Marienbad e Inception
Hablar de Marienbad y mezclar los
comentarios sobre una película de 1961 con Inception que es un filme del año 2010, pareciera un contrasentido, pero
si bien es cierto que el “El año pasado en Marienbad” nos ofrece una cinta que mezcla la realidad y los sueños, entre un documental y
ficción onírica, confundiendo la verdad con la alucinación, en “Inception”,
en español “Orígen”, existe una máquina para diseñar los sueños que es capaz
de introducirlos en la mente de otros, como sueños ajenos. En ambas películas,
la maestría de los directores de las mismas es crucial y así veremos brillar el
talento de Alain Resnais y de Christopher
Nolan en dos filmes que pueden considerarse clásicos de la cinematografía
En un hotel barroco, un extraño,
X, intenta persuadir a una mujer casada, A, de que abandone a su marido, M, y
se fugue con él. Esto lo hace basándose en una promesa que supuestamente ella
le hizo cuando se conocieron el año anterior, en Marienbad, pero la mujer
parece no recordar aquel encuentro… Así transcurre la desconcertante película
que con el paso de los años, ha resultado ser como vivir a medio camino entre la
realidad y el sueño, entre escenas verdaderas y ficciones oníricas. Así de
fascinante es la peculiar alegoría sobre la muerte que Alain Resnais filmó con
el título de “El año
pasado en Marienbad”.
“L'Année dernière à Marienbad” la película francesa fue
protagonizada por Delphine
Seyrig, Giorgio
Albertazzi y Sacha
Pitoeff y dirigida por Alain
Resnais, en 1961. Es importante destacar que
el guion del filme fue escrito por Alain
Robbe-Grillet, el principal
teórico y animador del movimiento literario denominado la nueva novela (nouveau roman), y algunos han considerado
que estuvo muy influido por la novela “La invención de Morel” del escritor argentino Adolfo
Bioy Casares.
La escritura de Alain Robe-Grillet ha sido descrita
como “realista”, o “fenomenológica” en el sentido que le da Heidegger, y
también ha sido interpretada como “una teoría de la superficie pura”; las
descripciones metódicas, geométricas y a menudo repetitivas de los objetos y de
los lugares, revelan la psicología y la personalidad de los personajes, de tal
manera que el lector tiene que recomponer la trama y las experiencias
emocionales a partir de la repetición de las descripciones, y de la atención
que debe ser prestada a detalles en apariencia insignificantes, así como de las
rupturas en la continuación lógica, como si se tratara de un rompecabezas. Este
proceso recuerda el método del psicoanálisis en el
que el significado profundo se revela por medio de la discontinuidad o de la
asociación de ideas.
En cuanto a “La invención
de Morel”; la novela del escritor argentino Adolfo Bioy Casares, publicada en 1940, tiene como
protagonista a un preso condenado a cadena perpetua que ha logrado fugarse y
llegar a una isla, hasta que un día, el hombre solitario siente que ya no lo es,
porque en la isla han aparecido otros seres humanos. Los observa, los espía,
sigue sus pasos e intenta sorprender sus conversaciones de modo que se inicia
así el misterio, con un tránsito continuo que va de la realidad a la
alucinación, que poco a poco llevará al fugitivo hasta el esclarecimiento de
todos los enigmas. Personalmente no coincido con la idea de asociar esta novela
con el filme de Resnais, por el contrario la isla y la trama recuerda un filme
de Scorcese (Shutter island) protagonizado
por Leonardo DiCaprio el mismo año 2010 cuando protagonizó “Origen” en inglés “Inception”.
La película de
Resnais es famosa por la ambigüedad de su estructura narrativa, que siempre ha
desconcertado y dividido las críticas. La dimensión onírica y la confusión
entre realidad e ilusión han inspirado posteriormente a muchos realizadores. El hombre sostiene que se han encontrado el
año pasado en Marienbad y está
convencido de que ella lo está esperando allí. Así, mediante flashbacks ambiguos y
cambios fuera de contexto, y del tiempo, la película explora las relaciones
entre los personajes. Las poderosas razones
formalistas y de puesta en escena por Resnais, nos hacen pensar en una órbita
más cercana a otros maestros, como pudieran ser Michelangelo Antonioni o,
incluso, Federico Fellini. Alain Robbe-Grillet el autor del guion de la película, tiene su peso
específico en esta suerte de creación cinematográfica que aún es capaz de
aturdir al espectador en razones sobre lo metanarrativo. Se hace muy
evidente la intencionalidad en la extraña y soberbia fusión entre la forma y el
contenido en las imágenes del filme, los muchos continuos y nunca accidentales hallazgos darán lugar a una
retórica innegable y además, plagada de significados. Hay especial énfasis en
los ardides que llevan a relativizar el tiempo, donde el filme parece obedecer,
con una rigurosidad imposible, a los
designios de lo onírico.
