martes, 28 de noviembre de 2023

Patólogos


Hoy voy a conversar sobre dos de mis más apreciados discípulos, y los llamo así porque ellos me asignaron el honroso título de “Maestro”; son mis colegas, José David y Eduardo, dos todavía jóvenes anatomopatólogos a quienes tuve la suerte de conocer cuando hicieron el Curso de postgrado de Anatomía Patológica en el Instituto Anatomopatológico (IAP) de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela(UCV), en Caracas.

Ambos colegas son médico-cirujanos, especialistas en Anatomía Patológica y tienen grados de Maestría y Doctorado en Microscopia Electrónica (ME); José David nació en octubre del año 1950 en Las Piedras de Cocollar en el Estado Sucre, y Eduardo nació en Coro, Estado Falcón en mayo de 1961. José David hizo el bachillerato en Cumaná, estudió en la Escuela de Medicina de la Universidad de Oriente en Ciudad Bolívar y se graduó en 1976 e hizo la rural en El Palmar, estado Bolívar. Eduardo estudió el bachillerato en Coro y la carrera de Medicina en la Universidad Francisco de Miranda en el estado Falcón y se graduó en 1987.

José David, había decidido estudiar las causas y las consecuencias de las enfermedades y dejó su hogar en Cumaná para irse a Caracas en enero de 1978 cuando ingresó en el Curso de Postgrado de Anatomía Patológica del IAP en la UCV. En aquellos días hacia tan solo un par de años que también yo había ingresado al IAP; cuando venido de la Universidad del Zulia como Profesor Asistente, estaba de año sabático en el Hospital Vargas y en 1976 me traslade al IAP de la UCV aprovechando que el CONICIT me había concedido en ME Hitachi-500 para completar trabajos sobre el virus de la encefalitis equina venezolana(EEV). José David entre 1978 y 1980 hizo el Curso en compañía de Norma, Fanor, Nelson, Paulina, Carmen, y Juan. En esos días ya la patología ultraestructural estaba marchando y en 1978 durante las Jornadas de la SVAP en Maturín, nos visitó por primera vez Mario Armando Luna.

Aprovechando mi amistad con Hernando Salazar propuse que José David destacado residente en su 3er año, hiciese una pasantía en el Hospital de Mujeres Magee de Pittsburg y fue una experiencia inolvidable; Hernando relataría como sentado mirando laminas José David iba discurseando todo cuanto veía de manera que impresionaba a los patólogos gringos que intentaban entenderle su inglés “oriental”. Al finalizar el postgrado en el 81 estuvo contratado en el Servicio de Patología del hospital JoséIgnacioBaldo en Caracas y ya en 1982 y hasta 1985 nos acompañaría en el IAP. En aquellos años aprendimos a apreciar a JoséDavid; recuerdo que fui con Saudy manejando la primera de muchas veces a Cumana para conocer a su esposa Iris, también médico y a sus morochos, en la ocasión del bautizo de Estela Marina su primera hija, y asi, todo el oriente del país se abrió ante nosotros desde Puerto Piritu a Barcelona, y de Playa Colorada a Mochima, y del Golfo de Cariaco, hasta Araya, Carúpano y Rio Caribe.
Conocí a Eduardo en 1988; me habían invitado para dictar algunas asignaturas de ME en un Curso de Maestría y Doctorado de la Universidad de Oriente que funcionaba en Cumaná gracias a la impresionante organización de la inolvidable doctora Susan Tai (https://tinyurl.com/2p97uzu7) y allí entre un grupo de interesados jóvenes biólogos brillaba Eduardo, un médico de 26 años quien desde Coro se había trasladado al extremo oriental del país, financiado con una Beca de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho, porque estab interesado en la ultraestructura y la investigación. En esos días trabajaba José David en el Servicio de Patología del hospital de Cumaná y Eduardo nos explicaría que al terminar su Doctorado tenía que hacer la pasantía rural para poder inscribirse en el IAP. 

Así habría de suceder y en Boca de Mangle un pueblo contero de su Estado Falcón haría Eduardo en el año 1991 su trabajo de médico rural cuando ya éramos grandes amigos. Recuerdo lo fuimos a visitar con Saudy y mis hijos pequeños admirando aquella interesante labor que era el preámbulo para ser admitido en el IAP de la UCV desde1992 para hacer el curso de postgrado y complementar sus interés en hacer investigación en patología ultraestructural.

