Ptolomeo I (367 a. C.-283 a. C.), apodado “el Salvador”, fue un general greco- macedonio al servicio de Alejandro Magno y uno de los tres diádocos que tras su muerte se disputaron el control de su extenso imperio.
Alejandro Magno al comienzo de su reinado había tomado la precaución de asegurar su descendencia y entre la numerosa parentela masculina -a menudo ilegítima- de su padre solo quedaba Filipo Arrideo, un bastardo mentalmente retrasado. Con sus esposas legítimas, Alejandro no tuvo hijos, pero cuando Alejandro murió el 13 de junio del 323 a. C. en Babilonia, Roxana estaba a punto de dar a luz y se decidió esperar al nacimiento del hijo de Roxana, quien si se trataba de un varón sería rey. Pérdicas y Leonato, prestaron juramento y fueron designados tutores temporales del futuro bebé de Roxana.
El Consejo de Babilonia creo las satrapías y Ptolomeo recibió a Egipto (la satrapía más rica y más poblada) y se convirtió en gobernante de Egipto en el 323 a. C. Allí se inició la Dinastía ptolemaica, también conocida como Lágida, que controló el país del Nilo en los siguientes tres siglos. Egipto se convirtió en un reino helenístico y la ciudad de Alejandría en uno de los centros de la cultura griega. Ptolomeo asimiló algunos aspectos de la cultura egipcia y se coronó como faraón en 305 a. C., un título que tan solo usaba ante los ciudadanos egipcios, mientras que para los extranjeros se presentaba como basileus, tal y como se puede comprobar en las monedas que se acuñaron bajo su mandato.
Ptolomeo I había nacido en Macedonia. Su padre, Lagos, era un noble de Eordacea y su madre, de nombre Arsínoe, estaba emparentada con la dinastía argéada. Rumores lo hacían hijo ilegítimo de Filipo, posible hermanastro de Alejandro. En la corte macedonia Ptolomeo fue escudero del príncipe Alejandro y seria uno de los generales de mayor confianza de Alejandro de quien era algunos años mayor y fue su amigo íntimo desde la infancia.
Tras la muerte del rey Filipo II se dio la consiguiente coronación de Alejandro, y en 330 Ptolomeo fue elegido como uno de sus guardaespaldas personales. En este cargo capturó, a Bessos, el asesino de Darío III de Persia. En la conquista de Asia se distinguió durante el avance desde Bactria hasta el Indo (327-325), y fue ascendido a comandante de la flota macedonia. Fue condecorado en multitud de ocasiones por Alejandro, quien además le casó con una noble persa llamada Artacama (hija del sátrapa Artabazo II), al igual que hizo con el resto de sus altos oficiales, festejándose conjuntamente todos los matrimonios en Susa en 324 a. C.
En 323 a. C., tras la muerte de Alejandro, Pérdicas, uno de los generales y hombre de confianza de fallecido, intentó contraer matrimonio con Cleopatra, pero los diádocos Antípatro, Crátero, Antígono y Ptolomeo, temiendo que su intención fuera proclamarse heredero del Imperio, se rebelaron contra él en la llamada primera Guerra de los Diádocos (322 - 320 a. C.), a la que siguieron tres más (en 319 - 315, 314 - 311 y 308 - 301).
Ptolomeo comprendió al contrario que sus rivales, que hacerse con todo el Imperio era imposible, y teniendo en cuenta la costumbre de los reyes macedonios de afirmarse en el poder enterrando a sus antecesores, Ptolomeo sorprendió a Pérdicas al inhumar el cuerpo de Alejandro en Menfis. Acusándole de espiar en favor de Pérdicas, asesinó a Cleómenes, apoderándose de una cuantiosa recaudación y cuando Pérdicas invadió Egipto fue estrepitosamente derrotado (321 a. C.) por Ptolomeo y asesinado por tres de sus propios generales.
