Hace un tiempo conversamos sobre el pequeño planeta Plutón, a propósito de la investigación sobre el llamado planeta X, y de como surgió la idea de aceptar su nombre que comenzaba por las letras PL. Investigaciones realizadas a partir de las
imágenes tomadas por la sonda New Horizons de la NASA durante el sobrevuelo de
ese lejano mundo en julio de 2015 indican que Plutón, el
planeta enano en el extremo del Sistema Solar, puede tener un gran océano bajo
su superficie. Se conocía una brillante región en su
superficie con forma de corazón, que se denominó Sputnik Planitia, donde sabemos que escondido bajo una capa helada
puede existir un mar exótico, espeso y frío. William McKinnon, profesor de
ciencias terrestres y planetarias en la Universidad de Washington en St. Louis Missouri, coautor
de dos de
los cuatro “Nature”, sostiene que ese océano está cargado de
amoníaco y es la presencia de ese líquido acre e incoloro la que ayuda a
explicar la orientación del planeta enano en el espacio. La presencia de ese
enorme océano cubierto de hielo de casi 1.000 kilómetros de ancho y más de 80
de espesor que McKinnon prefiere presentar como viscoso o meloso. Se sabe,
gracias a las informaciones enviadas por la sonda New Horizons, que en
Caronte, la gran luna de Plutón, y en una de las pequeñas lunas existe el mismo
magma rico en amoniaco, por lo que McKinnon ha dicho. “Lo que creo que está ahí abajo en
el océano es bastante nocivo, muy frío, salado y muy rico en amoníaco, como un
jarabe o un sirope. No es un lugar para los gérmenes, y mucho menos para los
peces, calamares, o cualquier forma de vida tal y como la conocemos, pero al
igual que con los mares de metano en Titán (la luna principal de Saturno) se
plantea la cuestión de si algunas formas de vida verdaderamente nuevas podrían
existir en estos líquidos exóticos, fríos”...
La humanidad ha venido explorando el Cinturón de Kuiper y llega cada vez
más lejos, por lo que existen más posibilidades de descubrir nuevos mares
subterráneos. Las posibilidades para la existencia de vida exótica, se
sostienen no solo por la imaginación de quienes en esto trabajan con gran
dedicación, también apuntan en esa dirección las
evidencias que nos va presentando la exploración del universo. “La La idea es
que los cuerpos celestes que en una escala como la de Plutón, de los cuales hay muchos en el Cinturón de Kuiper, podrían tener este tipo de
océanos, “serían muy exóticos en comparación con lo que pensamos que es un océano”,
apunta el investigador, y continúa: “La vida puede tolerar un montón de cosas:
una gran cantidad de sal, frío extremo, calor extremo, etc, pero no creo que se
pueda tolerar la cantidad de amoníaco que Plutón necesita para evitar que su
océano se congele (el amoníaco es un excelente anticongelante). En la Tierra,
los microorganismos en el suelo fijan el nitrógeno en amoníaco, que es
importante para la fabricación de ADN y las proteínas”. Pero a juicio,
del profesor William McKinnon, si se
especula sobre la vida en un océano que esta completamente cubierto con una capa de hielo, lo más
probable es que pueda esperarse que exista alguna especie muy primitiva de
organismo. “Incluso podría ser precelular, como pensamos que era tempranamente la
vida en la Tierra”.
La investigación recientemente publicada sugiere que probablemente, un objeto de 200 km de ancho proveniente del cinturón de Kuiper golpeó Plutón hace más de 4.000 millones de años y creo la cuenca que incluye Sputnik Planitia. El colapso de ese enorme cráter levantó el océano bajo la superficie de Plutón, y la densa agua, en combinación con la densa superficie de hielo de nitrógeno que ocupa el agujero, formó un enorme exceso de masa que provocó que Plutón volcara y se reorientara sobre sí mismo con respecto a Caronte. Pero la elevación del océano no durará si el agua caliente en la base de la capa de hielo puede fluir y adaptarse a la manera de los glaciares en la Tierra. Agregando suficiente amoníaco al agua, a temperaturas increíblemente frías (de hasta menos 145 grados Fahrenheit) aún puede ser líquida, aunque muy viscosa, como un melado frío para una torta. A estas temperaturas, el hielo de agua es rígido, y la superficie del océano elevado se convierte en permanente. McKinnon advierte que “Todas estas ideas acerca de un océano interior de Plutón son creíbles, pero son inferencias, no detecciones directas, de manera que si queremos confirmar que existe un océano así, necesitaremos mediciones de la gravedad o radar de sonido del subsuelo, lo cual podría lograrse mediante una futura misión orbital a Plutón. ¡Todo depende de la próxima generación para continuar donde lo dejó la New Horizons".
Maracaibo, o Toronto!, a 5 de
diciembre de 2016
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