Samantha Reed Smith
Samantha
Reed Smith (1972-1985)
fue una niña estadounidense que alcanzó fama mundial como
pacifista, después de escribir una carta en plena Guerra Fría
al entonces secretario general del Partido Comunista de la Unión
Soviética, Yuri Andrópov. Samantha
tuvo una infancia normal junto a sus padres, Arthur, profesor de literatura en
la Universidad de Maine, y su madre Jane, asistente social. A los cinco
años, le escribió una carta a la reina Isabel II del Reino Unido,
en la cual le contaba que le caía simpática. En 1980, cuando había terminado el
segundo grado, su familia se mudó a Manchester en el Estado de Maine, donde concurrió a la
Escuela Elemental de Manchester.
Cuando en
1981 Ronald Reagan asumió la presidencia de los Estados Unidos, decidiría
instalar bases de lanzamiento de misiles crucero en varios países de Europa
aumentando la tensión con la ex-URSS. El presidente Reagan,
había dejado de lado la política de la coexistencia pacífica para instalar misiles de crucero y
Pershing
en Europa. La URSS había estado involucrada en Afganistán
por más de tres años, lo que también contribuyó a elevar la tensión entre las superpotencias. En el mes de noviembre de
1982, murió el presidente soviético Leonid Brézhnev, y su reemplazante, Yuri
Andrópov traía muchas más dudas que esperanzas en la sociedad estadounidense,
hecho este que fue reflejado de manera casi apocalíptica en los medios. Los
principales diarios y revistas estadounidenses dedicaron portadas y artículos
destacados sobre el nuevo Presidente
del Presidium
del Soviet Supremo, prevaleciendo las opiniones negativas sobre su
llegada al poder y las repercusiones que tendría. Durante esta época se
realizaban a menudo en América del Norte y Europa
masivas marchas contra el uso de armas nucleares,
y en Estados Unidos había expectativa por el inminente estreno de la película El
día después.
Al asumir Andropov la jefatura de Estado
de la Unión Soviética, Samantha, que para entonces era una niña de solo
10 años, leyó una revista TIME, que por casualidad llegó a sus manos, y asustada le preguntó a su madre. ¿Por qué
nadie le mandaba una carta a Andrópov y
le pregunta si realmente él quiere tener
una guerra con los Estados unidos? La
madre de la niña le respondió con otra pregunta: ¿Y por qué no se lo preguntas
tú? La carta, breve y concisa, que escribió Samantha fue remitida a la embajada
soviética sin muchas expectativas.
Estimado
Sr. Andropov:
Me llamo
Samantha Smith. Tengo diez años de edad. Felicitaciones por su nuevo trabajo.
Estuve preocupada pensando en la posibilidad de que Rusia y los Estados Unidos
se involucren en una guerra nuclear. ¿Votará por la guerra o no? Si no, por
favor cuénteme cómo ayudará a evitar una guerra. Esta pregunta no la tiene que
responder, pero me gustaría saber por qué quieren conquistar el mundo o al
menos nuestro país. Dios hizo el mundo para que viviéramos juntos en paz y no
para pelear.
Atentamente,
Samantha
Smith
Cinco meses después, la carta llegó a las manos del propio Yuri
Andrópov, quién contra la opinión de sus asesores, no solo respondió
personalmente la carta, sino que hizo que ambas fueran publicadas en el diario
"Pravda", órgano de propaganda soviético.
Estimada
Samantha:
Recibí tu
carta, que es como tantas otras que me llegaron en este tiempo de tu país y
otros países del mundo. Me
parece —lo infiero por tu carta— que eres una niña valiente y honesta, parecida
a Becky, la amiga de Tom Sawyer en el
famoso libro de tu compatriota Mark Twain. Este
libro es muy conocido y querido por todos los niños en nuestro país. Dices que estás ansiosa por saber si habrá una
guerra nuclear entre nuestros países. Preguntas si estamos haciendo algo para
evitar la guerra. Tu pregunta es la más importante de las que se puede
hacer cualquier persona inteligente. Te responderé seria y honestamente.
Sí,
Samantha, nosotros en la Unión Soviética tratamos de hacer todo lo posible para
que no haya guerras en la Tierra. Esto es lo que quieren todos los soviéticos.
Esto es lo que nos enseñó el gran fundador de nuestro Estado, Vladimir Lenin. El
pueblo soviético sabe muy bien cuan terrible es la guerra. Hace cuarenta y dos
años, la Alemania nazi, que buscaba dominar el mundo entero, atacó a
nuestro país, quemó y destruyó miles de nuestros pueblos y villas, mató a
millones de hombres, mujeres y niños soviéticos. En esa guerra, que terminó con nuestra
victoria, fuimos aliados de los Estados Unidos: juntos peleamos por la
liberación de mucha gente de los invasores nazis. Supongo que sabrás esto por
tus clases de Historia en la escuela. Hoy ansiamos vivir en paz, comerciar y
cooperar con nuestros vecinos de esta Tierra —con los cercanos y los lejanos—.
