia a este asunto en un oficio que lleva el título de: “CASO SOBREPRECIO EN CONSTRUCCIÓN DE BUQUES PARA LA ARMADA EN ESPAÑA, HEBERT GARCÍA PLAZA, ALTO MANDO MILITAR”. El año 2005 el presidente José Luis Rodríguez Zapatero suscribió un acuerdo con el Gobierno de Venezuela -entonces presidido por Hugo Chávez-, para la venta de cuatro barcos para la Armada de ese país. En ese entonces, el ministro de Defensa, y máximo responsable de la venta de material militar a otros países, era José Bono, quien ocupaba esa cartera en tiempos de Zapatero, entre los años 2004 y 2006. El acuerdo firmado entre los dos gobiernos incluía la construcción de cuatro BVL -Buques de Vigilancia Litoral- con un coste total de 508,68 millones de euros; y de cuatro POVZEE -Patrulleros Oceánicos para la Vigilancia de la Zona Económica Exclusiva-, con un precio de 698,71 millones de euros. El coste total de la operación fue de 1.207,39 millones de euros. Es. Diario detallaba que fue un precio cerrado, según los acuerdos, pero que en los papeles variaba sensiblemente, pues el Gobierno de Venezuela abonó 1.246 millones de euros en la operación. Es decir, 38.600.000,00 euros de más.  En esta millonaria operación una empresa de intermediación, la Rabazven Holding, se embolsó suavemente el 3,5% del total del dinero del contrato.

Al Ministerio Público le pareció sospechosa esta intermediación, tratándose de un contrato que, según la declaración oficial del Gobierno de Zapatero, se había conseguido a nivel gubernamental porque la naviera adjudicataria, NAVANTIA, era una empresa 100% pública, y las negociaciones fueron llevadas a cabo por José Bono, el ministro de la Defensa. El contrato se firmó por todo lo alto en Caracas y hasta allí se trasladó Bono junto al entonces presidente de NAVANTIA, Juan Pedro Gómez Jaén. En el año 2010 se conocieron algunos datos públicos de esta desmesurada comisión y nadie entonces dio explicaciones ni en Venezuela ni en España. El ya ex presidente de NAVANTIA, que se encontraba en ese año ya al frente de Sainsel Sistemas Navales S.A, negaba cualquier explicación, y remitiría para esto a los responsables de la empresa pública. La respuesta de esta empresa fue que “Rebazven ha estado históricamente en las operaciones de venta en Venezuela”. Fue entonces cuando un medio de comunicación preguntó por qué se usó un intermediario que se embolsaba más de 38 millones en la operación si oficialmente la venta era un logro directo de Zapatero y Bono. La respuesta de los astilleros públicos apuntaba a la gestión de Bono en Defensa… “Vaya usted y pregunte en Defensa, que son ellos quienes firmaron el contrato”.  Tal y como recoge el oficio, Bono nunca dio explicaciones de esa operación. Quien sí lo hizo fue el propio Hugo Chávez quién argumentó en su momento: “Queríamos ayudar a España, el presidente Zapatero me dijo un día que tenían problemas con los astilleros y entonces orientamos la adquisición de Estado a Estado”. El desvío de más de 38 millones de euros en comisiones no es la única polémica de la operación de Bono. Trascendió que los pagos de Venezuela se demoraron y en 2016 seguían sin abonarse casi 312 millones de euros que la empresa pública española había abonado en concepto de garantía de entrega de los trabajos.

En contra de la Posición Común establecida en la Unión Europea, en 1996 por José María Aznar siendo presidente de España la cual condicionó las relaciones con Cuba al respeto de los derechos humanos y la introducción de cambios democráticos, siendo presidente, José Luis Rodríguez Zapatero conservó y mantiene una buena relación con Cuba, cuya influencia sobre Maduro y el gubernamental Partido Socialista Unido de Venezuela, (PSUV) está fuera de toda duda. Zapatero ha sido amigablemente recibido por las autoridades de la isla caribeña desde su activismo en Bruselas y su amistad y relaciones estrechas con el gobierno de Maduro han sido criticadas. El ex presidente socialista y su ex ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se transformaron en expertos en las triangulaciones diplomáticas para excarcelar presos cubanos de conciencia, facilitar encauzamiento de las relaciones bilaterales y la liberalización del régimen. Cultivó la rosa, roja en este caso, para el amigo sincero…
Otro de los asuntos que ensombreció las relaciones bilaterales entre España y Venezuela, en aquellos años, fue la presencia de miembros de la banda terrorista ETA en territorio venezolano. En 2006 los medios publicaron un compromiso de las autoridades venezolanas para indemnizar a dos etarras y conceder la nacionalidad a otros cuatro. Aunque el acuerdo fue desautorizado por el Gobierno de Chávez, continuaron las especulaciones sobre los supuestos vínculos del Gobierno venezolano con ETA, y en marzo de 2010 se produjo un nuevo desencuentro cuando el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco acusó a Caracas de apoyar una presunta alianza entre ETA y la guerrilla colombiana de las FARC, siempre apoyada por Chávez. El asunto se zanjó con un comunicado conjunto de ambos países condenando el terrorismo, pero Venezuela no atendió las solicitudes de extradición de etarras reclamados por España. El caso más significativo fue el de Arturo Cubillas, quien desde 2007 trabajaba para el Gobierno de Caracas y que fue reclamado por primera vez en octubre de 2010 por su presunta conexión con ETA y las FARC. No pasó nada.

El presidente venezolano Hugo Chávez Frías, antes de fallecer calculó en unos 8.000 millones de euros los contratos de las empresas españolas que tenían negocios en su país. Sobre este tema que señala la persistente y emocionada conexión anímica de Zapatero con el PSUV y con el gobierno de Maduro, podremos hablar de nuevo en otra oportunidad…

Maracaibo, 16 de septiembre del 2018

1 comentario:

yosabrams0918 dijo...

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