Comenzaremos por informar que vamos a hablar de “las lampreas”. Ellas son animales sin mandibulas (agnatos) que han sido llamados hiperoartios (Hyperoartia o Petromyzonti) y conocidos popularmente con el nombre de lampreas.
Externamente las lampreas se parecen a las anguilas, ya que tienen el cuerpo gelatinoso, cilíndrico, sin escamas y muy resbaladizo. A pesar de compartir muchas características con los peces, taxonómicamente, las lampreas no se incluyen en este grupo sino que forman un grupo independiente, muy antiguo, situándose en la base del origen de los vertebrados. Son marinas o de agua dulce, y ademas, ¡Oh sorpresa!, son ovovivíparas.
Las lampreas son muy extraños: con un cuerpo cilíndrico y alargado que puede medir más de un metro en algunas especies, no poseen escamas, pero si una boca circular repleta de dientes que se adhiere como una ventosa a su presa, normalmente a otros peces, chupándoles la sangre. Son considerados una suerte de 'fósiles vivientes', ya que aparecen por primera vez hace 360 millones de años, con la aparición de los primeros vertebrados, y apenas han experimentado cambios.
Antes de seguir adelante, voy a pasarles otro dato curioso; existía un grupo de peces ya extinto, que junto a los mixinos, que no tenían mandíbula y formaban el llamado “grupo parafilético de los agnatos”. Vayamos entonces a concretar este, nuestro asunto, me refiero a lo del “monstruo”...
El Tullimonstrum gregarium es un posible vertebrado ya extinto que se ha relacionado con las lampreas y fue hallado en Illinois (Estados Unidos). Es la única especie del género Tullimonstrum, y se sabe que tenía el cuerpo blando y vivía en aguas costeras tropicales poco profundas de estuarios fangosos durante el periodo Carbonífero, o sea, hace unos 300 millones de años.
El término "monstruo" se refiere a la apariencia extravagante de la criatura y al extraño plan corporal, pero no a su tamaño, ya que ¡Los especímenes fósiles son en su mayoría de menos de 20 cm de longitud! O sea que, el denominado monstruo de Tully tenía posiblemente un par de aletas similares a las de una sepia. ¿Como? Es que en Venezuela, una sepia es un molusco cefalópodo decápodo que denominan Jibia, o Choco, o Cachon y se consideran mariscos ya que son moluscos, aunque la referencia obligada nos transporte hasta el difunto actor cómico Joselo quien decía que había que diferenciar entre los mariscos y los moluscos...
En este caso, regresemos a “los monstruitos” que sabemos tenían una trompa larga provista de ocho dientes afilados pequeños con los que se puede explorar activamente el fondo marino para atrapar pequeños animales y detritos comestibles en fondos fangosos. En un tallo que sobresale de cada lado de la parte inferior del cuerpo hacia adelante pueden haber tenido un ojo u otro órgano sensorial, pero esto es especulativo.
La comunidad ecológica que estudia los especímenes se han referido a ellos, como a los seres representados en un grupo inusualmente amplio de organismos de cuerpo blando encontrados entre el conjunto de fósiles en el denominado Mazon Creek, del Condado de Grundy, en Illinois. Ya les muestro la reconstrucción especulativa de Tullimonstrum como un animal parecido a una lamprea.
A los científicos siempre les ha intrigado cómo aquellas primeras lampreas, muy parecidas a las actuales, apenas medían unos centímetros. ¿Cuándo se convirtieron en gigantes? Las conclusiones se publicaron en la revista 'Nature Communications'.
Los ejemplares fueron descubiertos en el yacimiento fósil Yanliao Biota, en el noreste de China, entre rocas que datan de entre 158 y 163 millones de años, durante el Jurásico. Ambos fósiles conservaban magníficamente los dientes queratinosos de las lampreas, si bien había algo diferente: al contrario que la mayoría de sus parientes actuales, que se alimentan de sangre, estas lucían un aparato digestivo muy parecido al de la lamprea viva Geotria australis, una especie rara que se alimenta de carne.
