El Flysch
Hablábamos
ayer del norte de España, en la costa oeste de la
provincia vasca de Gipúzkoa y de sus playas y pueblos, Zarauz, Getaria y
Zumaia. Entre los municipios de Deva y Zumaya, existe un territorio que es “la rasa mareal de Deva y Zumaya”, zona
también conocida como los acantilados de Itzurun, y referíamos ayer que existen unas espectaculares laderas erosionadas que
constituyen el fenómeno geológico denominado flysch. Este interesante paisaje, se puede observar
en la rasa mareal mayor del mar Cantábrico
y de Europa,
que se extiende 5 km mar adentro aunque solo se pueden ver unos 200 ó 300
metros de ella durante la marea baja. Este tramo, es el más
espectacular de la rasa mareal que recorre la costa vasca. Es espectacular ver cómo los flysch
verticales
se internan en la mar a modo de un gran costillar.
Durante cientos de millones de años, en el mar que
ocupaba el actual territorio del País Vasco se
fueron depositando, en su lecho, sedimentos y microorganismos que formaron
capas horizontales. La colisión entre las placas tectónicas Ibérica y Europea ocurrida hace unos 50 millones de años hizo
emerger estos sedimentos, que conforman el flysch, de forma vertical dejándolos
visibles. En estas capas se guardan datos referentes a historia de la tierra
que dan valiosa información sobre crisis biológicas y cambios ambientales y del
clima observándose las transiciones entre las diferentes épocas geológicas.
La rasa mareal de Deva es un espacio muy rico desde
el punto de vista de la biodiversidad con un
valor equiparable al de otros espacios costeros en España y de las
más ricas del Cantábrico. La flora, tanto marina que está representada por
multitud de especies de algas, como
terrestre que se desarrollan en las paredes verticales que conforman los
acantilados. Son una unidad de roquedos con muy poca tierra y escasa agua. En
estas paredes abundan las oquedades, grietas y resaltes en los que se han
establecido especies rupícolas (que se crían en las rocas) y donde anidan
muchas aves. En la baja mar, en las cubetas, charcas y pozos que se forman se
da una gran diversidad de especies marinas, desde crustáceos a
pequeños pececillos.
Estos estratos contemplan un periodo de evolución
de la tierra que abarca entre hace 100 y 50 millones de años. Emergieron
inclinándose de oeste a este de modo que los estratos más antiguos se sitúan al
oeste mientras que las más recientes al este. En muchas capas hay riqueza de
fósiles y microfósiles. Es relevante los
anómalos niveles de concentración de osmio e iridio que se
hallan en el límite K/T que establece la separación entre el Mesozoico y el Cenozoico y se
estima que proceden del impacto de un meteorito
producido hace 65 millones de años al que en algunas hipótesis, se le achaca la
extinción dinosaurios y otras especies tales como los ammonites, una subclase
de moluscos
cefalópodos extintos
que se conoce existieron en los mares hace unos 400 millones de años, desde el Devónico Medio hasta finales del Cretácico
(hace 66 millones de años).
Gracias a su rápida evolución y
distribución mundial los ammonites, son excelentes fósiles guía
para la datación de rocas y han posibilitado la elaboración de sucesiones de biozonas
de gran precisión bioestratigráfica. El estudio de estos estratos permite aclarar cuestiones sobre diversos
temas, entre ellos el estudio del comportamiento de los mares antiguos,
ecosistemas y cambios climáticos. La elaboración de modelos paleoclimáticos y
su comparación con los actuales permiten establecer modelos comparativos y
predictivos.
¿Por qué una de estas capas blandas que forma el Flysch
es anormalmente rica en Iridio, un elemento de la tabla periódica del
grupo del platino presente en el núcleo y manto terrestre pero muy escaso en la
corteza? Para explicar que un nivel de arcillas pueda contener tanto Iridio,
podría ser un origen local es decir, que cerca de estos niveles tuviésemos
rocas volcánicas o granitos que pudiesen contener grandes cantidades de Iridio
y que fuesen erosionados y depositados en estas arcillas, sin embargo, un
muchos otros lugares del mundo ha aparecido este mismo nivel de arcillas con
concentraciones de Iridio elevadas. El Iridio cae constantemente todos los días
sobre la tierra a partir del polvo cósmico, pero la cantidad diaria es muy
pequeña, por tanto: para explicar la existencia de esta elevada cantidad en una
sola capa, solo los meteoritos, son las únicas rocas conocidas que contienen
concentraciones de iridio similares a la encontrada en la capa de arcillas.
También se obtienen datos para el desarrollo de
hipótesis sobre las extinciones en masa, cambios bruscos del clima y sus
causas, intervalos de anoxia oceánica generalizada o los cambios en el nivel del mar.
Llaman la atención la regularidad de alternancia y el grosor de las diferentes
capas. Las capas duras corresponden a periodos fríos y las bandas a periodos
cálidos y su grosor, está relacionado con la duración de cada periodo,
corresponde a unos 10 000 años. Mediante técnicas de paleomagnetismo como la magnetocronología, la bioestratigrafía o la cicloestratigrafía es posible, mediante el análisis de estas rocas,
contrastar las diferentes escalas que se emplean para fijar las edades de la
Tierra.
En Zumaya se puede observar, desde la playa de
Mendata hasta pasada la de San Telmo, en Punta Mariantón, dos partes
diferenciadas dependiendo de la época de formación. Al este de Aitzuri, 200
metros de flysch de transición
(margas, margocalizas y calizas margosas) del Cretácico Superior. En Punta
Aitzgorri (Algorri), 180 metros de capas rojas (margas rojo vivo, margocalizas
y calizas) del Terciario. Los detalles podrán observarse en algunas fotografías
anexas.
Maracaibo,
miércoles 4 de marzo, 2020
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