Por la costa gipuzkoana
Si nos movemos por la costa
gipuzkoana, a unos 15 km de la capital provincial, San Sebastián
(Donosti), encontraremos a Zarauz (en euskera,
Zarautz) una localidad y municipio
situado en la costa como comunidad autónoma del País Vasco.
Esta villa turística, limita al este y al sur con Aya y al oeste con Guetaria. En 2017 tenía 23 118
habitantes, pero en la época estival alcanza frecuentemente los 35 000. Más
hacia el oeste está Zumaia.
Zarauz: fue fundada como villa en 1237 por Fernando III de Castilla. Hasta el siglo
XVI, sus habitantes se dedicaban a la pesca, especialmente a la cacería de ballenas.
Después, con la desaparición de la ballena del Cantábrico, los zarauzanos fueron
dedicándose a la agricultura, la industria textil o la fabricación de muebles o
barcos. Se cuenta que en los astilleros de Zarauz, se construyó la primera nave
que dio la vuelta al Mundo, la nao Victoria,
comandada por Juan Sebastián Elcano, nacido en la
localidad vecina de Guetaria, a 3 km de Zarauz.
La playa de Zarauz es la más extensa del País Vasco
y una de las más largas del Cantábrico;
por esta razón es conocida con el sobrenombre de "La Reina de las
Playas". En el extremo oriental de la playa, rodeando un campo de golf,
se encuentra el biotopo protegido de Iñurritza,
destacando la conjunción de dunas, marismas
y acantilados,
que reúnen en este lugar especies florísticas y faunísticas con requerimientos
diversos y de las dunas
de arena conservadas del País Vasco, junto con las de las playas vizcaínas de La Arena
en Musques,
Barinatxe
en Guecho,
y Górliz.
Como antiguo pueblo de cazadores de ballenas, la
localidad conserva varios edificios medievales así como algunas de las villas de veraneo que le dieron fama. Próximas al
paseo marítimo destacaban antes grandes palacetes y viviendas construidas por
la alta burguesía durante el siglo XIX. El Palacio de
Narros, situado frente a la gran playa (2,8 km), fue lugar de
veraneo de la reina Isabel II de España, así como de la reina
consorte de Bélgica
Fabiola de Bélgica.
La reina de las playas en
la costa gipuzkoana es uno de los principales centros de veraneo del País Vasco, gracias en gran medida a su playa. En Zarauz
habita una población cosmopolita, con gran afición al surf, al rugby y a la fotografía.
Su playa ve pasar peregrinos a diario y posee una gran oferta gastronómica.
El Camino de
Santiago del Norte permite realizar una bella excursión a pie
desde o hasta Donosti, y como zona de paso del Camino del Norte es una importante productora de txakoli. Se
puede visitar el parque
natural de Pagoeta, con su imponente jardín botánico silvestre.
Destacan también a las villas pesqueras de Orio y Zumaia, esta última en
conjunto con su espectacular flysch del cual ya
hablaremos en otra ocasión.
Aunque la familia Zarauz, que dominó la población
durante el periodo medieval de las Guerras de
Bandos ostentara el mote heráldico de "Zarauz antes que Zarauz",
lo cierto es que las primeras noticias documentales del linaje que se conservan
no son anteriores al siglo XIV, por lo que cabe pensar que la familia tomó el
nombre de la población y no viceversa. Según varios lingüistas, con Koldo
Mitxelena a la cabeza, la base del topónimo Zarauz se encontraría en
la palabra vasca Txara o Zara, que significa tanto jara
como jaral,
que es un tipo de sotobosque de matorral que se asienta sobre suelos pobres y
que pudo haber ocupado la zona sobre la que se asentó la localidad. Algunos
tipos de jaral son típicos de zonas arenosas litorales como la que ocupa
Zarauz.
Getaria: Durante cientos de años la caza de ballenas tuvo una gran
importancia en la economía de Guipuzkoa y particularmente en la villa Getaria que ha sido, tradicionalmente,
un pueblo de pescadores y de grandes navegantes como Juan Sebastián Elcano, el primer hombre que dio la vuelta al
mundo. Es un puerto pesquero con
encanto, el puerto de Getaria
es posiblemente el puerto pesquero con
más sabor de Gipuzkoa. Su flota pesquera y las modernas instalaciones
del puerto le permiten el tratamiento del pescado recién salido del mar. Posee
numerosas industrias conserveras, además de restaurantes y asadores a pie de
puerto. Merece la pena degustar el pescado fresco que se cocina a la brasa en
sus calles, acompañado de un buen txakoli. La cacería de ballenas ha sido
históricamente el motivo principal de sus escudos. Resulta también muy atractiva la visita a
los barrios rurales, en su entorno natural conformado por una de las cosas que
más te sorprenderá, las espectaculares
laderas erosionadas que constituyen el fenómeno geológico denominado flysch, que ha sido recientemente designado como Geoparque Mundial de la UNESCO.