La maravilla de compartir lo observado al mirar por un microscopio, abrió con JoséDavid un mundo nuevo para los muchos compañeros residentes o colegas que tuvieron esa suerte, pues él hablaba e iba señalando pistas y detalles para aprender cada vez más y hacía de sus comentarios instantes inolvidables donde habría que “ingerir” si era la hora de comer o si alguno estaba perdiendo alguna pista “se desprendía de la trabécula” como si fuese un hepatocito en vías de apoptosis y así todo en un léxico particular que acuñaría terminologías como la del “lavado de las coronarias” simil de ingerir algunas cervezas y en fin, José David fue un verdadero Maestro añorado por generaciones de patólogos que por ahora no podemos disfrutar de sus enseñanzas que eran como las que el Dr Suarez denomnaba “sus chimentos”, cosas estas que solo se vivieron en el IAP de la UCV.

Eduardo hizo el postgrado en la UCV de 3 años y 5 meses desde 1992 a 1997 financiado por el programa PIN del CONICT. Sus compañeros Gregorio, Norma, Carlos, Keyla, Luisa y Ana Maria lo recuerdan siempre con cariño. Le acompañe varias veces a Coro, conocería a sus padres pareja de emigrantes portugueses y a la gente que en la Universidad Francisco de Miranda hacia investigación, sus amigos, Auristela de Mirt, y Francisco Yegres con Nicole, en fin fueron muchas las veces que viajamos y algo hicimos sobre la Coccidiodomicosis en su Estado Natal, pero lo impresionante de Eduardo era la chispa que tenía para aplicar el ME a los diversos proyectos de investigación. Ya en 1992 cuando la Dra Susan Tai organizó El Congreso Atlántico de ME a donde asistiría el Dr Fernández Morán, el IAP de la UCV se lució con una serie de trabajos con el ME cuyo entusiasta activista era Eduardo y luego, pasaría a ser mi mano derecha en todo lo que a investigación en patología ultraestructural se refería, publicando trabajos inéditos como sobre el virus del Dengue, o de la apoptosis en la sangre periférica del Sida y decenas de otras interesantes publicaciones.

Como era lógico, José David quien inicialmente llego a dormir en la biblioteca del Instituto, pasó a quedarse en el IAP haciendo carrera profesoral en la UCV; instructor en el 81, Asistente 83, Agregado 97, Asociado en 2003 y ascendería a profesor Titular en 2015, con grandes responsabilidades como encargarse de la Sección de Riñón por un año en ausencia del Dr.Pinto, pasar luego a ser un experto en Patología de hueso, e igualmente a trabajar en Cardiopatología con la Dra Claudia de Suarez; JoséDavid se volvió una estrella capaz de diagnosticar cualquier biopsia de patología quirúrgica.

Un particular don de gente siempre caracterizaría a Eduardo, quien era de una discreción perfecta, siempre cuidadoso de no afectar a los demás, irradiando una incomparable tranquilidad. Destacaré su amistad con otro brillante joven investigador Luis Silva Correa, un médico veterinario que compartiría nuestras veleidades ultraestructurales en su ME de la UCV Veteriaria en Maracay con quien relizamos muchos trabajos de investigación. Luis cimentó una gran amistad con Eduardo, e igualmente con Yoleida otra joven veterinaria, también oriental, todos ellos graduados con sus trabajos de MgSc en la UCV Veterinaria aprovechando los conocimientos sobre el ME. 

Entre 2018 y 2023 Eduardo y Milena su compañera como estudiante del postgrado se casaron y se mudarían a Valencia trabajando en el Instituto de Oncología Miguel Perez Carreño y en el hospital Metropolitano del Norte. El entrenamiento en inmunohistoquímica le llevaría a aplicar sus conocimientos para hacer diagnostico en cáncer de mama y luego expandirse a toda la patología.

Debo concluir este relato combinado sobre mis dilectos brillantes discípulos que como tantos otros venezolanos se vieron obligados a emigrar. José David ahora es ciudadano canadiense y sigue trabajando en Anatomia Patologica en Otawa, mientras que Eduardo y Milena con sus dos hijos viven en Madrid y siguen laborando en Medicina. Eduardo trabaja en los laboratorios del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas en Madrid; el CNIO, donde es Eduardo quien decide lo que ha de suceder con los ratones y otros animales usados para los trabajos de investigación en cáncer, de manera que allá continua apareciendo en las publicaciones que se generan de su trabajo diario. 
A los dos con gran añoranza, quienes les conocimos les deseamos la mejor de las suertes!

Maracaibo, martes 28 de noviembre del año 2023

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