Tras la tercera guerra de los diádocos (314 - 311 a. C.) Ptolomeo perdió Siria y Cirene. En 310 a. C. Casandro asesinaria a Roxana y a su hijo Alejandro IV, así el Imperio ya no tuvo un soberano titular. Ptolomeo y Antígono intentaron atraerse a las ciudades griegas. En 305 a. C. Ptolomeo se declaró gobernante independiente, nombrándose a sí mismo rey de Egipto, estableciendo así la denominada dinastía Ptolemaica, del Periodo Helenístico. En 306 a. C. ambos rivales se enfrentaron en las islas griegas, siendo derrotada la flota de Ptolomeo y Antígono se proclamó rey junto a su hijo Demetrio Poliorcetes, y a partir de entonces los demás diádocos fueron sucesivamente haciendo lo mismo hasta que al final todos los diádocos se unieran pero los derrotaran (muriendo Antígono) en la batalla de Ipso (301 a. C.). En el posterior (tercer y último) reparto del Imperio, Ptolomeo incorporó el sur de Siria a su reino egipcio.
Ptolomeo decidió a continuación consolidar y expandir sus dominios mediante alianzas matrimoniales que garantizaran la paz con potenciales enemigos. Así, casó a su hija Arsínoe II con Lisímaco de Tracia (299/298); a su hijastra Teoxena con Agatocles de Siracusa (299/298); a su hija Antígona con Pirro de Epiro (297); y a Ptolemais (otra hija) con Demetrio Poliorcetes (296). Esto se completaba con la extinción de la rebelión en Chipre en 298 y el control de las ciudades de Tiro y Sidón (en la costa fenicia) en torno a 294.
En la última guerra en la que participó (288-286 a. C.), Ptolomeo se alió con Seleuco, Lisímaco y Pirro para liberar a las polis griegas de la ocupación macedonia de Demetrio Poliorcetes. La flota egipcia fue decisiva en la toma de Atenas. Al acabar el conflicto el faraón había logrado un protectorado sobre numerosas islas griegas del Egeo, lo cual sería de suma importancia para la hegemonía naval que ejerció Egipto en el Mediterráneo oriental durante las siguientes décadas.
Durante el reinado de los primeros Lágidas se introdujo en Egipto un sistema de transacciones económicas basado en la moneda, que fue usada desde Ptolomeo I como un medio de propaganda para legitimar su reinado. El faraón se preocupó por asegurar la estabilidad interna de Egipto, en un régimen autocrático. Para contentar a sus súbditos griegos, judíos y egipcios, trató de no romper con sus costumbres milenarias. Se inició en Menfis del culto sincrético a Serapis, la restauración de templos destruidos por los persas, la realización de ofrendas a los dioses egipcios y el mecenazgo del clero.
Con Ptolomeo I comienza en Egipto la división social que se mantendrá, hasta el final de la dinastía: greco-macedonios, egipcios y judíos (en menor número). Los greco-macedonios se concentraba en Alejandría. Entre los egipcios había dos grupos: los sacerdotes, terratenientes y funcionarios; y la gran masa trabajadora que sufría por las exigencias económicas del Estado. La ciudad de Alejandría, que había sido fundada por Alejandro Magno en el año 332 a. C., fue la capital del nuevo reino egipcio y bajo el patronazgo (iniciado por Ptolomeo I) de los Lágidas, se convirtió en uno de los mayores núcleos científicos y culturales del Mundo Antiguo. En El mundo en un junco(2023) la escritora Irene Vallejos describe detalladamente toda esta época.
Ptolomeo I tuvo tres esposas: Artacama, hija del sátrapa Artabazo II, un nieto del rey Artajerjes II. Eurídice, con la que tuvo a su primogénito llamado Ptolomeo Cerauno "el rayo". Berenice, (ver moneda) con la que tuvo a su segundo hijo llamado también Ptolomeo, que llegaría a reinar con el nombre de Ptolomeo II Filadelfo. Esta segunda esposa influyó en su marido en gran medida para que exiliara a su primer hijo Ptolomeo Cerauno. Es posible que también contrajera matrimonio con Tais, una bella cortesana (hetaira) ateniense con la que tuvo tres hijos.
En el año 285 a. C., cuando tenía 82 años, Ptolomeo abdicó a favor de su hijo más joven: Ptolomeo Filadelfo. Ptolomeo murió dos años después, siendo el único de los diadocos que falleció de muerte natural: los demás fueron asesinados.
Maracaibo, domingo 2 de abril del año 2023
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