lunes, 21 de febrero de 2022

Exquemelin el pirata.

 

Exquemelin el pirata.

Existe un libro de Alexander Oivar Exquemelin, en su versión traducida del Flamenco al Español en 1743 por el Doctor de Buena Maison titulado: Los Piratas de la América, el cual se consideró como un relato verídico sobre las más destacadas actividades de piratería que fueron cometidas en la época cuando las costas de las Indias Occidentales eran azotadas por los Bucaneros o Filibusteros de Jamaica y la Tortuga. El libro es, no sólo un relato de los hechos que vivió el autor, sino donde logra hacer una exposición minuciosa de los usos y costumbres de los piratas y corsarios que hostilizaron al Imperio Español.

Alexandre Olivier Exquemelin, también conocido como Esquemeling, Exmelin u Exmelin (1646-1717) fue un filibustero francés quien actuó también como cirujano, conocido por ser el autor de una autobiografía con numerosos detalles sobre la piratería del siglo XVII. Histoire d'avanturiers qui se sont signalez dans les Indes. El libro apareció por primera vez en 1678 en holandés, editado por Jan ten Hoorn en Ámsterdam con el título “De Americaensche Zee-Roovers” y un año más tarde apareció una traducción alemana con el título “Americanische Seeräuber. A esta le seguiría tres años después, una cuidada edición en español llamada “Piratas de la América” y después, en 1684, una traducción inglesa de esta versión española editada por William Crook: “Bucaniers of America.

Alexandre O. Exquemelin, el hugonote francés que sirvió durante años como cirujano de bucaneros, narró pues de primera mano sus aventuras en un sorprendente libro de 1678. Él había emprendido un viaje a América en 1666, en una embarcación de la Compañía Occidental. Podemos suponer que zarparía con ambiciosas esperanzas de enriquecimiento, pero sus expectativas no se cumplieron y más pronto que tarde Alexandre se hallaría en situación de servidumbre…

En realidad lo que sucedió cuando en 1666 Exquemelin partió hacia América, desde el puerto de El Havre, en la nave San Juan, de la Compañía Francesa de las Indias Occidentales, el barco cayó en manos de los piratas. De manera que Exquemelin fue vendido como esclavo en la isla Tortuga. Si es difícil imaginar la tragedia que sería para el joven Alexander Olivier todo aquello, se ha logrado saber que finalmente lograría salir adelante y la manera como lo hizo, sería transformándose en otro de los numerosos miembros de la piratería que proliferaba en torno a las islas de la Tortuga y de Jamaica.

Alexandre Olivier Exquemelin vendría a formar parte de La hermandad de La Costa donde por el Mar Caribe, haría expediciones de piratería terribles y de aquella manera se las arreglaría para trabar su amistad con L´olonois y Henry Morgan los caudillos de la piratería y como durante su cautiverio había aprendido el oficio de cirujano, trabajaría como cirujano en sus barcos piratas. Exquemelin adoptó la Ley de la Costa transformándose en pirata y fue así como llegó a servir a las órdenes de piratas tan insignes como L´Olonnais, Morgan o Bertrand d’Oregon y hasta llegó a estar presente en el fallido desembarco en la costa occidental de Puerto Rico, en 1674.

Exquemelin  participó asimismo en asedios a las plazas de tierra firme: combatió en los dos asaltos a Maracaibo, estuvo presente en las dos tomas de la isla de Santa Catalina y en la toma y desvastación de Panamá. A pesar de lo arriesgado de aquellas vicisitudes y de todas las tropelías corridas Alexandre Olivar sobreviviría y regresaría a Europa, donde redactó su Histoire de aventuriers flibustiers qui se sont signalez dans les Indes.

La conexión con sus amigos redomados y feroces piratas la justificaría y la obra fue todo un éxito, aunque se publicaría inicialmente traducida al holandés en Amsterdam en 1678, a partir de la cual el doctor Bonne-Maison, un médico en dicha ciudad, realizó una versión española que se editará en 1681 en Colonia, y es a partir de esta que se editará la versión inglesa… Para entonces ya se había publicado la versión alemana, y pronto aparecería una versión francesa más extensa.

El impresor de la primitiva edición flamenca, Jan Claesz ten Hoorn, presentó así la obra: “La parte de la América que pertenece a la dominación española, y que por sus dilatadísimos circuitos parece un Nuevo Mundo, es de tal suerte incógnita a nuestra nación flamenca, como si de ninguna manera fuese en el orbe, por razón que los bajeles holandeses navegan raramente hacia aquellos puertos. Hemos ignorado hasta el tiempo presente las cosas que allá se pasan, por cuya razón no dudamos que la presente obra deje de agradarte, no siendo única descripción de las islas principales y plazas fuertes, mas también una verdadera relación de todo lo que ha pasado en el tiempo que el autor se halló en aquellas partes y ocasiones”.

