¿Virus gigantes?
A propósito de la pandemia que actualmente vive la
humanidad, quiero dedicarle ésta revisión a nuestro brillante virólogo maracucho,
el doctor José Esparza, ya que supongo comparto con él la impresión de que a
pesar de todos nuestros conocimientos, los
virus siguen siendo los organismos más misteriosos de la Tierra. Su variedad es inmensa, y su
capacidad de mutación roza con la ciencia ficción. Los virus se encuentran
entre las formas de vida más pequeñas, y como no son capaces de sobrevivir y
reproducirse sin un huésped, muchos científicos dudan incluso si deberían
considerarse auténticos seres vivos.
En 1969 descubrimos una
amiba de vida libre que con sus quistes y su voracidad había invadido el
cerebro de una señora del barrio Sierra Maestra de Maracaibo quien falleció por
meningoencefalitis amibiana primaria. El microscopio electrónico nos mostró a
una Acantamoeba con su nucéolo en rosquilla y sus quistes festoneados y
estudiando el caso, con la ayuda de Julio Martínez el neuropatólogo de la
Universidad de Pittsburgh y del CDC de Atlanta, supimos que era el primer caso
de infección humana por la Acatamoeba Cultbersoni. Aprenderíamos a diferenciar
las Acantamoebas de las Neglerias y publicaríamos varios trabajos sobre las
amibas de vida libre y la patología de sus diversas especies mostrando su
ultraestructura. Pero lo cierto es que nunca nos permitimos ni imaginar que
estos protozoarios podían albergar virus, por grandes que ellos fuesen…
En estos días, en Brasil
fue descubierto un virus que infecta a las amebas; es el misterioso Yaravirus
que desconcierta a los científicos con su ADN único, un sin igual hallazgo que
se debe a investigadores de la Universidad Federal de Minas Gerais. Al virus lo
denominaron Iara, Uiara o 'y-îara' lo que traduce “señora de las aguas” o
“Madre del agua”. De acuerdo al folclore brasilero es un personaje mitológico
con características de Sirena, y es quien prestó su nombre al Yaravirus, el
misterioso virus hallado en el lago artificial Pampulha, en Belo Horizonte, que
tiene desconcertados a los científicos dado que este raro microrganismo posee
un ADN único e inédito totalmente en la Tierra.
El
grupo de investigadores que recolectó muestras de agua de los arroyos del lago
Pampulha, una laguna artificial en la ciudad de Belo Horizonte, buscaba virus
gigantes, o aquellos con genomas masivos, de los que infectan a las amebas.
Cuando el equipo regresó al laboratorio y agregó estas muestras para absorber
células y tratar de atrapar virus gigantes en su intento de infectar las
células, encontraron un intruso mucho más pequeño. Jônatas Abrahão, profesor
asociado en el departamento de microbiología de la Universidad Federal de Minas
Gerais, dijo que el nuevo virus tenía solo 80 nanómetros de diámetro, cuando
los virus que infectan las amebas hasta la fecha son mucho más grandes, con más
de 200 nanómetros. Los investigadores llamaron al pequeño virus
"Yaravirus" por "Yara", la madre de las aguas de las tribus
indígenas Tupi-Guaraníes. Cuando los investigadores analizaron el genoma del
microbio y buscaron la firma del gen Yaravirus en miles de datos genómicos
ambientales no encontraron indicios.
Así pues, el Yaravirus
resulta especialmente llamativo porque más del 90% de su genoma no se había
descrito antes. Posee un total de 68 genes totalmente únicos e inéditos en la
Tierra. De sus genes tan sólo seis tienen homólogos, aunque distantes,
registrados en las bases de datos públicas. Tal y como cuentan en un estudio
publicado en la revista 'bioRxiv', el virus mide cerca de 80 nanómetros
y su genoma consta de 44.924 pares de bases para 74 genes. El genoma de Yaravirus también contenía seis tipos
de ARN que no coincidían con los codones utilizados comúnmente. Algunas de las características de los
Yaravirus hacen pensar a los investigadores "en
una entidad que podría representar el primer virus aislado de Acanthamoeba
(un tipo de ameba y uno de los protistas más comunes del suelo y también
frecuentes en agua dulce y otros hábitats) en un escenario evolutivo alternativo".