Sobre la película de Alain Resnais, diría el mismo Robbe-Grillet:
…“Tengo en mi cabeza como un mantra
obsesivo la voz del protagonista de la película, desgranando en francés todas
las líneas de diálogo. Supongo que es precisamente la voz lo que da ritmo a la
película de Resnais, sobre la que se podrá hablar mucho y presumir muchas
otras, sobre todo por parte de sus autores, convirtiéndola en una leyenda; “El
año pasado en Marienbad” es
una de esas pocas películas en las que encajan perfectamente literatura y arte
cinematográfico”.
Existen “fans locos” de Christopher Nolan, y también existen los detractores irracionales,
pero no cabe duda de que “Inception”
(Origen)
del año 2010, fue un gran éxito económico y las críticas fueron
mayoritariamente positivas. Después de su famoso filme “El Caballero Oscuro”, Nolan en “Origen” alteraría varios
de los elementos que habían caracterizado su cine dotando a la película de una
espectacularidad mucho más marcada. Parece que en “Origen” cuantos más
planos abiertos mejor, ya que estos le permitirían a Nolan recrearse en la grandilocuencia de la
película explorando igualmente nuevos recursos. Los observamos, en
detalles como al ver a Cobb (Di Caprio) cayendo en la bañera, o en la camioneta
despeñándose, o ver a Gordon Levitt flotando por un largo rato, etc. Además
Nolan irá dejando multitud de pistas para que el espectador pueda ir atando
cabos poco a poco.
En esta película, Christopher Nolan construye un
universo de sueños que realmente no es tan difícil de entender. El equipo de
Cobb, diseña los sueños ajenos (o propios) a partir de una máquina que tienen a
su disposición, y un tótem resulta
el objeto que los personajes utilizan para saber que no están dentro de un
sueño ajeno. Leonardo DiCaprio es, al igual que Christian Bale en los últimos años, un intérprete ideal para el
cine de Nolan. En realidad, Nolan llevaba muchos años queriendo trabajar con Leonardo DiCaprio, pero éste siempre
le había dado largas y quizás de haberse negado él, hubiese sido Bale el
protagonista.
DiCaprio tiene una actuación muy convincente en
este filme, mientras veremos cómo va sacando a la luz su obsesión, con el
inevitable dolor que le trae la misma y en su determinación por dejarla atrás;
complementa esta lectura, Marion
Cotillard, quien da vida a la desaparecida esposa del protagonista. Por
otra parte, el personaje de Ellen Page es también muy importante
ya que Ariadne resulta ser de cierta
manera la representación del espectador, ella es la única que no está
realmente familiarizada con lo que el protagonista pretende, y a través de
ella, se va captando la esencia de la segunda parte de la película. La pequeña
Page crea muy bien los vínculos emocionales entre sus personajes y el
espectador.
“Inception”
resulta ser una cinta entretenida
aunque se piensa que Nolan pareciera abusar de las explicaciones a través de
los diálogos entre los personajes, con una tendencia a la sobre explicación. Al
plantear la escena final, los hijos de Cobb llevan ropa diferente y, ya vistos en
la dura realidad, están con Michael Caine quien también comentó que si
él aparece, “es que estamos en la
realidad”. El tótem del protagonista, que perteneció a su mujer, Mal (ese
es su nombre), tiene también una función psicológica para él, ya que, dado su
extremo nivel de obsesión, hacerlo girar es su única forma de distinguir entre
realidad y sueño. Ambas películas, de 1991 y de 2010 parecen resumir una
combinación ficcional y onírica que lleva al espectador a reflexionar sobre la
vida.
Maracaibo, 24 de septiembre del año 2019
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