“No serán misiles, serán
microbios”:
Reproduzco en el blog lapesteloca.blogspot.com el artículo de Miguel
Jorge aparecido ayer (10/03/2020) en GIZMODO sobre “La escalofriante exactitud con la que Bill
Gates predijo la próxima gran catástrofe hace cinco años”
Aquí tenemos una pieza visual para que los conspiranoicos del mundo
tomen a Bill Gates como el nuevo jefe supremo de una nueva orden mundial. Gates
tomó la palabra en una charla TED en abril de 2015 para
hablar sobre lo que creía iba a ser la próxima gran catástrofe global. La
extraordinaria exactitud con la que están ocurriendo sus predicciones es
remarcable.
El cofundador de Microsoft salió
a advertir sobre un “virus altamente infeccioso” que podría matar a millones de
personas. Lo hizo en 2015, en un evento
de TedTalk después de que el planeta evitara un brote global de ébola el
año anterior. Gates, de 64 años,
advirtió que la comunidad internacional de científicos “no estaba lista para la
próxima epidemia”, y agregó que tuvieron la suerte de evitar consecuencias
catastróficas con el ébola, aunque el próximo brote “podría ser 1.000 veces
peor”.
Hoy, cinco años después, los
peores temores de Gates podrían hacerse realidad, al menos en parte, ya que el
coronavirus se propaga rápidamente por todo el planeta, aunque en China,
epicentro de la epidemia, comenzamos a escuchar noticias esperanzadoras donde está remitiendo el número de contagios.
En cualquier caso, vale la pena
recordar algunos de los puntos que explicaba el empresario estadounidense hace
ahora cinco años: Cuando era niño, el desastre que más nos preocupaba era
una guerra nuclear. Por eso teníamos un barril en nuestro sótano lleno de latas
de comida y agua. Cuando se produjera el ataque nuclear, se suponía que
debíamos bajar las escaleras, agacharnos y alimentarnos del barril. Hoy
el mayor riesgo de catástrofe global no se ve así, si algo mata a más de 10 millones de personas en las próximas décadas,
lo más probable es que sea un virus altamente infeccioso en lugar de una
guerra. No serán misiles, serán microbios.
Gates luego pasó a explicar la
clave del problema y cómo deberíamos haber aprendido de las lecciones que dejó
el brote de ébola: Ahora, parte de la razón de esto es que hemos invertido una gran cantidad en
elementos disuasivos nucleares, pero en realidad hemos invertido muy poco en un
sistema para detener una epidemia. No estamos listos para la próxima epidemia. Miremos el ébola, estoy seguro de que todos lo
leyeron en el periódico, grandes y complicados desafíos. Lo seguí
cuidadosamente a través de las herramientas de análisis de casos que utilizamos
para rastrear la erradicación de la poliomielitis y, al observar lo que
sucedió, el problema no era que hubiera un sistema que no funcionara lo
suficientemente bien, el problema era que no creamos un sistema en absoluto. De hecho, hay algunas piezas clave obvias
que faltan.
Bill Gates luego pasó a
identificar algunas medidas simples que deberían haberse tomado para evitar que
la historia se repita: No teníamos un
grupo de epidemiólogos preparado, para que investigaran y vieran qué era la
enfermedad, para averiguar hasta qué punto se había extendido. Los informes de
casos llegaron en papers, se retrasó mucho antes de que se pusieran online y
eran extremadamente inexactos. No teníamos un equipo médico listo, no teníamos
una forma de preparar a las personas. Luego, gente como Medecins Sans
Frontieres hizo un gran trabajo orquestando voluntarios. Pero aun así,
fuimos mucho más lentos de lo que deberíamos llevando a miles de trabajadores a
estos países, y una gran epidemia requeriría que tengamos cientos de miles de
trabajadores.
Más tarde pasó a comparar, de
manera ciertamente certera, la que podría ser la próxima epidemia con la gripe
española, en caso de que los gobiernos de todo el mundo no estén preparados: Podríamos
haber tomado la sangre de los supervivientes, procesarla y volver a poner ese
plasma en personas para protegerlos, pero eso nunca se intentó. La falta de
preparación podría permitir que la próxima epidemia sea dramáticamente más
devastadora que el Ébola. La próxima vez, puede que no tengamos tanta suerte, puede ser
un virus en el que las personas se sienten lo suficientemente bien mientras
están infectadas como para subirse a un avión o ir a un mercado. De hecho,
veamos un modelo de un virus que se propagó por el aire, como la gripe española
en 1918. Esto es lo que sucedería, se extendería por
todo el mundo muy, muy rápidamente y se podría ver morir a más de 30 millones
de personas por esa epidemia. Así que este es un problema grave, deberíamos
preocuparnos mucho.
Para finalizar la charla de hace cinco años
Gates sugirió que era hora de poner en marcha una estrategia de respuesta
global: La fuente del virus podría ser una epidemia natural como el Ébola, o
podría ser el bioterrorismo. Por tanto, hay cosas que literalmente empeorarían
la situación mil veces. Sin embargo, podemos construir un sistema de
respuesta realmente bueno. Tenemos los beneficios de toda la ciencia y la
tecnología de la que hablamos. Tenemos teléfonos para obtener
información y transmitirla, tenemos mapas satelitales donde podemos ver dónde
están las personas y hacia dónde se mueven, tenemos avances en biología que
deberían cambiar drásticamente el tiempo de respuesta para observar un patógeno
y poder fabricar medicamentos y vacunas que se ajusten a ese patógeno.“Podemos tener
las herramientas, pero esas herramientas necesitan ser puestas en un sistema
global de salud global”, zanjó en una charla que hoy se acerca
peligrosamente a la realidad.
Maracaibo, 11 de marzo, 2020
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