sábado, 30 de mayo de 2020

Geopolítica y el Covid-19


Geopolítica y el Covid-19

Este año 2020, coincidiendo con la terrible pandemia que azota al planeta, vemos exacerbarse, y hacerse cada vez más virulento, el conocido discurso pregonado por quienes defienden las denominadas “ideas de izquierda”, destinado a sostener sus teorías sobre la crueldad del sistema capitalista. La arremetida parecería consecuencia del fracasado “Socialismo del siglo XXI” o de que la indigencia cruel es inocultable en naciones como Cuba, Nicaragua o Corea del Norte, cuyos logros sociales están a la vista de la humanidad entera. Sin embargo, con preocupación se puede percibir un cada vez más un acentuado deterioro de las libertades individuales en muchas naciones,  particularmente si ellas están asediadas por la pobreza, y curiosamente las democracias liberales parecieran estar amenazadas por corrientes políticas cercanas al totalitarismo.

Tras la caída del Muro de Berlín, los movimientos políticos populistas denominados “de izquierda” se vieron en la necesidad de reagruparse buscando distintas coaliciones. Hace años ya que Fidel Castro convocó al líder sindical Lula da Silva cuando este era futuro presidente de Brasil, y entre ambos crearían el Foro de São Paulo, que pasaría a ser un organismo clave para estimular movimientos políticos nacidos y robustecidos en su entorno, que han cumplido su objetivo desestabilizando sistemáticamente la paz y el orden en los países latinoamericanos. Esto no lo digo yo, son hechos históricamente irrefutables, tanto como saber a ciencia cierta que estos avances fueron alcanzados gracias a las millonarias sumas de dinero nacidas del petróleo venezolano autocrática y servilmente manejado por Hugo Chávez. 

Hasta aquí, aunque Fidel y Chávez se murieron, y Lula pasó a estar condenado, parecían ser hechos consumados. Entretanto, en el mundo entero, nadie se atrevería a dudar que naciones comunistas como China, Cuba, Corea del Norte, Nicaragua y Venezuela, son crueles dictaduras que controlan el poder por la fuerza, estimulando el desarrollo de movimientos guerrilleros apoyados por el narcotráfico. Hasta una connotada mujer “de izquierda” como Michelle Bachelet “alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos”, tuvo que revelar en detallado informe las torturas y más de 6.800 ejecuciones extrajudiciales provocadas por la represión ejercida contra el pueblo venezolano, muestras de la infame crueldad del narco-régimen actual. No obstante, el proyecto desestabilizador del foro de SaoPaulo sigue adelante en América, y quien no quieran aceptarlo tan solo debe mirar a los recientes excesos destructivos de sus agentes, notoriamente desatados en Chile. Con estos comentarios, tan solo intento llamar la atención sobre la necesidad de evaluar  cuanto, cuándo y cómo, la tragedia del Covid-19 puede estar siendo planificada o ya ya utilizada con propósitos políticos.

En tal sentido, me atreveré a repetir textualmente lo declarado en Pan-Am-Post hace unos días por Emmanuel Rondón: “…detrás de este virus, los hilos del poder se mueven sigilosamente con la clara intención de expandir el control del Estado y lograr el cambio cultural para que la ciudadanía no solo lo acepte, sino que lo exija fervientemente”. Es necesario mirar con atención como se han movilizado figuras de renombre internacional quienes sobreviven felices mientras dicen ser representativos de “las fuerzas progresistas” del mundo, contando con el apoyo de muchos políticos, artistas, intelectuales, líderes y personalidades trasnochadas, muchas de ellas fanáticas del populismo mediático quienes dicen compartir ideales socialistas. 