En un comunicado, WU Feixiang, autor principal del estudio, diria: “Nuestro estudio determinó que estas lampreas del Jurásico son los parientes fósiles más cercanos a las lampreas existentes”... “Contrariamente a la creencia popular de que los antepasados de las lampreas modernas se alimentaban de sangre, nuestro estudio demostró que estas dos lampreas del Jurásico deben ser carnívoras, lo que presagia el hábito de comer carne del ancestro común más reciente de las lampreas modernas”, añadiria WU Feixiang.“La abundante aparición de peces teleósteos (con escamas más finas) podría haber proporcionado una importante oportunidad evolutiva para las lampreas”, esto lo explica WU para complementar su información.
El estudio también reconoció el Jurásico como un hito en la historia evolutiva de la lamprea: los autores creen que antes, durante la era Paleozoica, las lampreas no eran depredadoras. Esta creencia se basa en el tamaño enano del cuerpo de las lampreas paleozoicas y de sus dientes débiles. Además, la mayoría de los peces antiguos de su época tenían escamas duras que impedirían que estas diminutas lampreas mordieran. Sin embargo, a medida que surgieron peces más avanzados y con escamas más finas, aumentó la disponibilidad de alimento y las lampreas se adaptaron al nuevo mundo.
En un comunicado, WU Feixiang, autor principal del estudio, dice”Con las estructuras de alimentación mejoradas, las lampreas del Jurásico en adelante pudieron crecer lo suficiente como para satisfacer los requisitos energéticos de la evolución de un ciclo de vida 'prolongado' interpuesto por la etapa de metamorfosis e involucrado en cambios ambientales dramáticos”. WU añade: “Nuestro estudio determinó que estas lampreas del Jurásico son los parientes fósiles más cercanos a las lampreas existentes”. “Contrariamente a la creencia popular de que los antepasados de las lampreas modernas se alimentaban de sangre, nuestro estudio demostró que estas dos lampreas del Jurásico deben ser carnívoras, lo que presagia el hábito de comer carne del ancestro común más reciente de las lampreas modernas”.
El estudio también reconoció el Jurásico como un hito en la historia evolutiva de la lamprea: los autores creen que antes, durante la era Paleozoica, las lampreas no eran depredadoras. Creencia esta que se basa en el tamaño enano del cuerpo de las lampreas paleozoicas y de sus dientes débiles. Además, la mayoría de los peces antiguos de su época tenían escamas duras que impedirían que estas diminutas lampreas mordieran. Sin embargo, a medida que surgieron peces más avanzados y con escamas más finas, aumentó la disponibilidad de alimento y las lampreas se adaptaron al nuevo mundo.
“La abundante aparición de peces teleósteos (con escamas más finas) podría haber proporcionado una importante oportunidad evolutiva para las lampreas”, explica WU. “Con las estructuras de alimentación mejoradas, las lampreas del Jurásico en adelante pudieron crecer lo suficiente como para satisfacer los requisitos energéticos de la evolución de un ciclo de vida 'prolongado' interpuesto por la etapa de metamorfosis e involucrado en cambios ambientales dramáticos”.
Aunque a los científicos siempre les ha intrigado cómo aquellas primeras lampreas, si bien muy parecidas a las actuales, apenas medían unos centímetros. ¿Cuándo se convirtieron en gigantes? Ahora, el descubrimiento en China de dos especies de lamprea que vivieron hace 160 millones de años responde a esa pregunta pues estos animales ya eran bastante grandes entonces. Los fósiles hallados, bautizados como Yanliaomyzon occisor (que significa 'asesino' en latín) e Yanliaomyzon ingensdentes ('dientes grandes' en griego), e miden 64 y 30 centímetros respectivamente. Las conclusiones acaban de publicarse en la revista 'Nature Communications'.
Maracaibo, jueves 9 de octubre del año 2023
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