Y por supuesto con un gran país como son los Estados Unidos. En los
Estados Unidos y en nuestro país hay armas nucleares —armas terribles que
pueden matar millones de personas en un instante—. Pero no queremos que sean
jamás usadas. Por eso precisamente es que la Unión Soviética declaró en forma
solemne por todo el mundo que nunca —nunca— será la primera en usar armas
nucleares contra ningún país. En general nos proponemos discontinuar su
producción futura y proceder a la destrucción de todos los arsenales existentes.
Me parece que esta es suficiente respuesta a tu segunda pregunta: "¿Por
qué quieren hacerle la guerra al mundo o al menos nuestro país?". No
queremos nada parecido. Nadie en nuestro país —ni trabajadores, ni campesinos,
ni escritores ni doctores, ni grandes ni chicos, ni miembros del gobierno—
quiere una guerra grande o "chiquita". Queremos la paz —hay
cosas que nos mantienen ocupados: sembrar trigo, construir e inventar, escribir
libros y volar al espacio—. Queremos la paz para nosotros y para todos los
pueblos del planeta. Para nuestros niños y para ti, Samantha. Te invito,
si tus padres te lo permiten, a que vengas a nuestro país; el mejor momento es
este verano. Podrás conocer nuestro país, encontrarte con otros de tu edad,
visitar un centro internacional de la juventud —"Artek"— a orillas
del mar. Y verlo con tus propios ojos: en la Unión Soviética, todos quieren la
paz y la amistad de los pueblos.
Gracias
por tu carta. Jovencita, te deseo lo mejor.
Y. Andropov
La familia aceptó la invitación generando una furibunda respuesta del
departamento de estado, que hizo todo lo posible por impedir el viaje,
destacando que no se haría responsable por la seguridad de la niña en la URSS.
Samantha ya era una celebridad en la URSS incluso antes de llegar. El 2 de
Julio de 1983 cuando Samantha arribó a la capital soviética, fue tratada como
una visita de Estado, se priorizó que tuviera contacto con niños y se la
incorporó a contingentes de estudiantes para visitar museos en Leningrado y
Moscú. La mayor parte del viaje se alojó en el Campo Antek, el campamento para
estudiantes más grande del bloque socialista, donde aprendió a nadar, nociones
básicas del idioma ruso, bailes tradicionales y, sobre todo, charló con sus
pares que demostraban un conocimiento fluido del inglés.
A su regreso se transformó en la niña mimada de los EUA, y pese a las
presiones de las administración Reagan, fue invitada a noticieros y se
publicarían reportajes donde se mostraba encantada por su experiencia, siendo
hasta contactada por Disney para ser su embajadora, lo que hizo que viajara
regularmente por todo el país. En 1985 la cadena ABC le ofreció aparecer en la
serie "Lime Street" junto a Robert Wagner. El 25 de agosto de 1985,
volviendo de una grabación, el avión en el que viajaba junto a su padre se
estrelló poco antes de aterrizar en el aeropuerto de Lewinston; todos sus
ocupantes murieron.
En
un vuelo de regreso de la filmación de un segmento para Lime Street en
el verano de 1985, el avión de Smith perdió la pista del Aeropuerto regional de
Lewiston-Auburn en Auburn, el aeropuerto de Maine por 200 yardas y se estrelló,
matando a todos a bordo (seis pasajeros y dos tripulantes), incluidos Smith y
su padre. Mucha especulación sobre la causa del accidente circuló después. Se
realizó una investigación en los EUA y el informe oficial, que no respaldaba
ninguna de las teorías de conspiración, se hizo público. Se indica en el
informe, que el accidente ocurrió aproximadamente a las 10:05 pm, el punto de
impacto en el suelo ubicado a una milla al suroeste del aeropuerto. El informe
señalaba;"El ángulo de trayectoria de vuelo relativamente empinado y el
actitud ( orientación de la aeronave en relación con el horizonte, dirección de
movimiento, etc.) y la velocidad del avión en el impacto sobre el suelo impidió
que los ocupantes sobrevivieran al accidente". El punto principal del
informe fue la conclusión que destaca la noche oscura y lluviosa, los pilotos
que carecían de experiencia y un fallo accidental, pero no infrecuente y no
crítico en el radar de
tierra. El avión utilizado para el vuelo fatal fue un Bar Harbor Airlines
Beechcraft 99.
Al funeral acudió el embajador
ruso Vladimir Kulagin quién le hizo llegar a su madre las condolencias enviadas
por Mijaíl Gorbachov, presidente de la Unión Soviética. El gobierno de los EUA
decidió no enviar a ningún representante y utilizó todos los medios para que
Samantha fuese olvidada rápidamente. En la URSS por el contrario, se emitió un
sello postal conmemorativo, su nombre le fue puesto al diamante más grande
encontrado en suelo ruso, a una variante de tulipanes y a una compañía de
teatro infantil estatal que aún existe, y también se erigieron 2 imponentes
monumentos en Moscú y Leningrado.
Maracaibo, miércoles 25 de septiembre de 2019
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