Théodore Géricault
Jean-Louis André Théodore Géricault, conocido como Théodore Géricault (1791- 1824), fue un pintor francés, pionero
de la pintura romántica, nacido en Ruan el 26 de septiembre de 1791 en una familia
acomodada. No se sabe con certeza la fecha en que la familia Géricault se
trasladó a París; el joven Théodore siguió los estudios de segunda enseñanza en
el Liceo Louis-le-Grand. En 1808, ya había tomado la decisión de
consagrarse por entero a la pintura, e ingresó como alumno en el estudio de Carle Vernet atraído,
por las pinturas de caballos de aquel pintor.
Rechazó el neoclasicismo y estudió
a Rubens. El deseo de huir del escándalo provocado por una
relación romántica con su tía Alexandrine, seis años mayor que él, a quien dejó
embarazada lo llevaría a Italia, donde
quedó muy impresionado ante los pintores del Renacimiento italiano, en especial por Miguel Ángel, así como
por el flamenco Rubens. Estuvo
en Florencia y Roma (1816-1817). En 1818 nació su hijo
Georges-Hyppolyte, declarado al nacer “hijo de Suzanne y padre desconocido”. A
la muerte del pintor, el niño fue reconocido por el padre del artista
Georges-Nicolas. En Italia estudió en 1816-1818 a Miguel Ángel y el barroco.
Fue muy precoz, la pasión de Géricault por los
caballos, (ver)
los cuales acabarían por convertirse en uno de los símbolos más significativos
de su arte. En 1810, para someterse a una disciplina más severa que la impuesta
por Vernet se inscribió entre los discípulos de Pedro Guérni, pintor neoclásico, seguidor de David y maestro de
Delacroix. Sus obras de esos años revelan la autonomía de su
inspiración y la originalidad de sus preferencias culturales con respecto a la
enseñanza neoclásica. Su primera gran obra, Oficial de cazadores a la carga, fue exhibida en el Salón de París de 1812, y revela la influencia del estilo de Rubens.
Ese éxito de juventud, fue seguido de un cambio de
dirección: Géricault produjo una serie de pequeños estudios de caballos y
caballeros. Su comentada Balsa de la
Medusa combinaría el barroco, el realismo romántico y los sentimientos
no controlados. Sobre su famosa pintura
de la balsa ya hablamos en este blog (https://bit.ly/3bljQyl), y de cómo el pintor de 28 años decidió inmortalizar el trágico episodio
en un lienzo de grandes dimensiones (5 por 7 metros), e hizo posar a los
supervivientes, y para plasmar los miembros amputados y la rigidez de los
cadáveres realizó bocetos en una morgue cercana. Así durante ocho meses, de
noviembre de 1818 hasta junio de 1819, el pintor trabajó sin descanso,
durmiendo en un altillo contiguo y viendo tan sólo a la portera que le traía la
comida (ver un óleo preparativo del original).
Estuvo en Inglaterra en
1820-1822, exponiendo su Balsa y sus pinturas de caballos. Su carrera, aunque
corta, fue muy influyente, especialmente por sus temas modernos, su ejecución
libre y la representación del movimiento romántico. Géricault
se mantuvo al margen de los grandes encargos oficiales, un género que sí sedujo
a Delacroix. El
naufragio de La Medusa, debe gran parte de su fama histórica al célebre lienzo
de Théodore Géricault. La pintura fue expuesta por primera vez en el Louvre en
agosto de 1819, (ver) esta obra que provocó un gran escándalo y dio a
conocer al mundo una tragedia que puso al descubierto el peor rostro del
sistema político que dominaba entonces Francia.
Desde los inicios de su carrera,
Géricault demostró cualidades que le distinguen claramente de los pintores
neoclásicos de la escuela de Jacques-Louis David: en efecto, prefirió tratar temas de la vida
cotidiana, elevándolos a la categoría de hechos heroicos. Mostrando la
desesperación y el sufrimiento de la gente, pasa pronto a ser el pintor romántico más
representativo, pero por independencia de estilo y carácter poco dócil,
Entre 1821 y 1824, Géricault realizó una serie de pinturas teniendo
como modelos a locos o maníacos, pintando del natural una serie de personas que
eran tratadas en el asilo del psiquiatra Jean-Étienne Esquirol. A través de
esta serie pretendía recabar un repertorio de expresiones de la locura.
Aquejado de una dolorosa enfermedad, posiblemente cáncer de huesos, Géricault
pasó sus últimos años postrado en el lecho sin poder acometer pinturas de gran
formato, aunque produjo diversas litografías con ayuda del artesano Eugène
Lami. Su figura esculpida en bronce, sujetando la paleta y el pincel, se
recuesta sobre una reproducción de la Balsa de la Medusa en bajorrelieve en su tumba
en el cementerio de Pere Lachaise, en París.
Maracaibo, jueves 14 de mayo, 2020.
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