Getaria es en realidad una villa medieval amurallada,
asentada en una ladera, y desde lejos o allí mismo llama especialmente la
atención por la silueta del monte San Antón, más conocido por su peculiar forma
como el "Ratón de Getaria", (https://bit.ly/2MoX5Sm) una península que se asoma al mar.
Nada más llegar a la localidad, uno se encuentra con el Monumento a Elkano realizado en homenaje al navegante Juan
Sebastián Elkano, quien ha sido nombrado ilustre hijo del municipio. El
monumento muestra las líneas del estilo Art Déco y se eleva sobre un antiguo
baluarte de la muralla de Getaria, que le sirve de zócalo. Además, hay otras
dos estatuas de Elkano en la localidad guipuzcoana. Las fiestas tradicionales del municipio se celebran a
principios de agosto en honor a San Salvador. No obstante, cada cuatro años, el
7 de agosto, Getaria escenifica el desembarco de Elkano. El navegante arribó a
Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522 junto con otros 17 tripulantes
(de un total de 265 hombres), tras dar la vuelta al mundo durante tres años.
La figura del renombrado modisto Cristóbal
Balenciaga también está muy presente en el municipio que le vio nacer en 1895.
Su localidad natal le rinde homenaje con el singular Cristóbal Balenciaga Museoa que muestra una de las
colecciones más importantes de moda a nivel internacional. En Getaria no puedes
pasar por alto una visita a este Museo, donde te introducirás en la obra del
genio, en su relevancia en la historia de la moda y del diseño.
Zumaia: en una
bahía donde confluyen los ríos Urola y Narrondo, se encuentra el municipio de
Zumaia, uno de los destinos más
llamativos del litoral guipuzcoano, que llama enormemente la atención, gracias
a su espectacular entorno natural, con verdes montañas que rodean el pueblo,
escabrosos acantilados y dos preciosas playas de arenas oscuras, con numerosos
beneficios para la salud.
Zumaia tiene
más que solo bellos paisajes, ya que también ofrece un interesante patrimonio
monumental, con un casco histórico caracterizado por su inalterado trazado
medieval, que transporta al turista a aquella época antigua de castillos
y caballeros. En un paseo por sus calles, los amantes de la cultura y el arte
pueden encontrar templos religiosos, palacios y museos para visitar y
entretenerse, conociendo las raíces del pueblo. Se encuentra presidido por la
parroquia de San Pedro, iglesia gótica del siglo XIII, la cual se eleva sobre
el resto de edificaciones como una gran mole de piedra. Su sólida construcción,
es similar a la de una fortaleza, sin apenas elementos decorativos en su
exterior. Compuesta por una única nave, su interior constituye uno de los
espacios góticos más bellos de Euskadi, donde destaca un retablo de Juan de
Antxieta, declarado monumento nacional. Paseando por las estrechas y empinadas
calles del casco histórico encontraremos otros edificios de interés, como los
palacios Zumaia y Ubillos y las casas Olazábal y Goikotorre.
La playa de
Itzurun es la más cercana al casco histórico de la villa. Abierta al mar y bajo la protección
de la ermita de San
Telmo, sus arenas y aguas tienen propiedades beneficiosas para la
salud por su alta concentración en yodo. Otro de los lugares de obligada visita
son sus espectaculares acantilados, muy interesantes desde el punto de vista
geológico. Desde la playa de Itzurun hasta Deba, se puede realizar un precioso
recorrido para contemplar las peculiares formaciones rocosas que se alzan sobre
el mar. En bajamar, queda al descubierto un peculiar fenómeno denominado flysch, una superficie de abrasión
originada como consecuencia de la erosión del mar, formada por diferentes
láminas de rocas calizas y areniscas, en forma de milhojas. Se organizan
excursiones para contemplar de cerca este bello paraje. Flysch:
es una voz alemana («fluir»
o «deslizarse») que se le otorga a facies
rocosas de origen sedimentario compuestas por alternancia rítmica de capas de
rocas duras cohesivas (calizas, pizarras o areniscas) intercaladas con otras
más blandas friables sobre la que pudiésemos conversar...
¿Mañana?
Maracaibo, martes 3 de marzo, 2020
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