viernes, 6 de marzo de 2020

La orchilla


La orchilla

Hace unos días, comentaba acerca de una especie de cuento sobre los fenicios, y siempre los fenicios traen a mi mente cuando en quinto grado comenzábamos a ver geografía e historia universal y uno se aprendía el tema que más le gustaba y todos conocíamos  el cuento de quien solo se sabía el tema de “Los Fenicios”, los grandes comerciantes del Mediterráneo y por allí, trataba de orientar sus respuestas ante cualquier pregunta relacionada o no…

Relataba cómo los fenicios, dizque saliendo del Mediterráneo venían hasta el archipiélago canario, en busca de tintes, pero después hube de informarles que los tonos purpurinos de las tinciones que lucían los fenicios de Sidón y Tiro, provenían de un caracol que era muy usado para lograr “la Purpura de Tiro” y que aquellos caracoles del Atlántico los conseguían en un islote frente a Marruecos. Pues resulta que las islas canarias, bastante más al sur, también fueron conocidas por sus tintes, pero estos procedían de la orchilla… Me imagino que ahora no faltará quien piense: otra vez viene éste con uno de sus cuentos. Es que la Orchila es el nombre de la isla popularizada por los desafueros (léase orgías) que en ella ejecutaron siempre los sátrapas de los gobiernos venezolanos, desde los tiempos de PérezJiménez… Sí, es cierto, pero esta es otra cosa, la “orchilla” es un liquen que produce la orceina, substancia que es usada para teñir, de color rojo. Mi sangre aunque plebeya también tiñe de rojo” cantaba Pedro Infante en “El plebeyo”, pero no era Orceina lo de la sangre, sino hemoglobina,,,

En el caso de la orchilla la tinción no es purpurina como con los caracoles de los fenicios. Se sabe que desde los más remotos tiempos de la protohistoria canaria que fenicios, cartaginenses y luego los romanos conocían esta curiosa planta y la utilizaban para colorear las telas de sus ropajes, y cuando el normando Jean de Bethencourt ocupó la islas en los inicios del siglo XV (https://bit.ly/2SjSfrl), la orchilla pasaría a ser muy apreciada en particular en las dos islas canarias más orientales, Fuerteventura y Lanzarote. 

La orchilla, como todos los líquenes, son los primeros vegetales que colonizan los terrenos de nueva formación producto de las erupciones volcánicas y debido al efecto de disgregación que ejercen sobre las rocas en que se fijan, son creadores de nuevos suelos en los que arraigan plantas más evolucionadas. La orchilla, es el producto de una simbiosis entre un hongo y un alga, dos vegetales que ocupan en la botánica puestos muy bajos en el orden evolutivo y al mismo tiempo muy alejados entre sí en la escala filogenética. Esta simbiosis consiste en la protección que el hongo ejerce sobre el alga al hacer de envoltura del conjunto y en la provisión de nutrientes que ésta, valiéndose de su capacidad de fotosíntesis, suministra al hongo, de la que éste carece al no disponer de la clorofila que el proceso biológico requiere.

La orchilla típica que es más abundante en Lanzarote, es llamada científicamente Roccella tinctoria o canariensis, es un liquen compuesto por unos filamentos foliáceos que salen de una base que a manera de costra está firmemente adherida a la superficie de la roca en que crece formando manojos de hebras enmarañadas. La longitud de estas pseudohojas filiformes es sólo de unos cuantos centímetros, no más de diez por lo general, salvo raras excepciones, presentando una consistencia coriácea y un color casi negro salpicado de puntitos blancuzcos a modo de verruguitas.

La importancia económica que la orchilla tuvo a través de los siglos que siguieron a la conquista de las islas canarias y el monopolio que continuaron ejerciendo sobre su comercio los señores que después de Bethencourt, cobraron al principio el correspondiente quinto, no tardarían mucho tiempo en convertir su aprovechamiento en una regalía. Los señores feudales intentaron entablar pactos ventajosos con los reyes guanches de las islas aún no conquistadas con el objeto de disponer del liquen que en ellas se producía. Luego la iglesia, viendo el alto valor que la orchilla alcanzaba, exigió también que le fuera pagado el preceptivo diezmo sobre dicho artículo, y de igual modo los Reyes Católicos, una vez que las islas no señoriales quedaron bajo su dominio, reservaron para sí la producción de la orchilla.

A finales del siglo siguiente, el ingeniero militar cremonés Leonardo Torriani, enviado a las islas en misión de servicio por Felipe II, subscribiría en 1455, en su obra “La prima navigazzione”, la declaración del navegante italiano Aloisio de Ca da Mosto "Se extrae de estas islas gran cantidad de una hierba que llaman orchilla que se exporta a Sevilla, con la cual se tiñen telas, se recogen aquí 8.000 pesos de orchilla, que se embarca para España, para Italia y para Francia". En 1764 en “The history of the Canary Islands”, dice: "La mejor clase es la de color más oscuro y de forma exactamente redonda""cuantos más puntos o costritas blancas tenga, más valor alcanza". "Puédese creer que la orchilla fue la púrpura getuliana de los antiguos, pues la costa de África adyacente a las Islas Canarias, que abunda tanto en ella, se llamaba antiguamente Getulia".

La recolección de la orchilla en lugares de fácil acceso no requería especial habilidad para su recogida en estas condiciones se reducía a desprender la planta valiéndose de un cuchillo, pero si junto con las hojas se arrancaba o se dañara la costra basal con la que estaba adherida a la roca, se impediría con ello que el liquen pudiera reproducirse. Para evitar esto se empezó a utilizar una especie de peine de madera que sólo permitía arrancar las hojas, sin sufrir daño alguno la costra o base de la planta.

En 1818 el síndico personero de Lanzarote Juan Valenciano Curbelo en nombre del Cabildo, dio cuenta de algunos artículos de exportación, de la orchilla que "con peligro y aún pérdida de vidas la recogen estos naturales pendientes de cables en escarpadísimos riscos" pues hay "grandes dificultades el recolectado, lo cual ejecutan los hombres colgados de los riscos con sacrificio anual de algunas vidas". Además el proceso al que se sometía este liquen para la extracción del tinte era bastante complicado pues hay que agregarle amoniaco a la preparación y cuando aún no se conocía el amoniaco como producto industrial se empleaban en su lugar los orines humanos por su alto contenido en este elemento químico. Así, creo que saben algo más ahora sobre las islas canarias y  sobre el color de las túnicas del imperio romano.

Maracaibo, viernes 6 de marzo, 2020

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