jueves, 7 de enero de 2016

No son los muertos lo que en dulce calma





No son los muertos
UNA POESÍA Y SU VERDADERO AUTOR : ANTONIO MUÑOZ FEIJOO, 
POETA DE POPAYÁN, COLOMBIA.

From: "Carola Pessino", Argentina
To: tamen1981@hotmail.com
Subject: No son los muertos...
Date: Mon, 09 Apr 2001 01:39:35 -0000

Estimado Jorge:
Después de buscar arduamente la poesía "No son los muertos los que en dulce calma...", dices que el autor es Antonio Muñoz Freijoo, quien es o era?.        Mi mamá recita esa poesía constantemente y no sabemos de dónde la sacó. Tuvo un derrame cerebral y no se acuerda. Hay gente que me dijo que era de Bécquer..     Me podrías dar más datos?
Muchas Gracias
Carola

From: Jorge Montoya
To: "Carola Pessino"
Subject: Re: No son los muertos...
Date: Mon, 09 Apr 2001 00:27:47 -0500

Hola Carol!...He puesto el apellido equivocado,
debía ser Feijoó y no Freijoó. Desde que yo tenía 7 años le oía esa primera estrofa a mi padre, pero él la confundía siguiendo estrofas de "Reír Llorando"
de Dios Peza. En 1995 que llegué a AOL, leí todo el poema de Peza y me di cuenta que no estaba esa estrofa, entonces comencé a preguntar y preguntar pero nadie sabía. Fue hasta 1999 que alguien me envió este mail donde aparentemente se clarifica este misterio, más aún, me proveyó con las otras dos estrofas de este bello poema... aquí lo comparto
con vos.

"ANTONIO MUÑOZ FEIJOO (1851-1890) Nació en Popayán realizó sus estudios en     la Universidad del Cauca, fundador de la ¨Escuela Literaria¨, redactó varios semanarios políticos y otros de carácter exclusivamente literarios. Autor de numerosas producciones literarias entre ellas poemas idílicos y épicos, además     de escribir comedia.  Una de las composiciones que mejor suerte  ha corrido de cuantas escribiera Muñoz Feijoo es la tan discutida ¨No son los muertos los que en dulce calma....¨, a propósito de la cual el crítico mejicano Alfonso Junco publicó en ¨La Opinión´ de Los Angeles, California, un interesante artículo que aquí recogemos por su indiscutible interés histórico. Dice así:

¨Hace nueve años, planteábamos el mismo problema: ¿De quién son estos versos? Minúsculo problema que   se presta a repercusiones mayúsculas. Llovieron respuestas. Muchos aficionados y muchos doctos intervinieron amablemente y  después de eliminar errores, precisas citas y remover recuerdos y volúmenes, venimos a seguir sin saber de modo decisivo y fehaciente quién es el autor de la repetida estrofa:

¨No son los muertos los que en dulca calma
la paz disfrutan de la tumba fría;
muertos son los que tienen muerta el alma
y aún viven todavía!" 
 
En Méjico, casi todos nos sabemos de memoria la estrofa.....y todos ignoramos quién la forjó. Y no es que falten afirmaciones impresas: corre en libros la estrofa suscrita ora por Díaz Mirón, ora por Núñez de Arce, ora por Mariano José de Larra. Pero ahora me llegan voces de Colombia, en que con toda precisión y formalidad   se atribuye esa estrofa (con otras dos que la acompañan formando una sola composición) a un poeta para nosotros incógnito: Antonio Muñoz Feijoo de Popayán, que floreció en el último tercio del siglo XIX.

Don Alberto Carvajal de Cali, Colombia, escribió:
El señor Feijoo fue compañero y condiscípulo de mi padre    y él me contó al oirme recitar la primera estrofa de esa poesía –que es la estrofa universalmente conocida en el continente americano de habla española o al menos la       que todo el mundo sabe de memoria-, cómo nacieron estos versos:  
He aquí lo que mi padre me dijo aquel día:

¨Visitaba yo con frecuencia la casa de Antonio. Tanto   él como yo vivimos los rosados años de la adolescencia  y gozábamos hablando de nuestros estudios, nuestras ilusiones y nuestros nacientes proyectos literarios. Popayán era en aquella época,    un centro de los de mayor actividad literaria y social. Quizá el más movido del país, después de Bogotá. Su universidad disfrutaba de bastante crédito en la República. Nosotros formábamos parte de un grupo de muchachos aficionados a las letras. Allí estaban Simón Rojas, Miguel Medina, José María Velasco entre otros. Un domingo llegué a casa de Antonio. Como estuviera escribiendo me acerqué sin que me sintiera y alcancé a ver por encima de su hombro una hoja de papel en la que había tres estrofas sin título. En cuanto se enteró de mi presencia, me dijo: ¨Acabo de escribir una poesía, pero estoy en un aprieto: No sé cómo bautizarla porque está formada por tres cuartetos de distinta rima que contienen, expresado en diversas palabras, los tres el mismo pensamiento. Vaciló un instante y, para leérmela, trazó encima de ellas estas palabras:
¨UN PENSAMIENTO EN TRES ESTROFAS¨
El novel poeta no contaba entonces más de 17 o 18 años.¨

No son los muertos los que en dulce calma
la paz disfrutan de la tumba fría;
muertos son los que tienen muerta el alma
y aún viven todavía!

