La
historia de la creación de la fe drusa entre los años 1017 y 1018 d. C.,
está dominada por tres hombres y su lucha por la influencia de: 1-Hamza ibn Ali ibn Ahmad,
un místico y erudito ismailí de Khorasan,
que llegó al Califato fatimí de Egipto en
1014 o 1016 y comenzó a predicar una doctrina Muwaḥḥidūn (“Unitaria”).
Hamza es considerado como el fundador de la fe drusa. 2-Al-Hakim bi-Amr Allah,
el sexto califa fatimí, quién se convirtió en una figura central de la fe
predicada por Hamza ibn Ali ibn Ahmad. 3-Muhammad
bin Ismail Nashtakin ad-Darazi, llegó a El Cairo en
1015 o 1017, posiblemente desde Bujará,
uniéndose al movimiento druso y se convirtiéndose en un importante predicador.
El origen
del drusismo se basa en que: según Hamza, al-Hakim
era Dios manifestado. Hamza comenzó a predicar su nueva fe, siendo apoyado
por el propio al-Hakim, quien emitió un decreto promoviendo la libertad
religiosa, y eventualmente se convirtió en una figura central en la fe drusa. La
doctrina seguida por el pueblo druso es conocida como Tauhid,
que según Obeid significa en términos aproximados “creencia en la unidad de Dios y la manifestación de esta unidad en la
totalidad de la creación”. La
concepción drusa de la deidad es la de una unidad estricta e inflexible. La
principal doctrina drusa afirma que Dios es
a la vez trascendente e inmanente,
que está por encima de todos los atributos, pero que al mismo tiempo está
presente.
La reencarnación es un principio primordial del
drusismo. Las reencarnaciones ocurren de forma instantánea al morir porque
existe una dualidad eterna
entre el cuerpo y el alma y es imposible que el alma exista sin el cuerpo. Un
alma humana solo se puede transferir a un cuerpo humano, en contraste con los
sistemas de creencias hindúes y budistas, según los cuales las almas pueden
transferirse a cualquier criatura viviente. Un druso varón solo puede
reencarnarse en otro druso varón y una drusa sólo en otra drusa. Un druso no
puede reencarnarse en el cuerpo de un no druso. Además, las almas no pueden
dividirse y el número de almas que existen en el universo es finito. El ciclo de renacimiento es continuo y la
única forma de escapar es mediante reencarnaciones sucesivas. Cuando esto
ocurre, el alma se une a la Mente Cósmica y alcanza la felicidad última.
Los drusos siguen siete preceptos o deberes morales que son considerados el núcleo de
la fe. Los siete preceptos drusos son: 1-Verdad en el discurso y veracidad en
la lengua. 2-Protección y ayuda mutua al hermano en la fe. 3 -Renuncia a todas
las prácticas de culto anteriores, así como a las creencias falsas. 4-Repudio
al Maligno (Iblis) y a todas las
fuerzas del mal. 5-Confesión de la unicidad de
Dios. 6-Aceptación de todos los actos divinos, sin
importar cuales sean. 7-Absoluta sumisión a la Voluntad de Dios tanto en
público como en privado.
Algunos sabios drusos también creen fervientemente
en la reencarnación de
los humanos miembros de la comunidad, esto es algo totalmente compartido por
todos los miembros y forma parte principal de su credo. No aceptan
la poligamia, el consumo de tabaco, alcohol o cerdo,
aunque en muchos hogares no practicantes se come cerdo y se bebe alcohol. La
religión drusa no permite el matrimonio interreligioso con otras comunidades (musulmanes,
cristianos, judíos, etc.).
El pueblo druso cree en profetas. El reconocimiento de los profetas en la religión drusa se
divide en tres tipos de subcategorías, el propio profeta (natiq), sus
discípulos (asas) y los testigos de su mensaje (hujjah). El
pueblo druso cree en profetas como Adán, Noé, Abraham, Sara, Jacob, Moisés, Salomón, Juan el Bautista,
Jesús, Mahoma e Isma'il ibn Yá'far. A diferencia de otros
credos monoteístas, consideran a Ismael hijo
de Abraham (considerado como su legítimo primogénito), y a Jetró,
el suegro de Moisés,
como profetas de igual nivel que los anteriores. También creen en la sabiduría
de la filosofía griega antigua , como Platón y Sócrates.
Además, tienen un conjunto de «sabios» que fundaron la religión durante el
siglo XI.
