Lejanos
tiempos, de criminal desidia…
Algunas de las publicaciones del Microscopio electrónico (ME) del
Sanatorio Antituberculoso de Maracaibo, se dieron tardíamente hasta en el año
1981(García Tamayo J, Maldonado Alvarez C. Lysosomal response during the development of rabies virus in
the spinal cord. Patología-Mex-,19: 240-261,1981)...
Lo cierto es que existió toda una historia de trabajo y dedicación, la cual es
cuantificable a través de los resultados ofrecidos por el personal de un
Laboratorio de ME que insistió hace ya unos cuantos años, en demostrar como en
nuestro medio, si era posible hacer investigación, y publicar los resultados en
revistas calificadas nacionales y/o foráneas indexadas.
El doctor Pedro Iturbe, en su ilusión de acercar cada vez más el
ejercicio de la medicina a la realidad de nuestros pacientes, había decidido en
aquel tiempo, dedicarle todos sus esfuerzos a organizar y a consolidar la
Medicina Familiar, como una importante especialidad, hasta un punto tal, como
en todo lo que él se proponía, que llegaría a ser considerado
internacionalmente como “Padre de la
Medicina Familiar”. Su separación de la Dirección del Sanatorio para
dedicarse a estos menesteres, fue seguida por la transformación en noviembre
del año 1974 del Sanatorio Antituberculoso de Maracaibo, en el “Hospital General del Sur de Maracaibo”.
El Laboratorio de Microscopía Electrónica, que había sido creado como
parte del Servicio de Patología, dependía absolutamente para su funcionamiento
de la Dirección del Sanatorio, y lamentablemente, no había contado nunca con el
respaldo del Jefe del Servicio de Patología, por lo que ante la nueva situación
quedó huérfano de apoyo para sus proyectos de investigación. A estas
dificultades, a la imposibilidad de conseguir recursos para la adquisición de
los reactivos requeridos, y otra serie de problemas, resultaron tan
disparatados que me dieron material para escribir la novela “La Entropía Tropical”. A estos
problemas vino a sumarse el traslado del técnico del laboratorio a la Facultad
de Medicina de la Universidad del Zulia.
Estas situaciones llevaron al jefe del laboratorio, quien suscribe, a
atender varias proposiciones para trabajar durante una temporada como
neuropatólogo en el hospital Vargas de Caracas donde algunos neurocirujanos
(los doctores Del Corral y Galera), recién venidos de hacer neurocirugía
estereotáxica en el instituto Karolisnka de Suecia, querían consolidar un
equipo de investigación para esos menesteres. El disfrute de un año sabático en
la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad del Zulia, pensé que me
daría tiempo para organizar algunos de los conflictos en marcha y el
Laboratorio quedó extraoficialmente en manos del Profesor Etanislao Del Conte,
un investigador serio y muy responsable con quien habíamos trabajado y
publicado varios trabajos. Lamentablemente, el Profesor Del Conte, era personal
de la Universidad del Zulia y el Laboratorio de ME como dependencia del
Servicio de Patología, en pocos meses se desentendió de él y cayó en un total
abandono. Llegaron a proponer regalar el ME y otras medidas mientras el tiempo
comenzó a correr…
Lo que ocurrió en los años sucesivos y sus resultados también está todo
escrito y documentado en un libro de ensayos denominado “Reflexiones de un Anatomopatólogo” específicamente en un artículo
titulado “Desidia vs Crimen”, el
cual se inicia de esta manera. “Hace un par de semanas, regresé después de
once años de ausencia a visitar el Laboratorio de microscopía electrónica del
hospital General del Sur, sitio que fuera por años mi mayor ilusión y el
orgullo de muchos colegas zulianos”... ...“Caminé tras mis huellas de once años
ausente, un dolor lacerante me desgarraba el alma”...“Las máquinas sangraron y
se secó el aceite, entre el polvo, linóleo despegado. Cual vísceras protruyen
las entrañas de los microcircuitos, los cables en maraña, los tubos recortados,
disueltos pequeñitos circuitos integrados... ¡Canallas!, lo pensé. ¿A quién
clamar justicia?”... ...“lo habían cubierto con una manta gris, lo asieron con
mecates, su inmensa mole había sido velada, tal vez alguien sintiera un soplo
de vergüenza… ...saqueado y en total abandono, cual paciente que en vida
sufriese de un horrendo mal crónico, allí estaba escondido, entre trapos, el
cuerpo más grande del delito, el que fuera un famoso microscopio electrónico”.
Estos hechos fueron denunciados ante la Sociedad Venezolana de Anatomía
Patológica el año 1986 solicitándose una investigación y un voto de censura
para los anatomopatólogos que resultasen responsables. Una comisión designada
para tal efecto, investigó los hechos, la comisión era de personajes de la
misma ciudad, en 1987, un año después, no se habían pronunciado. Sucedió lo de
siempre. No hubo culpables.
Al final el artículo (Desidia vs Crimen) reza: “Todavía nadie dice nada, nadie
sabe nada. ¿Será desidia? Estas son simplemente algunas reflexiones alrededor
de una situación triste que pregona el mal que nos corroe a los venezolanos. La
impunidad”.
Nota : lo aquí publicado hoy, está textualmente tomado
del libro: LA MICROSCOPÍA ELECTRÓNICA EN VENEZUELA. ORÍGENES Y DESARROLLO
(2010) del Dr José A. Serrano. Coordinador. ULA, Mérida, Venezuela; en la
primera parte de “TREINTA Y CINCO AÑOS EN LA HISTORIA VENEZOLANA DE DOS
MICROSCOPIOS ELECTRÓNICOS (De 1962 a 1997) escrita por Jorge García Tamayo.
Mississauga, Ontario, lunes 2 de septiembre (labor day) aún en Canadá, en 2019
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