Walt Whitman
Walt Whitman nació el 31 de mayo de 1819, en West Hills, condado de Suffolk, Nueva York. Poeta, ensayista, periodista y humanista, su trabajo se inscribe en la transición entre el trascendentalismo y el realismo filosófico, incorporando ambos movimientos a su obra. Está considerado como el padre del verso libre. Su influencia ha sido muy importante para poetas de todo el mundo, entre ellos: Rubén Darío, Wallace Stevens, León Felipe, D.H. Lawrence, T.S. Eliot, Fernando Pessoa, Pablo de Rokha, Federico García Lorca, Hart Crane, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Ernesto Cardenal, Allen Ginsberg y John Ashbery.
Su trabajo fue muy controvertido en su tiempo, sobre todo por su libro “Hojas de hierba”,
descrito como obsceno por su abierta sexualidad, no obstante se considera su
obra maestra. Hojas de hierba fue costeado por él mismo, y fue publicado en
1855. Se
publicó por primera vez el mismo año en un apéndice adjunto a la última versión
de Hojas
de hierba. Editado por primera vez en 1855 contenía 12 poemas.
El libro se considera como una tentativa de tender los brazos hacia el ciudadano común con una épica americana. “Para mí, una brizna de hierba no vale menos que la tarea diurna de las estrellas, e igualmente perfecta es la hormiga, y así un grano de arena y el huevo del reyezuelo…” La obra fue revisada y ampliada por él durante el resto de su vida, siendo publicada la edición definitiva en 1892. Al final de su vida, Whitman se trasladó a Camden, en Nueva Jersey, donde su salud empeoró. Murió a los 72 años y su funeral se convirtió en un espectáculo público, porque la gente lo quería mucho, y tanto así, que aun después de tanto tiempo, su rítmica y poemas más afamados se repiten como una constante dentro de las manifestaciones artísticas americanas.
Dentro de Hojas de Hierba, Oh Capitán, mi capitán, es una elegía; el poema que fue escrito en honor a alguien que ha muerto, donde habla de un capitán que ha muerto y ha dejado huérfana a su tripulación (el pueblo americano). Walt Whitman escribió el poema en homenaje a Abraham Lincoln, presidente de Estados Unidos, tras de su asesinato en 1865.
Oh Capitán, mi
Capitán:
nuestro azaroso viaje ha terminado.
Al fin venció la nave y el premio fue ganado.
Ya el puerto se halla próximo,
ya se oye la campana
y ver se puede el pueblo que entre vítores,
con la mirada sigue la nao soberana.
Oh Capitán, mi
Capitán:
levántate aguerrido y escucha cual te llaman
tropeles de campanas.
Por ti se izan banderas y los clarines claman.
Son para ti los ramos, las coronas, las cintas.
Por ti la
multitud se arremolina,
por ti llora, por ti su alma llamea
y la mirada ansiosa, con verte, se recrea.
Oh Capitán, ¡mi
Padre amado!
Voy mi brazo a poner sobre tu cuello.
Es sólo una ilusión que en este puente
te encuentres extendido, helado y muerto.
Mi padre no
responde.
Sus labios no se mueven.
Está pálido, pálido. Casi sin pulso, inerte.
No puede ya animarle mi ansioso brazo fuerte.
Anclada está la nave: su ruta ha concluido.
Feliz entra en el puerto de vuelta de su viaje.
La nave ya ha vencido la furia del oleaje.
Oh playas, alegraos; sonad, claras campanas
en tanto que camino con paso triste, incierto,
por el puente do está mi Capitán
para siempre extendido, helado y muerto.
Walt Whitman En: «Hojas de hierba» (apéndice) – 1865
Maracaibo, sábado 19 de febrero del año 2022
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