Continuaría explicando el impresor Jan Claesz ten Hoorn en su presentación del libro: “Juzga también a propósito dividir su relación en tres distintas partidas, a fin que de la una a la otra se pueda entrar al conocimiento de la obra, como por un camino derecho. La primera contiene el principio de su viaje, de Francia hacia la parte occidental de la América, estando por entonces en servicio de la Compañía de las Indias, francesa; como también la manera de la compra y venta de esclavos que en aquel país se practica, no siendo obligados de quedar en esclavitud toda la vida (como se hace entre turcos), mas solamente por un tiempo determinado. Esta primera parte contiene también una descripción curiosa de las islas Española, Tortuga, Jamaica, y de todos los frutos, animales y políticas de sus habitantes; guerras, encuentros, y casos sucedidos entre españoles y franceses, con todo lo más notable de su tiempo”.

Jan Claesz ten Hoorn continuaría la presentación de la obra hablando de: “La segunda parte hace mención del origen y aumento de los piratas franceses e ingleses; de su modo de vivir, de la fidelidad que se observa entre ellos; de los premios que se dan a los estropeados y heridos; de las atrevidas y jamás oídas empresas que se han hecho, y crueldades inhumanas cometidas contra la nación española. Después añade la vida y acciones de los más famosos robadores marítimos, Francisco Lolonois y Juan Morgan, de quienes las insolentes empresas y atrevidas ejecuciones no deben ceder en coraje e industria a los más célebres y valerosos hechos de antiguos héroes”.

Jan Claesz ten Hoorn finalizaría la presentación del libros explicando que: “El autor hace claramente ver en la tercera parte (además de una descripción de la tierra firme) la toma e incendio de la poderosa ciudad de Panamá, como también la invasión de diversos lugares y plazas de la parte septentrional americana, por los piratas franceses de Tortuga, e ingleses de Jamaica, debajo de la dirección del intrépido y corajudo Juan Morgan, que habría adquirido mayor honor por su sagaz disposición y atrevimiento, si su tiránica crueldad cometida contra los bajeles no hubiese borrado todo el lustre de su gloria. En cuanto a la Historia, de ningún modo creemos que haya algo en qué dudar, a causa de que el autor que la ha escrito con toda sinceridad, se halló presente él mismo en todas las piraterías de Lolonois y Morgan; así debe tener un conocimiento más exacto que otro cualquiera, que no lo sabría más que por haberlo oído decir”.

El francés François l’Olonnais también saquearía a Maracaibo en 1666 y la descripción de los hechos la conoceríamos igualmente por el relato de Exquemelin quien documentaría también las incursiones de Miguel el Vasco en 1667 y del francés Francois Grammont en 1678,  incluso ésta, haciendo una sorpresiva e inesperada incursión sobre Trujillo.

Angel R. Lombardi Boscán en TalCual del año 2020 relataría en detalle las tropelías de Henry Morgan de esta manera: “Las “hazañas” de Morgan fueron recogidas por el pirata de nombre Alexandre Olivier Exquemelin (1646-1717) de origen francés quien haría la crónica de lo sucedido”. También Lombardi Boscán comentaría en su reportaje, que: “El marabino de hoy desconoce que Maracaibo se hizo visible ante el mundo por primera vez de la mano de los piratas que le asaltaron y saquearon sin misericordia. Y no hay, salvo el abandonado Castillo de la Barra de San Carlos, una reminiscencia de esto. Recuperar el pasado es esencial para entender la hechura de nuestro presente”.

Los piratas para conseguir el botín aterrorizarían a la población de Maracaibo quienes en gran parte decidirían abandonar la ciudad internándose en los terrenos circunvecinos. Cuando los piratas localizaban gente las tomaban como rehenes importantes y mediante torturas exigían rescate y lograban la delación de los escondites de los pobladores de la ciudad escondidos. Morgan en conocimiento de que los barcos españoles estaban apostados en la Barra los abordó por sorpresa enviándoles una embarcación incendiaria. Después se dirigiría a Gibraltar en el sur del Lago y saquearía igualmente a esa ciudad.

El asalto a Maracaibo fue toda una invasión con todas las de la ley: una expedición invasora de 15 naves con 14 piezas de artillería y unos 600 hombres. Fue una acción de guerra bajo los auspicios de Inglaterra con sede en Jamaica. El rey Carlos II de Inglaterra en 1674 nombró a Morgan Caballero (Sir) por los servicios prestados.

Maracaibo lunes 21 de febrero del año 2022

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