Edgar Allan Poe
Edgar Allan Poe, fue
el escritor, crítico, periodista y poeta estadounidense,
reconocido como uno de los padres del cuento moderno, así como el creador del
género policial y de gran cantidad de ensayos y cuentos https://bit.ly/2MHKNEx
tanto de ciencia ficción como de terror. Sus padres siendo él un niño,
enfermaron de tuberculosis y fallecieron; su hermano mayor quedó al cuidado de
su abuelo y Edgar con su hermana Rosalie fueron adoptados por dos familias
vecinas en Richmond: el uno por los Allan y la otra por los Mackencie. John
Allan, el padrastro de Edgar quien le daría su apellido, era un comerciante de
origen escocés. Presento aquí condensada, la historia de la vida de Edgar Allan
Poe, en (lapsteloca.blogspot.com) Ya
en octubre 2016 había dicho algunas cosas interesantes sobre Poe(https://bit.ly/2ZjnMyt).
En esta ocasión, he dividido en 5 partes el relato de las vicisitudes de su muy
controversial y trágica existencia.
1-En
su infancia.
Edgar
Allan Poe, nació en Boston el 19 de enero de 1809. Por su madre, Elizabeth
Arnold Poe, el poeta descendía de ingleses, mientras su padre, David Poe, era
norteamericano, de ascendencia irlandesa. Su sangre inglesa y norteamericana le
llegaba debilitada por la mala salud de sus padres, tuberculosos ambos. David
Poe, murió, o quizá abandonó a su mujer y a sus tres hijos, el último por
nacer. Mrs. Poe debió dejar al mayor en casa de unos parientes y trasladarse al
Sur con Edgar, que apenas tenía un año, para seguir actuando en el teatro y
ganar algún dinero.
En
Norfolk (Virginia) nació Rosalie Poe; y a su madre quien había reaparecido en
las tablas apenas tres semanas después de haber nacido Edgar en Boston, se la
vio en escena hasta muy poco antes de dar a luz a Rosalie. La miseria y la
enfermedad la doblegaron pronto en Richmond, donde la caridad de sus
admiradores teatrales, alivió parte de sus sufrimientos. La noche en que su
madre murió en una miserable habitación, Edgar se encontró huérfano antes de
cumplir tres años. Dos señoras caritativas se llevaron los niños a sus casas.
Es importante saber que pese a su nacimiento en Boston, Edgar Poe creció como
sureño, y jamás dejó de serlo en espíritu. Muchas de sus críticas a la
democracia, al progreso, a la creencia en la perfectibilidad de los pueblos,
nacen en Poe, por haber sido siempre “un caballero del Sur”. Sus arraigados
hábitos mentales y morales estuvieron moldeados por la vida virginiana; las
nodrizas negras, los criados esclavos, un folklore donde los aparecidos, los
relatos sobre cementerios y cadáveres que deambulan en las selvas, organizarían
en su mente todo un repertorio de lo sobrenatural.
John
Allan, era un comerciante escocés emigrado a Richmond, donde tenía una empresa
dedicada al comercio del tabaco y otras actividades. Él resultaría ser el casi
involuntario protector de Edgar. En las oficinas de Ellis & Allan, el niño
Edgar desde temprano se inclinó sobre los magazines trimestrales escoceses e
ingleses y trabó relación con un mundo “gótico”, erudito, pedante, novelesco,
crítico y difamatorio, rodeado de la fulgurante presencia de lord Byron, de la
poesía de Wordsworth y de novelas y cuentos de terror. Frances Allan,
la esposa de John fue primera influencia femenina benéfica en la vida de Poe. A
los cuatro o cinco años, Edgar era un hermoso niño de rizos oscuros, de grandes
y brillantes ojos, y Frances lo amó desde el comienzo. Su marido John Allan,
deseoso de complacer a su esposa, no opuso reparos a la adopción tácita del
niño, pero no quiso aceptar jamás adoptarlo legalmente. Allan tenía hijos
naturales y costeaba secretamente su educación; pagaba trimestralmente una
doble cuenta de gastos escolares y aceptó a Edgar por Frances y porque era “un
espléndido muchacho”, y hasta llegó a encariñarse bastante con él.
Muy
pronto Edgar aprendió poemas de Walter Scott, y las damas que visitaban a
Frances Allan a la hora del té no se cansaban de oírle recitar, grave y
apasionadamente, extensas composiciones que él se sabía de memoria. Los Allan
cuidaban de su educación. El mundo que lo rodeaba en Richmond comprendía a su mammy,
la nodriza negra de todo niño de casa rica en el Sur, quien posiblemente
debió de iniciarlo en los ritmos de la gente de color, tal vez por eso su
interés casi obsesivo, por la escansión de los versos y la magia rítmica de El
cuervo, de Ulalume, o de
Annabel Lee.
Por
otra parte, siempre estuvo en su mente el mar; el de los capitanes de veleros,
que acudían a las oficinas de Ellis & Allan para discutir los negocios, y
que bebían con los socios mientras narraban largas aventuras. El pequeño Edgar
debió de entrever desde entonces, las primeras imágenes de Arthur Gordon Pym, del remolino del
Maelström, y todo ese aire marino que circula en su literatura y que él supo
recoger en los velámenes que todavía impulsan a sus barcos de fantasmas. Para
cimentar sus negocios y visitar a su numerosa familia en 1815, John Allan y su
mujer se embarcaron con él, rumbo a Inglaterra y Escocia. Edgar vivió un tiempo
en Irvine, en Escocia y luego en Londres.
La
familia volvió a Estados Unidos en 1820 y Edgar, desembarcó robustecido y
avispado por su larga permanencia en un colegio inglés, donde los deportes y la
rudeza física eran más importantes que en Richmond. Le gusta dibujar, así como
también juntar flores y estudiarlas, pero lo hacía a escondidas. A veces
desaparecía durante horas, entregado a la tarea misteriosa de escribir
secretamente sus primeros versos. Los copiaba con bella letra, los atesoraba y
ponía todas las fuerzas de a sus quince años en esos versos que escribió para
algunas jovencitas de Richmond y que su hermana Rosalie -adoptada por otra
familia de Richmond- se encargaría de hacer llegar los mensajes a las
agraciadas. Después de una infancia algo enfermiza, Edgar estaba recuperado y
hasta nadaría seis millas contra la corriente del río James, cuando en aquel
entonces conoció a “Helen”, su primer amor imposible.
Fin de la parte 1-
(continúa
mañana)
Mississauga,
Ontario, domingo 1 de septiembre, 2019
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