Es por demás evidente que la mirada tiene que estar puesta en los Estados Unidos como meca del malvado capitalismo. Ya en el año 2018, el Instituto Sanders creado por Jane Sanders, esposa del líder socialista ex candidato presidencial del Partido Demócrata estadounidense Bernie Sanders y el Movimiento Democrático Europeo 2025 (DIEM 25) se fijarían la meta del año 2025 para alcanzar una supuesta “democratización” de los movimientos políticos europeos. El sueño es la esperanza de consolidar el poder del Estado, enseñando a los ciudadanos la conveniencia de aceptar su ordenamiento eficiente, resignadamente. En su país, Sanders y muchos líderes del Partido Demócrata, no ocultan sus ideas de un socialismo “protector” con un Estado interventor, y no niegan sus aspiraciones de llegar al poder este año 2020 para imponer sus ideas frente a la cada vez más deteriorada imagen de presidente Trump ante sus dislates y el embate de Covid-19. Está claro que el Partido Demócrata aspira implantar otro experimento socialista y ese desafío está planteado sin tapujo alguno. Solo faltan varios meses.

El ejemplo de la “Venezuela socialista” puede servir para usar aquel refrán de “para muestra un botón”. Después de 21 años de remacharle a la población por todos los medios audiovisuales totalmente cooptados desde hace18 años que hay que separar los buenos de los malos, los negros de los blancos, los pobres de los ricos, los verdaderos patriotas de los escuálidos-apátridas, los revolucionarios de los traidores, y tras haber ido paulatinamente destruyendo el aparato productivo, y tras despedir 21000 empleados ya preparados de un plumazo arrasar con la principal industria de una nación que fuera un país petrolero de renombre; de esta manera el presidente con su nueva Constitución generaría, polarización, resentimiento y hambre buscando siempre el enfrentamiento social. Chávez, asesorado por los Castro de la isla de Cuba, culminó su obra maestra y les permitió invadir y conquistar taimadamente, una nación que había sido la más rica del continente americano. Ya sabemos cómo ha evolucionado “el proceso” y cuanto apoyo ha recibido a través del G2 de Cuba heredero de la KGB rusa y del apoyo al narcotráfico, las FARC o el ELN. Finalmente, hoy se recuerda el beneficio de las conexiones del régimen con otras dictaduras comunistas o con el fundamentalismo islámico de Turquía, Irán y el Hezbollá. Las tiranías de Cuba, Nicaragua y Venezuela, parecen organizar ahora su centro logístico en México con Andrés Manuel López Obrador, materializado en el Grupo de Puebla.

Si bien Cuba está padeciendo por el fenómeno del “asesinato de la gallina de los huevos de oro” y no le bastan los alientos que pueda recibir de “la madre-patria” donde ahora se consolidan “los izquierdistas”. Hace tan solo un par de días, la marquesa Cayetana Álvarez de Toledo, tras destacar los vínculos de Pablo Iglesias líder máximo de su partido “Podemos” nacido de las fructíferas conexiones con el difunto Hugo Chávez, defensor de los ayatolás iraníes y otros regímenes totalitarios, le dijo a Iglesias, connotado “fan” del narcorégimen venezolano, que parecía ser un “burro de Troya” para la  democracia española. Sus declaraciones me obligan a coincidir con Mamela Fiallo, otra destacada periodista de Pam-Am-Post, sobre la importancia de recordar a George Orwell quien decía que “en tiempos de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario”. En la España de hoy, gobernada por la coalición socialista-comunista, Cayetana Álvarez de Toledo se atrevió a decir la verdad, aunque ya Pablo Iglesias asegura, que no le saldrá gratis el atrevimiento de haberle recordado su pasado. 

En el complejo entramado de la geopolítica mundial, no conocemos aun con precisión cuándo, cómo y por cuales vías se dará el formal uso y control político de la pandemia de Covid-19. Muy pronto se destaparán más evidencias que señalarán cómo evolucionará el manejo de la misma, adaptado a satisfacer las aspiraciones de los fanáticos aspirantes a dirigir el control de la gente a través del fomento de un Estado totalitario y socialistoide. Finalmente habrá que ver si lograrán llevar adelante sus planes, quienes dirigiendo las redes gubernamentales aspiran imponer finalmente la hegemonía comunista para controlar la libertad de los ciudadanos.
Maracaibo, sábado 30 de mayo, 2020.

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