Fuentes del Laboratorio de Virus del Instituto de
Ciencias Biológicas de la UFMG señalan a la agencia de noticias EFE
que, afortunadamente el Yaravirus "no representa riesgos" para el ser
humano porque "no infecta ningún tipo de vertebrados", como el hombre.
Los científicos tan solo han identificado 10 por ciento de sus genes, mientras
que el 90 por ciento restante todavía están en fase de investigación porque el
material genético no corresponde a la información de los bancos existentes de
la ciencia. Ya que el Yaravirus es
magníficamente misterioso y desconocido, hará las delicias de los científicos y
les enseñará mucho sobre la vida terrestre y la forma cómo la evolución
recorrió miles de caminos de posibilidades hasta llegar a la vida como la
conocemos. Esto también nos permitirá aprender más sobre cómo puede darse la
vida en otros planetas y cómo podríamos trasladarla fuera de la Tierra… (Ayer
volví a ver en TV “La guerra de los mundos” en la versión de Spielberg, sin
olvidar la original en blanco y negro de Bryon Hastkins de 1953).
Los virus nucleocitoplasmáticos de ADN de gran
tamaño (acortado como girus, de virus gigantes),
VNCAGT o NCLDV por sus siglas en inglés, es la superfamilia a la
que pertenecen actualmente 7 familias de virus ADN. Estos virus son tan grandes como las más
pequeñas bacterias (o incluso
mayores), tanto en la longitud de su ADN (que va desde 300 Kb a 2,5 Mb) como en diámetro (de 200 nm a 1000 nm). Estos virus se han agrupado en las siguientes
familias: Ascoviridae, Asfarviridae, Iridoviridae, Marseilleviridae, Mimiviridae, Phycodnaviridae, y Poxviridae.
A modo de
comparación, la bacteria de vida libre más pequeña, el Mycoplasma
genitalium, mide 450 nm de diámetro y codifica únicamente 482 proteínas. En cambio
el Mimivirus codifica
979 proteínas. Otros ejemplo de virus gigante es el Megavirus
chilensis, que posee un genoma de alrededor de 1,26 Mb y un diámetro de alrededor
de 700nm. Los más grandes hallados hasta ahora son el Pandoravirus dulcis (con 1,9
mpb), encontrado en un lago en Australia y el Pandoravirus salinus (con 2,5
mpb), que llegan a medir aproximadamente 1 μm de diámetro.
Entre las diferentes hipótesis sobre las
similitudes de las distintas familias de los NCLDV, está la de que se pueden
deber a la recolección de genes de sus hospedadores durante la replicación
vírica en el interior celular; o también pueden deberse a que comparten un
ancestro común. Este ancestro puede colocarse evolutivamente entre las Archaea y los Eukaryota o
sincrónicamente con LUCA (el
primer ancestro común de los tres dominios del árbol filogenético de la vida). De esta forma habría que incrementar en uno los
dominios del árbol de la vida.
Otras hipótesis apuntan a que los virus fueron las
primeras formas de vida y los tres dominios (Bacteria, Archaea y Eukarya) surgieron de la evolución de tres de ellos. Hay
mucha confusión, entre otras cosas, debido a que los NCLDV poseen homologías
génicas con estos tres dominios además de ciertos genes que se pueden
considerar propiamente víricos. Todo esto con la transferencia horizontal de
genes hace imposible, por ahora, una clasificación fiable de los virus gigantes.
Ni siquiera se puede establecer una idea sobre la base de la que incluir los
virus gigantes en el árbol de la vida, si es que merecen tal rango.
Bien, hasta aquí, esta historia y su compleja
problemática a mi entender solo para dilucidarlo por expertos virólogos del
mundo, en este caso, sobre virus gigantes que afectan las amibas mientras somos
parte del mundo que se declara en cuarentena por el coronavirus CoVid-19…
En Maracaibo, a mediados del mes de marzo del año 2020
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