No son los muertos, no, los que reciben
Rayos de luz en sus despojos yertos;
Los que mueren con honra son los vivos
Los que viven sin honra son los muertos.

La vida no es la vida que vivimos.
La vida es el honor y es el recuerdo
Por eso hay muertos que en el mundo viven
Y hombres que viven en el mundo muertos.

En cuanto esta pequeña poesía llegó a manos de Julio Flórez, él la publicó en su periódico ¨Rayo X¨ sin dar crédito a Muñoz Feijoo, lo que dio a dudar que Flórez fuera su autor. Finalmente volvió a manos de la familia Carvajal y reposa en las páginas del album familiar


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¿Qué es la muerte?
Última clase de Patología Quirúrgica III.Parca El profesor había cumplido con el programa, nos reunió a los cinco estudiantes y nos dijo:
– Aprovechemos para hablar de cosas que no están en los libros. Hablemos sobre sentimientos, hablemos sobre trato con los pacientes, hablemos de filosofía.
Si hay una característica casi patognomónica en los estudiantes de medicina es un terror casi histérico a todo lo que no sea medicina. He visto estudiantes pasar fiestas enteras hablando de medicina… pero no se les ocurra hablar de otra cosa porque te miran desconcertados, con sus sistemas simpáticos trabajando a full tratando de disponer sus cuerpos para la fuga.
Y este profesor con su propuesta, los había desconcertado.
Miró a Quique, un tipo más bueno que el agua (…y estudiante de medicina), y le dijo:
– Enrique, ¿qué es la muerte?

Enrique pareció relajarse… esa la sabía!
– ¡La muerte es el cese de las funciones vitales!-      
Lo repitió casi como leyendo aquel libro de Biología  Básica de primer año y los ojos del profesor se inyectaron…
Conociéndolo, y para salvar a Quique, me apuré a recitar el siguiente poema:

    No son los muertos los que en dulce calma
    la paz disfrutan de su tumba fría,
    muertos son los que tienen muerta el alma
    y viven todavía.

    No son los muertos, no, los que reciben
    rayos de luz en sus despojos yertos,
    los que mueren con honra son los vivos,
    los que viven sin honra son los muertos.

    La vida no es la vida que vivimos,
    la vida es el honor, es el recuerdo.
    Por eso hay muertos que en el mundo viven,
    y hombres que viven en el mundo muertos

Los ojos del profesor, esta vez se llenaron de lágrimas.
El poema se llama “Un pensamiento en tres estrofas” y fue escrito, casi con seguridad, por el colombiano Antonio Muñoz Feijoo. Digo casi con seguridad porque el mismo es atribuido a muchísimos autores: Amado Nervo, Gustavo Adolfo Bécquer, Abdón Rodríguez Zea, Manuel Ricardo Palma Soriano, Julio Flórez y Simón Díaz Zelaya.
El Dr. Lisandro M. Carnielli era médico, residente de oftalmología (2009), divulgador, escéptico y ateo.
En Rosario, Argentina,( Pale blue dot.)
(Este relato (¿Qué es la muerte?) fue publicado  el  28/09/2009)
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No son los muertos, revisado y mostrado nuevamente en
Maracaibo, 7 de enero del año 2016.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Yo tengo entendido que esa poesía es de Ricardo Palma...

Unknown dijo...

Los que viven de la política no tienen honra, y viven de ella a costillas del pueblo. (Muerto de Hambre). Bello poema

Benzion dijo...

Yo siempre pensé que era de Gustavo Becquer

detallesquehacenarte dijo...

El poema se llama "Un pensamiento en tres estrofas".
Existen muchos autores a los que se les ha asignado la autoría, pero no es ni de G. A. Bécquer, ni de Rubén Darío, ni Ricardo Palma (del cual se han analizado fragmentos y conducen a descartar que sea suya), ni de Prada y Ulloa, ni de otros tantos que se han dicho durante años.
A día de hoy se le atribuye al escritor colombiano Antonio Muñoz Feijoo (1851-1890). Existen testimonios de personas que lo conocieron de cerca y confirman que escribió el poema a los 18 años y que lo que más le costó fue ponerle un título, decidiéndose finalmente por éste al tratarse de tres cuartetos con diferente rima. Feijoo entregó el manuscrito al editor, quien al final le quitó el crédito y durante tiempo apareció como autor de la poesía.

abdielalgisabrego dijo...

http://gloriainshallah.blogspot.com/2010/05/gustavo-adolfo-becquer-no-son-los.html

Siempre he sabido que los versos son de Bécquer. Salvo que mis libros estuvieran equivocados.

herstahl dijo...

Sin duda es del colombiano Feijoo, pero "lo haiga hecho quien lo haiga hecho" es un autor que merece el agradecimiento de todos quienes gustamos de las letras.