El cinco es un número sagrado para los drusos pues
consideran que los profetas llegan en grupos de cinco, en la Grecia antigua
estos fueron Pitágoras, Platón, Aristoteles, Parménides y Empédocles. En el siglo I, los cinco estaban representados
por Jesús, Juan el
Bautista, Marcos, Lucas y Mateo. En el momento de la
fundación de la fe, los cinco eran Hamza ibn Ali ibn Ahmad, Muḥammad ibn Wahb
al-Qurashī, Abū'l-Khayr Salama ibn Abd al-Wahhab al-Samurri, Ismāʿīl ibn Muḥammad
at-Tamīmī y Al-Muqtana Baha'uddin. Los
drusos creen que Hamza ibn Ali fue
una reencarnación de muchos profetas, incluidos Jesús, Platón y Aristóteles.
La tradición drusa honra y venera a Salman el persa como “mentor” y “profeta”,
y se cree que son reencarnaciones de la idea monoteísta.
Uno de los libros sagrados drusos es el Libro de Hikma o
libro de la sabiduría, que fue compilado en gran medida por una figura
misteriosa llamada al-Muqtana. Está dividido en varios capítulos, cada uno de
los cuales cubre un tema específico. El materialismo está condenado,
especialmente el materialismo relacionado con la religión. Los lugares de
oración drusos suelen ser muy modestos y sus figuras religiosas suelen llevar
modos de vida humildes. La oración se suele realizar de forma discreta, entre
amigos y familiares. Las figuras religiosas son admiradas por su sabiduría y su
modo de vida.
La sociedad drusa cuenta con una estructura
dualista dividida entre los intelectuales hombres y mujeres familiarizados con
la doctrina religiosa. Los hombres `uqqal llevan
bigote, se afeitan la cabeza y llevan ropa negra y turbante blanco. Entre un 10
y un 15 % de los drusos son intelectuales `uqqal. El otro grupo, recibe apoyo espiritual de los
intelectuales y no tiene acceso a la literatura sagrada secreta drusa. El resto
son ŷuhhal que
cuentan solamente con conocimientos básicos de la religión. Se considera que
las mujeres son especialmente adecuadas para ser `uqqal, y aceptan que son espiritualmente iguales a
los hombres, una creencia que contrasta notablemente con las comunidades
musulmanas en las que se enmarcan los drusos. Las mujeres drusas que son `uqqal pueden optar por
vestir un mandīl (un
velo blanco transparente), especialmente en presencia de figuras religiosas. El
pueblo druso respeta y reconoce tanto la liturgia musulmana como
la cristiana y sus miembros
pueden practicar cualquiera de ellas si la situación lo requiere.
La ciudad de
As-Suwayda fue fundada por los nabateos con
el nombre de Suada, después se la llamó Dionysiás,
durante la época helenística y romana nominada en honor a Dionisos, el dios del vino; la ciudad está
situada en una famosa región productora de vino desde la Antigüedad. Suwayda tiene algunas excavaciones
arqueológicas de los antiguos nabateos,
helenística, romana y bizantina;
en particular de la ciudad helenística y del ágora,
se encuentran los restos de una iglesia bizantina del siglo VI. La ciudad alberga muchos vestigios
de la época romana: casas antiguas que están habitadas por la población local,
un estanque cónico y un anfiteatro romano. Todos estos elementos
están protegidos por la ley siria y no pueden ser demolidos.
Los habitantes de la ciudad de As-Suwayda son en su mayoría drusos,
con una prominente minoría cristiana greco-ortodoxa. De acuerdo con estimaciones
de la Embajada de Venezuela en Damasco, la población
de la Gobernación de As-Suwayda es de 313 231 (censo 2004). El
60 % de la población nació en territorio venezolano y posee la doble
nacionalidad; es por eso que como ocurre con el condado de Weston en Miami “Westonzuela”, la ciudad de As-Suwayda al sur de Siria, es conocida
como la “Pequeña Venezuela”. Asimismo, es de resaltar que, fuera
de Asia
Occidental,
Venezuela es el país con mayor cantidad de drusos en el mundo.
Esta es una de las razones por la que esta
curiosidad geográfica detectada en una publicación de mi amigo Moisés Flores,
estaremos conversando sobre los drusos hoy y mañana en lapesteloca.
Maracaibo,
martes 22 de Julio del año 2025