Sumbawa es una isla de Indonesia que pertenece al grupo de “las islas menores de la Sonda”. Se encuentra entre las islas indonesias de Flores, al este, y Lombok al oeste. Con 15.448 km² y una población de un millón y medio de habitantes, la isla pertenece a la provincia de Nusatenggara Occidental. Como el resto de islas que forman “las Islas de la Sonda”, Sumbawa pertenece al área de la Wallacea, y ubicada entre el Sudeste asiático y Oceanía, posee gran interés científico por su extraordinaria biodiversidad.
El Nagarakertagama, es poema épico escrito en 1365 bajo el reino de Hayam Wuruk, soberano del Majapahit de Java, donde menciona cuatro reinos vasallos en la isla de Sumbawa. Con el tiempo, la isla se repartió en dos sultanatos o reinos principales: Bima en la parte oriental de la isla, y Sumbawa en la parte occidental. En el siglo xvii, el reino de Bima fue anexionado por el reino musulmán de Gowa, cuya capital se situaba en Makassar, en el sur de las Islas Célebes. El rey de Bima se convirtió entonces al islam.
En 1605 se produce la primera llegada de los holandeses, quienes establecieron un protectorado sobre la isla a principios del siglo xviii. No llegaron sin embargo a controlar totalmente el territorio hasta ya comenzado el siglo xx. La isla de Sumbawa es conocida por tener una larga e importante tradición agrícola. Históricamente era renombrada por sus caballos, por la explotación del árbol llamado sappan (Caesalpinia sappan) del que se obtienen tintes rojos, por el sándalo del que se obtienen inciensos, y por su miel. En la parte oriental de Sumbawa se encuentra una importante mina de cobre y oro, la mina de Batu Hijau, operada mayoritariamente por la empresa norteamericana Newmont Mining Corporation.
Al igual que las demás islas vecinas, Sumbawa se sitúa en “el Cinturón de Fuego del Pacífico”. El punto culminante de la isla es el volcán Tambora, de 2.857 m de altitud, protagonista de una célebre erupción en 1815, considerada la erupción volcánica más importante y destructiva (160 kilómetros cúbicos de cenizas fueron arrojados a la atmósfera) de la época moderna, la cual provocó al año siguiente lo que se conoce en el mundo entero como "el año sin verano".
Equivalente a cuatro veces la erupción del volcán Krakatoa, se calcula que en Indonesia 12.000 personas murieron por las consecuencias directas de la explosión y 49.000 murieron a lo largo del año siguiente por las hambrunas. El Monte Tambora es todavía un volcán activo en la Isla de Sumbawa y es uno de los lugares más impresionantes para visitar. Puedes hacerlo en una caminata hasta la cima del volcán y disfrutar de las vistas impresionantes del paisaje circundante. La caminata puede ser un poco difícil, pero vale la pena el esfuerzo.
Si continuamos mirando “el Cinturón de Fuego del Pacífico”, recordemos el archipiélago de Krakatoa, que es el nombre que se le da a un conjunto de islas volcánicas -en su mayoría casi desaparecidas- situada en el estrecho de Sonda, entre Java y Sumatra al suroeste de Indonesia. El nombre Krakatoa se utiliza también como antonomasia para designar a la isla principal del archipiélago.
En mayo de 1883 se dio inicio a una serie de erupciones que continuaron hasta el 27 de agosto de ese mismo año, cuando una erupción cataclísmica destruyó gran parte del conjunto de islas lo que ocasionó la actual desaparición del archipiélago. El 22 de diciembre de 2018 entró en actividad y ocasionó un tsunami que provocó la muerte de 435 personas. La última erupción registrada fue el viernes 10 de abril de 2020.
Si regresamos a la mayor de las explosiones ocurrida el 27 de agosto de 1883, esta desató una energía de 350 megatones, es decir, 23 000 veces más poderosa que la bomba atómica de Hiroshima. Los tsunamis posteriores a la explosión alcanzaron los 40 m de altura y destruyeron 163 aldeas a lo largo de la costa de Java y Sumatra, matando a un total de 36 417 personas. La onda de presión fue generada por una colosal tercera explosión que irradió Krakatoa a 1 086 km/h (675 mph). Se estima que la erupción alcanzó los 310 dB, lo suficientemente fuerte como para ser escuchada a 5 000 kilómetros (3 100 millas) de distancia. Fue tan potente que rompió los tímpanos de los marineros. La ceniza de la explosión alcanzó los 80 km de altitud y viajó por la superficie del mar. Tres años después, observadores de todo el mundo describían los tenues colores que podían verse durante el crepúsculo y el alba, ocasionados por la refracción de los rayos solares en las partículas en suspensión.
Antes de la erupción de 1883, Krakatoa estaba constituido por tres islas principales y varios islotes. Lang (‘Larga’ en neerlandés), después conocida como Sertung, eran remanentes de una erupción anterior de grandes proporciones. La isla Krakatoa en sí misma tenía nueve kilómetros de largo y cinco de ancho. Había tres conos volcánicos en Krakatoa. Krakatoa estaba sobre la zona de subducción euroasiática y la placa Indoaustraliana, donde los límites de esta emprenden un cambio agudo de dirección. Como resultado, es probable que la corteza sea excepcionalmente débil en la región.
En 1927 comenzaron nuevas erupciones volcánicas en el fondo del mar, de las que surgió una nueva isla en el mismo lugar, conocida por los lugareños como Anak Krakatau ('Hijo de Krakatoa'). Esta isla superó la superficie del mar en 1928 y, en 1973, ya alcanzaba una altura de 190 metros, actualmente posee una altura de unos 300 m y presenta forma cónica, con un cráter lateral que confiere una apariencia exótica al entorno. Sigue creciendo a razón de unos cinco metros por año. La isla está deshabitada. En junio de 2018 volvió a presentar actividad y en diciembre de 2018 volvio a hacer erupción y nuevamente ocasionó un tsunami.
La erupción de 417 d. C. aparece citada en El libro de los Reyes de Hakim Abul-Qasim Firdusi a finales del siglo X y comienzos del XI , que constituye la epopeya nacional de Iran ( Persia ) obra que ha sido traducida por Clara Janes y Ahmad Mohammad Taheri y se considera una de las obras maestras de la literatura universal, se registró que, en el año 416… “un sonido fue escuchado de la montaña Batuwara... un ruido similar de Kapi... El mundo entero fue sacudido enormemente, acompañado por fuerte lluvia y tormentas, pero no solo no hizo esta fuerte lluvia extinguir el fuego de la erupción de la montaña Kapi, sino que aumentó el fuego; el ruido era espantoso, por fin la montaña Kapi con un rugido enorme se rompió en pedazos y se hundió en lo más profundo de la tierra… …El agua disminuyó, pero la tierra sobre la cual Kapi soportado se hizo el mar, y Java y Sumatra fueron divididas en dos partes”.
A pesar de estos datos histórico-literarios, no hay ninguna prueba geológica de una gran erupción del Krakatoa en aquella época, por lo que difícilmente alguien podría describir la desaparición de la tierra que unió a Java y Sumatra a través del actual estrecho de la Sonda. Es posible que se trate de una fecha errónea y que se refiera a la erupción del año 535, sobre la cual David Keys y otros autores han propuesto que realmente la violenta erupción del Krakatoa del año 535 pudo haber sido responsable de severos cambios climáticos de ese periodo. Todas estas consideraciones resultan de haber revisado la “novela” de William Ospina, El año del verano que nunca llegó, donde se menciona la erupción del volcán Tambora en la isla de Sumbawa…
Maracaibo, viernes 28 de abril, del año 2023
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