Los consejos de Sol
El día 5 de octubre este año 2021, nos alegró la noticia de que en Santander-España, el Ayuntamiento le había otorgado a la autora venezolana Sol Linares, el Premio Tristana de novela fantástica en la XIV edición de ese concurso, con “No todos los cíclopes nacen ciegos”. Hablé de Sol en este blog, el día 8 de el mismo mes de octubre (https://bit.ly/3oDQuWm) destacando a Sol como una joven talentosa escritora venezolana de quien hay que leer sus numerosas publicaciones.
Sol Linares, con varios premios literarios y con grandes habilidades y conocimientos en el tema de “la escritura” hizo una serie de recomendaciones (“Sobre el verbo escribir” Sol Linares - abril 13, 2020) y me he atrevido a sintetizarlas para poder ofrecerlas como un bocado “gourmet” a los lectores de lapesteloca que se interesen por “el oficio de escribir”.
Diría Sol: “Muchas personas me piden consejos que puedan usar a la hora de sentarse a escribir o comenzar una historia. Pensando en ello, intenté sintetizar en este verbo (escribir) aquellos elementos que -si partimos del principio de Saint Exupéry, quien dice que “cada estrella fija una dirección verdadera”- la mía tiene una obsesión que se llama: el lector”.
“Esa figura (el lector) promueve mi laboratorio de seducción (usted y yo
sabemos que escribir es seducir, persuadir, conquistar). Incapaz de decir para
quién escribo, al menos sé que no escribo para los inocentes, lo cual hace
todavía más emocionante la conquista de un lector”.
Sus recomendaciones:
1- Elija un lector imaginario. Invéntese un “lector” y haga que le genere niveles de exigencia y le ayuden a superar sus propios límites.
2. No subestime al lector. No le ahorre sufrimientos. ¡Mucho menos caiga en la tentación de escribir fácil para que lo entiendan! Que nuestra escritura no sea complaciente, ni cobarde, ni cómoda, ni siquiera moralmente hablando. Escribir es un asunto de valentía y honestidad. En literatura, como en la vida, escribir con miedo y sin convicción desencadena una terrible infelicidad.
3. La imaginación es todo cuanto tengo. Es necesario concederse la libertad de imaginar lo imposible.
4. El absurdo no merece ser justificado, o argumentado. La realidad tiene el defecto de estar fundada sobre soberanos absurdos que nadie se explica, el terreno de la ficción lo necesita todavía menos.
5. Evite abordar la descripción con una mirada cansada. Describir por describir entumece características realmente vivificantes que pueden estar esperándonos agazapadas en las cosas.
6. La extensión de un
cuento, o de una novela, debe ser equivalente a su latido. En otras palabras,
la largueza o brevedad trabajan en función de conseguir un efecto concreto.
7. Forzar una historia a contarse de una manera que no está dentro de su lógica, llevar a cometer toda una cadena de tristes equivocaciones. Déjese guiar por su intuición. La historia en sí misma posee adentro el germen de todo; la estructura, el ritmo, la tensión que la favorece, el tratamiento del tiempo interior, etc. Todo está adentro, como el árbol en la semilla.
8. El cuento debería tener un destino sencillo: emocionarnos.
9. Escribir es componer música. La narrativa funciona secretamente con el oído. Así llegamos al reino del ritmo y los tonos. Es posible que el tono sea tan importante, que determina desde qué lugar será narrada una historia, o viceversa. Sin saberlo, el narrador es en cierta medida, una suerte de músico. La elección de una palabra combinada con otra produce una sonoridad muy particular. El alfabeto es una maravillosa escala musical, y los lenguajes del mundo, asombrosas orquestas. El estilo de un escritor, eso que solemos llamar “la voz de alguien” es, nada más y nada menos, que esa forma particular en que suena su literatura.
10. Encuentre el método y el ritmo de trabajo que se adapte a su personalidad y pasión, solo usted conoce la fórmula de su disposición creativa.
Finalmente: ¡Contenga la urgencia de publicar un libro apenas lo termine! La corrección puede llegar a ser incluso más apasionante que su arquitectura. Elimine sin escrúpulos todo lo que atente contra la fluidez y potencia de la historia, bien sea que se trate de diálogos, personajes, anécdotas, etc. Después de todo, con los libros ocurre lo que en las relaciones amorosas: se termina muchas veces antes de terminarse realmente.
Así con esta máxima que recuerda por oposición la frase del genial cátcher de los Yankees “Yogui” Berra, terminan estas “recomendaciones” de Sol Linares que yo me ha atrevido a super-simplificar para los lectores de lapesteloca.
Maracaibo, domingo 13 de febrero del año 2022
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