La orchilla
Hace unos días, comentaba acerca de una especie de
cuento sobre los fenicios, y siempre los fenicios traen a mi mente cuando en
quinto grado comenzábamos a ver geografía e historia universal y uno se
aprendía el tema que más le gustaba y todos conocíamos el cuento de quien solo se sabía el tema de
“Los Fenicios”, los grandes comerciantes del Mediterráneo y por allí, trataba
de orientar sus respuestas ante cualquier pregunta relacionada o no…
Relataba cómo los fenicios, dizque
saliendo del Mediterráneo venían hasta el archipiélago canario, en busca de tintes, pero
después hube de informarles que los tonos purpurinos de las tinciones que
lucían los fenicios de Sidón y Tiro, provenían de un caracol que era muy usado
para lograr “la Purpura de Tiro” y que aquellos caracoles del Atlántico los
conseguían en un islote frente a Marruecos. Pues resulta que las islas
canarias, bastante más al sur, también fueron conocidas por sus tintes, pero
estos procedían de la orchilla… Me imagino que
ahora no faltará quien piense: otra vez viene éste con uno de sus cuentos. Es
que la Orchila
es el nombre de la isla popularizada por los desafueros (léase orgías) que en
ella ejecutaron siempre los sátrapas de los gobiernos venezolanos, desde los
tiempos de PérezJiménez… Sí, es cierto, pero esta es otra cosa, la “orchilla” es un liquen que produce la
orceina, substancia que es usada para teñir, de color rojo. “Mi
sangre aunque plebeya también tiñe de rojo” cantaba Pedro Infante en “El
plebeyo”, pero no era Orceina lo de la sangre, sino hemoglobina,,,
En el caso de la orchilla la
tinción no es purpurina como con los caracoles de los fenicios. Se sabe que desde los más remotos tiempos de la protohistoria
canaria que fenicios, cartaginenses y luego los romanos conocían esta curiosa planta y
la utilizaban para colorear las telas de sus ropajes, y cuando el normando Jean de Bethencourt ocupó la islas en los
inicios del siglo XV (https://bit.ly/2SjSfrl), la orchilla pasaría a ser muy apreciada en particular en las
dos islas canarias más orientales, Fuerteventura y Lanzarote.
La orchilla,
como todos los líquenes, son los primeros vegetales que colonizan los terrenos
de nueva formación producto de las erupciones volcánicas y debido al efecto de
disgregación que ejercen sobre las rocas en que se fijan, son creadores de
nuevos suelos en los que arraigan plantas más evolucionadas. La orchilla, es el producto de una simbiosis
entre un hongo y un alga, dos vegetales que ocupan en la botánica puestos muy
bajos en el orden evolutivo y al mismo tiempo muy alejados entre sí en la
escala filogenética. Esta simbiosis consiste en la protección que el hongo
ejerce sobre el alga al hacer de envoltura del conjunto y en la provisión de
nutrientes que ésta, valiéndose de su capacidad de fotosíntesis, suministra al
hongo, de la que éste carece al no disponer de la clorofila que el proceso
biológico requiere.
La orchilla
típica que es más abundante en Lanzarote, es llamada científicamente Roccella
tinctoria o canariensis, es un liquen compuesto por unos filamentos
foliáceos que salen de una base que a manera de costra está firmemente adherida
a la superficie de la roca en que crece formando manojos de hebras enmarañadas.
La longitud de estas pseudohojas filiformes es sólo de unos cuantos
centímetros, no más de diez por lo general, salvo raras excepciones, presentando
una consistencia coriácea y un color casi negro salpicado de puntitos
blancuzcos a modo de verruguitas.
La importancia económica que la orchilla tuvo a través de los siglos que
siguieron a la conquista de las islas canarias y el monopolio que continuaron
ejerciendo sobre su comercio los señores que después de Bethencourt, cobraron
al principio el correspondiente quinto, no tardarían mucho tiempo en convertir
su aprovechamiento en una regalía. Los señores feudales intentaron entablar
pactos ventajosos con los reyes guanches de las islas aún no conquistadas con el
objeto de disponer del liquen que en ellas se producía. Luego la iglesia,
viendo el alto valor que la orchilla
alcanzaba, exigió también que le fuera pagado el preceptivo diezmo sobre dicho
artículo, y de igual modo los Reyes Católicos, una vez que las islas no señoriales
quedaron bajo su dominio, reservaron para sí la producción de la orchilla.
A finales del siglo siguiente, el ingeniero militar
cremonés Leonardo Torriani, enviado a las islas en misión de servicio por
Felipe II, subscribiría en 1455, en su obra “La prima navigazzione”, la
declaración del navegante italiano Aloisio de Ca da Mosto "Se extrae de estas islas
gran cantidad de una hierba que llaman orchilla
que se exporta a Sevilla, con la cual se tiñen telas, se
recogen aquí 8.000 pesos de orchilla, que se
embarca para España, para Italia y para Francia". En 1764 en “The
history of the Canary Islands”, dice: "La mejor clase es la de color más
oscuro y de forma exactamente redonda"…"cuantos más puntos o costritas blancas tenga, más valor
alcanza". "Puédese creer
que la orchilla fue la púrpura getuliana de los antiguos, pues la costa de
África adyacente a las Islas Canarias, que abunda tanto en ella, se llamaba
antiguamente Getulia".
La recolección de la orchilla
en lugares de fácil acceso no requería especial habilidad para su recogida en
estas condiciones se reducía a desprender la planta valiéndose de un cuchillo,
pero si junto con las hojas se arrancaba o se dañara la costra basal con la que
estaba adherida a la roca, se impediría con ello que el liquen pudiera
reproducirse. Para evitar esto se empezó a utilizar una especie de peine de
madera que sólo permitía arrancar las hojas, sin sufrir daño alguno la costra o
base de la planta.
En 1818 el síndico personero de Lanzarote Juan
Valenciano Curbelo en nombre del Cabildo, dio cuenta de algunos artículos de
exportación, de la orchilla que "con peligro y aún pérdida de vidas la
recogen estos naturales pendientes de cables en escarpadísimos riscos"
pues hay "grandes dificultades el recolectado, lo cual ejecutan los hombres
colgados de los riscos con sacrificio anual de algunas vidas".
Además el proceso al que se sometía este liquen para la extracción del tinte
era bastante complicado pues hay que agregarle amoniaco a la preparación y
cuando aún no se conocía el amoniaco como producto industrial se empleaban en
su lugar los orines humanos por su alto contenido en este elemento químico.
Así, creo que saben algo más ahora sobre las islas canarias y sobre el color de las túnicas del imperio
romano.
Maracaibo, viernes 6 de marzo, 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario